Capítulo 19: Realidad

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Todos despertamos cuando los rayos del alba nos iluminaron justo en el rostro, pues habíamos dejado el balcón un poco abierto. Savannah y yo estábamos acostadas en la cama con Belle, y Zeth y Oliver en el suelo con una almohada y dos sabanas.

El primero en despertar fue Oliver, aunque no estoy segura de que haya dormido, pues yo no lo hice. Estuve toda la noche repitiendo mil veces en mi mente lo ocurrido en el balcón. No podía dejar de sonreír, pero me aterraba la idea no saber qué hacer después: ¿qué se supone que se dice después de dar un beso? Además, no somos pareja, por lo que lo más probable sea aguantar, como si nada hubiera pasado. Deseaba que Brina estuviera conmigo para darme consejo.

—No abuela, no quiero comer pan... —murmuro Savannah dormida, pero me exalté y senté en la cama, y de reojo vi que Oliver también se sentó en el suelo, alertado. Volteamos a vernos al mismo tiempo y reímos, ruborizándonos.

Cuando Zeth despertó, levantamos a Savannah. Después de mucho tiempo verían a su familia de nuevo, pues ayer no pudieron porque llegaron en la noche y estaban todos descansando, por lo que decidieron no molestar. Me alegraba mucho por ellos, ver sus rostros felices y sus ojos desesperados. Sé que han tenido pérdidas, pero aún conservaban a esas personas que los querían y se preocupaban por ellos, alguien que los cuidaría y protegería por el resto de su vida.

Trate de evitar sentirme mal para no arruinar su ánimo, pues no voy a mentir, si me entristecí, la única familia que me quedaba era mi padre y lo odio. Deseaba con todas mis fuerzas que alguien me estuviera esperando abajo como los esperaban a ellos. Y aún tengo a mis tías, Leda e Iris, pero sé que no quieren nada que ver conmigo; estoy segura que dentro de su retorcida mente deben de pensar que hubiera sido mejor que yo hubiera muerto en vez de Brina, y admito que yo también lo pienso.

—Vamos, Faith —me llamó Savannah con una sonrisa agradable cuando los tres estaban en el marco de la puerta, listos para reunirse con su familia.

—Oh no, ustedes vayan, yo me quedaré con Belle un rato y limpiaré todo el desorden que dejamos. Pero los alcanzaré más tarde, lo prometo.

—¿Estás segura?

Asentí con la cabeza, forzando una sonrisa, y después de que Zeth y Savannah intercambiaran una mirada de consternación, me sonrieron con empatía y salieron de la habitación, excepto Oliver.

—Si no vas con ellos entonces ven conmigo —camino hacia a mí, extendiéndome su mano. La tomé con cariño, pero lo detuve cuando iba avanzar—, ¿no has saludado a mi padre?

—Lo salude ayer, a todos de hecho. No te preocupes por mí, estaré bien.

—Me preocupo porque sé que no lo estarás. Nadie en su sano juicio puede estar bien después de perder todo.

—No he perdido todo, te tengo a ti... —le dije con timidez— También a Belle, Zeth y Savannah por supuesto. Estaré bien.

—En tus ojos veo tristeza.

—Pero te veo con ojos de amor.

—Pues que ojos de amor más deprimentes —bromeo.

—Basta —reí, pero rápidamente puse semblante serio—. Tu padre te está esperando.

—Puede esperar...

—Yo no —interrumpió una voz imperial.

Volteamos asustados y notamos a Electra en el marco de la puerta con semblante serio y sosteniendo su bastón. Vestía lo mismo que llevaba ayer y me miraba fijamente, como si leyera mis pensamientos. Oliver se despidió de mí, pero antes de irse, me sorprendió cuando se dio la vuelta para besarme, pero ese beso fue breve y delicado, y sin mirar a Electra, quien ahora lo fulminaba con la mirada a él. Oliver pasó por su lado y salió de la habitación con prisa, como si temiera que Electra lo fuera a perseguir.

Faith [Parte 2: El Libro del Destino]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora