Capítulo 30: Destino Final

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Nuevamente me vi obligada a separarme de mis amigos y de Oliver, pero antes de irme, le di delicadamente un beso, el cual me regreso, sin querer soltarme, pero se vio intimidado por Electra viendo desde el umbral de la puerta.
Maldiciendo en mi mente, me fui y seguí a Electra y a la Reina Orazia, que entraron a una habitación muy cerca de donde estaba y me apresuré a entrar antes de que Electra cerrara la puerta.

Toda la Alianza estaba ahí junto con una mujer de la misma estatura de Electra, quien supe de inmediato que era Antednis. Se acercó a mi rodeando la única mesa que había en la habitación mientras Electra explicaba unas cosas que no escuché, y se presentó. Llevaba una toga negra con un cinto del mismo color y textura de sus guantes dorados.

—Usted debe ser hija de Haektpa, aunque no tienen ningún rasgo igual.

—Soy Faith, un gusto conocerla. Electra me habló sobre usted...

—Sobre mis cualidades, espero.

No pude diferenciar si bromeaba, pero aun así intenté sonreírle.

—Debemos distraer a Eros para lograr rescatar a Deifontes —sentenció Electra— mientras la Alianza resguarda los anillos en el núcleo y los guerreros luchan contra las topas de Eros.

—¿Tenemos todos los anillos aquí? —preguntó Antednis, acercándose a su amiga Electra.

—Solo Agua, Hielo, Naturaleza y Electricidad —le contesto Athena Lennon—, el de Fuego y Tierra ya los tiene Eros.

—El fuego y la tierra son una combinación peligrosa —agregó su esposo Flint Lennon.

—¿Dónde están los Libros del Destino? —pregunté queriendo aportar en algo para que la Alianza no desconfiara tanto en mí.

—Están resguardados —me respondió Soizic con desconfianza.

—Yo puedo leer el verdadero, no me quedaré ciega ni tendré alguna otra consecuencia.

—Puedes leerlo, sí, pero una vez que lo hagas —Electra se dirigió hacia mí— nosotros no podríamos hacer algo. Recuerda que nosotros no podemos cambiar el destino, menos la Alianza.

—Yo puedo cambiarlo...

—No puedes solo regresar el tiempo para intentar evitar las muertes de la Reina Elvira y la princesa Brina —me dijo Wade Eyre y me llegaron de golpe unas horribles ganas de partirle la cara.

—Sobre la muerte ni te atrevas a hablar, se supone que TÚ protegerías a mi Belle y no lo hiciste, ahora está muerta. Por toda su culpa y la de Haektpa, todas las vidas perdidas fueron en vano, así que no se atrevan a hablar sobre la muerte o el destino, porque por su culpa el destino de este mundo se fue a la mierda.

—¿A qué se refiere? —preguntó Antednis, esperando una respuesta por alguien, pero toda la Alianza se quedó callada.

—Las muertes dejarán de ser en vano cuando derrotemos a Eros...

—Es que no lo entienden —interrumpí a Electra, frustrada—, no es solo Eros con quien lucharemos, ustedes lo siguen viendo como un Dios, pero en realidad es un Imperial, además que también tenemos que lidiar con el Imperial Eleuthereus y contra dos Anillos del Núcleo. No creo que esta vez podamos ganar... si lo piensan bien, ustedes nunca han ganado sino Eros hubiera muerto hace años, pero lo único que hacía era desaparecer y volver cuando más vulnerables estaban todos... Todo este tiempo ha estado desarrollando un plan con un conocimiento mucho más elevado que el de Haektpa... Creo que está planeando el fin del mundo...

Toda la Alianza comenzó a protestar mientras Electra trataba de calmarlos y Antednis me miraba con desconcierto, pero me creía. Ni siquiera sabía lo que decía, simplemente apareció en mi mente y le encontré sentido, pero espero con toda mi alma que todo lo que hube mencionado sea mentira.

Faith [Parte 2: El Libro del Destino]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora