Capítulo 17: Ayuda

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No sé cuánto tiempo había pasado desde la muerte de mi madre. No quería ni pensarlo, pero sus tristes ojos junto con los de mi hermana aparecían repetidas veces en mi mente, por lo que tuve que comenzar a golpearme la cabeza contra pared, para olvidar el dolor de mi corazón.

—Faith.

Esa voz me producía punzadas de odio en el interior. Esa no era la voz de mi padre, era la voz de un traidor. Me volteé hacia él, con sangre escurriendo de la frente, y me quede con la mente en blanco cuando vi lágrimas bajando por su mejilla.

Entró a la celda y tiró mi espada frente a mi cuando la cerró. Sus lágrimas eran sinceras, pero no creo que sus sentimientos hacia mi madre lo hubieran sido. No podía evitar mirarlo con odio. Quien diría que la persona a quien más admiraba terminó convirtiéndose en quien más aborrezco.

—Esa espada me la obsequio Electra, ¿sabes?

—No me interesa.

—Escúchame, te lo ruego...

—¡NO! ¡¿Cómo podría escucharte?! ¡¿Cómo podría verte siquiera?! ¡Después de lo que hiciste no debería seguir considerándote mi padre! ¡Dejaste que...! Él la asesino... Era mi mamá, ¿cómo pudiste? No puedo ni siquiera... —me apreté la cabeza como si me fuera a explotar de furor— Pensé que la amabas, ¿no la amabas? ¿Por qué no luchaste por ella? ¡La dejaste morir!

—Cariño, Faith, sé que es difícil, pero...

—¡No! ¡No me digas cariño! ¡Ni siquiera te atrevas a decir mi nombre! No te mereces mi atención, no mereces que te hable o que esté contigo, ¡no mereces nada! ¡eres horrible!

—¡¿Crees que no es difícil para mí?! ¿Crees que no me duele...? ¡Me arde! ¡me arde el corazón! Yo amaba a tu madre, yo amaba a Elvira, a mi amor... ¿Crees que en verdad sería capaz de dejarla morir...?

—¡La dejaste morir frente a tus ojos! ¡Frente a mí! ¡frente a tu propia hija!

—¡No tenía opción! ¡Todo era parte del....! Ay, no, no puede ser, no puedo... Lo siento, te juro con mi vida que desearía contarte todo lo que ocurre, pero...

—¡¿Pero qué?! ¡He estado caminando a ciegas, haciendo lo que otra gente me decía que tenía que hacer y sin explicaciones! ¡Dime lo que pasa por favor! Por favor, tengo que saber que sus muertes no fueron en vano, tengo que justificar mi dolor...

—Te contaremos todo junto con Brina cuando estemos en el Palacio Imperial.

—¡No te atrevas a decir su nombre! ¡La enviaste a morir! La enviaste sabiendo que estaba enferma, pudiendo quedarse a salvo...

—¿Dónde está tu hermana...? ¡Dime donde está!

—Muerta, en Picos Blancos... Si hubieras visto sus ojos —comencé a llorar, abrazándome a mí misma, con su imagen en mi mente— ¿Por qué pasa esto?

Él no me respondió, se acercó y extendió los brazos hacia mí, esperando a que lo abrazara. Sin embargo, no lo hice, aunque me doliera rechazarlo de esa manera, de todas maneras, él me terminó abrazando con mucha fuerza, mojando mi cabello con sus lágrimas y acariciándolo con tristeza. Me dolía pensarlo, pero ya no sentía nada hacia él, ni un poco de apego o cariño, pero deje que me abrazara.
Ese momento se sentía como una despedida, sé que nos volveríamos a ver, pero no seríamos las mismas personas que éramos hace unos días.

››Sé que nunca me perdonaras —me susurro— y que me culparas por cualquier cosa mala que suceda en tu vida, pero quiero que al menos entiendas que algunas personas están condenadas a cumplir un destino lleno de horror, solo para el bien de otras. Tu madre estaba dispuesta vivir un horror, a entregar su vida para salvar a tu hermana y a ti, sin embargo, el futuro es fatal, pues la muerte de tu hermana fue un suceso inesperado, como también lo serán otros. Lo siento por ser así.

Faith [Parte 2: El Libro del Destino]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora