𝐄𝐥 𝐕𝐢𝐫𝐮𝐬 𝐃𝐞𝐥 𝐎𝐝𝐢𝐨 •𝗠𝗶𝗖𝗵𝗮𝗲𝗻𝗴•

𝟑𝟔

𝑷𝒐𝒗:𝑵𝒂𝒓𝒓𝒂𝒅𝒐𝒓

El sol brillaba con suavidad a través de las ventanas, bañando la habitación con una luz cálida y reconfortante. Mina y Chaeyoung estaban acurrucadas en un rincón cómodo, envueltas en la sensación de tranquilidad que solo la compañía mutua podía brindarles.

Las conversaciones fluían con facilidad, tocando temas desde lo trivial hasta lo profundo, pero siempre con ese toque de intimidad que las hacía sentir más conectadas.

Chaeyoung, recostada contra el pecho de Mina, sentía cómo el ritmo constante del corazón de la otra chica la calmaba. Era como si el mundo exterior desapareciera cuando estaban juntas, y en ese momento, no había lugar donde quisiera estar más. La calidez de los brazos de Mina alrededor de ella le daba una sensación de protección que nada más podía igualar.

Entre risas y caricias suaves, Mina la llamó "amor", una palabra que ya se había vuelto común entre ellas, pero que aún hacía que el corazón de Chaeyoung latiera un poco más rápido. Fue entonces cuando, casi sin pensarlo, Chaeyoung soltó la pregunta que había rondado en su mente desde hacía tiempo.

Chae: Mina, ¿qué somos?

La pregunta quedó flotando en el aire, y por un segundo, todo pareció detenerse. Mina, quien había estado jugando distraídamente con el cabello de Chaeyoung, se quedó quieta. Un leve nerviosismo se apoderó de sus ojos, pero lo disimuló rápidamente. No esperaba esa pregunta, al menos no en ese momento.

Mina:¿Qué?

Respondió la japonesa, intentando sonar casual mientras su corazón comenzaba a latir más rápido.

Chae:¿Cuándo vamos a ser novias?

Repitió la niña, con una mezcla de timidez y seriedad.

Chae: Nos tratamos como si ya lo fuéramos... tenemos intimidad, me proteges, pero... nunca hemos hablado de eso.

Mina sintió un nudo formarse en su estómago. No era que no quisiera ser novia de Chaeyoung, todo lo contrario, pero la idea de oficializar algo tan importante le generaba un sinfín de pensamientos. Quería que el momento fuera perfecto, algo especial, pero no tenía ni idea de cómo hacerlo. El miedo de arruinarlo la ponía a la defensiva.

Mina: Chae.. no sé.. ¿Por qué tiene que haber etiquetas? Estamos bien como estamos, ¿no?

 Comenzó a decir, su tono un poco más áspero de lo que pretendía.

La expresión de Chaeyoung se oscureció ligeramente, la confusión mezclada con una pequeña punzada de dolor. 

Chae: No es por las etiquetas, Mina... Es solo que... quiero saber que esto es real para ti, que no soy solo alguien más. Quiero sentir que eres solo mía, y que yo soy solo tuya..

La mayor sintió un remordimiento inmediato por cómo había reaccionado. No era su intención hacer que su pequeña se sintiera insegura, pero el miedo la había atrapado. Incapaz de manejar la situación, se levantó de repente.

Mina: Voy... voy a buscar algo de agua. Ya vuelvo.

Chaeyoung la observó salir, su corazón apesadumbrado. No entendía por qué Mina estaba tan rara a hablar del tema. La sensación de seguridad que había tenido hace un momento se desvaneció un poco, dejándola con más preguntas que respuestas.

Mina, mientras tanto, se apoyó contra la pared del pasillo, tomando aire profundamente. Sabía que no podía seguir evitando la conversación, pero la presión que sentía le hacía querer huir. Se pasó una mano por el rostro, intentando calmarse. No quería perder a Chaeyoung, pero también temía no estar a la altura de lo que ella merecía.