Capítulo 10: Malentendidos

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Habían pasado mínimo unas dos horas desde que habíamos abandonado el bosque Mageikos y caminábamos sobre una pradera, cuando pasamos por un río -Oliver y yo supusimos que provenía del lago de las Empusas- nos detuvimos a descansar.

Brina se sentó en la orilla, lavándose las manos y sacándose las ramitas y hojas que estaban en su cabello con ayuda de Savannah, y sinceramente me sorprendió lo bien que se llevaban, pues considero que son casi polos opuestos. Zeth revisaba las mochilas y la comida, asegurándose que no hubiéramos olvidado algo importante, pues cuando todos comenzaron a seguirme mientras una Empusa me arrastraba hacia su lago de las maravillas, recogió todas nuestras pertenencias.

Yo me senté en la otra orilla del río con Belle a mi lado, que lamía algunas heridas y cortes que tenía en los brazos descubiertos mientras yo me lavaba para quitarme todo el lodo y tierra de encima.

—¿Por qué será que te habrán llevado a ti las Empusas? —me preguntó Oliver, sentándose a mi costado, con Belle entre nosotros controlando la distancia.

—No lo sé... ¿Lo que caía del cielo era fuego? ¿Será que él ya estaba atacando el bosque?

—Tal vez, no lo sé... ¿Estás bien? No recuerdo haberlo preguntado después de que una sirena o lo que sea que fuera te arrastrara por medio bosque entre espinas y raíces salidas.

—Creo que me encuentro bien —sonreí tímidamente—, aunque me duele mucho la cabeza. ¿Sabes? Creo que eres la única persona que al hablar por primera vez no me hablo de "usted".

—¿Te molesta?

—No, de hecho, me gusta... me hace sentir normal.

—Es porque eres normal, Faith. Eres como nosotros y mereces ser tratada igual, o mejor —me gustaba hablar con Oliver por eso mismo, porque me hacía sentir especial incluso tratándome normal. Vi de reojo como me quito una hoja del cabello—. ¿Te puedo preguntar algo?

—Claro —sonreí aun más, acercándome a Belle.

—Antes de que todo esto sucediera, ya sabes, estando en Porage, antes de tu baile de elección... ¿qué es lo que paso exactamente?

—Bueno, el reino comenzó a ser atacado y me
llevaron junto con mi hermana y algunos príncipes hacia...

—No, no me entendiste. Me refiero a cuando ibas a escoger a un príncipe, en igual de analizarlos, tú te...

—Faith —interrumpió Zeth, cruzando el río con una funda entre sus brazos—, su espada, olvide entregársela en el bosque. Y aquí esta una navaja suya, Savannah.

Saque la espada que me habían otorgado los elfos, como obsequio de mi padre, la observé y admire lo bonita que era, me levanté del suelo, agradeciendo a Belle por... ¿curar mis heridas? Las cortadas y heridas por las que antes sufría ya no existían, Belle me había curado, eso era nuevo y estaba por contarlo, pero mejor lo pensé bien y consideré que lo más seguro es que nadie lo supiera, aún.

Mientras Zeth y Oliver cargaban con las mochilas y Savannah ayudaba a Brina a ponerse de pie, aproveche para alzar la espada y blandirla, era exageradamente liviana y me sorprendió lo afilada que era, pues había cortado la punta de la hierba sobre la que estaba.

—Recuerda que las muñecas deben de estar dobladas hacia arriba en sentido de los pulgares —me comentó Oliver por detrás, sabiondo—, y la rotación de las muñecas no la hagas tan exagerada.

—Estoy convencido de que está al tanto de eso, Oliver —le dijo Zeth, adelantándonos y guiando el paso hacia donde sea que estaba Mastechnos.
Realmente lo sabía porque Grau me había enseñado, pero apreciaba que me lo recordara.

Faith [Parte 2: El Libro del Destino]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora