𝟒𝟑

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𝑷𝒐𝒗:𝑴𝒊𝒏𝒂

La semana había pasado con una extraña normalidad que no me lograba convencer del todo. Cada día me esforzaba por actuar como si todo estuviera bien, por mantenerme firme y controlada, pero era un esfuerzo agotador. La voz en mi cabeza seguía susurrando, siempre presente, siempre burlona.

Me decía que era débil, que mi intento de mantenerme en control era patético. El único alivio que encontraba era en los momentos que podía estar cerca de Chaeyoung. Su amor era mi refugio, el único lugar donde la voz se acallaba, aunque solo por un breve momento.

Esa mañana en particular, algo estaba terriblemente mal. Me sentía sobrecargada de emociones, una mezcla de ansiedad, ira y desesperación que me estaba empujando al límite.

La voz estaba más activa que nunca, riendo y burlándose de mi impotencia. Busqué a Chaeyoung por todo el refugio, mi ansiedad creciendo con cada minuto que pasaba sin encontrarla.

Mina:¿Dónde carajo estás, Chaeyoung?

La voz en mi mente se volvió aún más insistente, sugiriéndome que fuera al bosque. Al principio, resistí la idea, temiendo que mi estado emocional me llevara a hacer algo impulsivo. Pero la desesperación por encontrarla, por sentir su presencia tranquilizadora, finalmente me llevó a ceder.

Corrí hacia el bosque, mis pasos estaban resonando en el suelo cubierto de hojas secas. La voz seguía hablando, un murmullo constante que me incitaba a seguir adelante.

Me dijo que no podía soportar más el dolor, que debía hacer algo drástico para liberarme de esta tormenta interna. Me guió, en parte por instinto y en parte por la desesperación de encontrar a Chaeyoung, hasta que finalmente la vi.

Lo que encontré me heló la sangre. Ahí estaba Chaeyoung, su figura claramente visible entre los árboles, pero no estaba sola. Un hombre, que no reconocí, estaba sobre ella, intentando hacerle daño. Ella estaba asustada, sus lágrimas caían mientras luchaba contra él, pero su resistencia parecía ser en vano. El horror y la rabia se mezclaron en mi pecho, una oleada de emociones tan intensas que apenas podía respirar.

La voz en mi cabeza se volvió frenética, casi eufórica..

—¡Mátalo! —La voz siseó con una malicia helada— ¡Hazlo! ¡Muestra tu verdadera naturaleza! ¡Destruye a ese desgraciado por atreverse a tocarla!

El mundo parecía girar alrededor de mí mientras la furia se apoderaba de mi ser. Mi visión se volvió borrosa, la rabia y el impulso de proteger a Chaeyoung ahogaron cualquier pensamiento racional. Me dejé llevar por el impulso, el control se me escapó de las manos como si nunca hubiera existido.

Sin pensarlo, me lancé hacia el hombre con una fuerza que ni siquiera sabía que poseía. La sorpresa y el miedo en su rostro se volvieron evidentes cuando me acerqué, sus movimientos se volvieron torpes, casi ralentizados por mi furia.

Mi cuerpo, guiado por una mezcla de desesperación y la voz que instigaba, reaccionó con una violencia que nunca antes había mostrado. Las manos me temblaban de tanto estrés, la necesidad de hacer justicia me quemaba.

Mina:¡Suéltala!

Mi voz salió como un rugido bajo, una mezcla de odio y desesperación. No era mi voz la que conocía del todo, sino una versión distorsionada y feroz.

El hombre se giró, sus ojos se abrieron con incredulidad y miedo mientras mi fuerza lo empujaba hacia atrás. La lucha fue breve; mi furia no dejó lugar para su resistencia.

𝐄𝐥 𝐕𝐢𝐫𝐮𝐬 𝐃𝐞𝐥 𝐎𝐝𝐢𝐨      •𝗠𝗶𝗖𝗵𝗮𝗲𝗻𝗴•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora