Capítulo Cinco.

1.1K 89 7
                                    


NICOLA...

Tengo la teoría del que el sexo y el romanticismo lo joden todo, como lo hizo con nuestra amistad. Jamás debió pasar más allá. Duré noches enteras reprendiéndome por haber flaqueado tantas veces, por haber cedido, y por más que intentaba justificarme en la debilidad de la carne no lograba sentirme mejor, tampoco logro sentirme mejor ahora con aquellos recuerdos amontonados e ignorados en mi cerebro y tampoco logré sentirme mejor cuando lo dejé a él y a mi familia atrás, huyendo de una realidad que ya era muy tarde para cambiar o mejorar.

Lo conocí cuando él tenía 13 y yo 18, quizá mucha la diferencia en edades, pero compaginábamos, quizás él era maduro para su edad o yo era retardad para la mía. Nos reuníamos a la hora del descanso y a la salida. Así hasta que llegó mi último día en ese lugar, o el que yo pensé sería mi último día.
Sus ojos fueron cántaros el día de mi graduación, el día en que ya no pertenecería a la secundaria. Lloraba con desconsuelo en mi hombro, lamentándose porque todos lo verían vulnerable. Estaba destrozado al pensar que ya no me tendría como su escudo, que ya no me vería todos los días. Juraba que esa sería la última vez que estaríamos cara a cara. Para consolarlo, le juré que no, que habría más ocasiones y que nos volveríamos a ver.

Como si el destino así lo quisiera, poco después ocurrió el divorcio de sus padres, una desgracia tal vez, pero él estaba feliz por los resultados que trajo esto. Su madre se mudó frente a la casa de mis padres junto con él y su hermana menor. De repente, Luke estaba más presente que nunca en mi vida. Un mes después, me nombraron como una especie de tutora en la secundaria a la que íbamos. Era un trabajo de medio tiempo que me permitía cubrir mis gastos universitarios. Ambos estábamos felices por cómo todo se había alineado a nuestro favor. Era como si el universo hubiera decidido unir nuestras vidas de una manera extraña.

Compartíamos más tiempo juntos. Se había convertido en una rutina ayudarle con sus tareas en las tardes, mientras también hacía las mías. Luke se sentía cómodo en mi hogar, y mi familia lo trataba como a uno más. Su madre, agradecida, me confiaba su vida sin reservas. Sentía que estaba haciendo algo significativo al estar allí para él, especialmente en medio de su caos familiar.

Pero todo cambió aquella tarde del 4 de febrero de ese año. Me llamó por teléfono para pedirme que lo llevara en mi auto al centro comercial. Ya eran cinco años de amistad, y su madre me confiaba su vida. Me trataba como a una de sus hijos cada vez que iba de visita, así que sus peticiones eran actitudes comunes. Maldije internamente porque estaba viendo un capítulo buenísimo de mi serie y no tenía ganas de socializar, pero no podía negarme. Me vestí rápidamente sin reparar mucho en mi atuendo: una mini falda jean, un suéter de rayas blancas y negras, y botas.

Durante el trayecto, Luke estaba inusualmente callado. Parecía que su mente divagaba en algo, algo que no se atrevía a compartir. Intenté animarlo, hacerle reír con alguna broma, pero él seguía ensimismado. Llegamos al centro comercial y comenzamos a pasear por las tiendas. Noté cómo sus ojos me seguían con una intensidad que no había percibido antes. Algo había cambiado, pero no podía identificar qué era.

Mientras caminábamos por una de las tiendas, Luke se detuvo de repente y me miró fijamente. Su expresión era inusualmente seria, algo que rara vez había visto en él.

— Nicola, ¿podemos hablar? —dijo, su voz llena de una gravedad que me desconcertó.

Sentí una punzada de preocupación en el estómago. Luke y yo siempre habíamos sido abiertos el uno con el otro, pero había algo en su tono y en la manera en que sus ojos se clavaban en los míos que me puso nerviosa.

— Claro, Luke. ¿Qué pasa? —respondí, intentando mantener la calma mientras mi mente se aceleraba con posibles escenarios.

Miró a su alrededor, como si buscara asegurarse de que nadie nos estaba prestando atención, y luego volvió a fijar su mirada en mí. Tomó una profunda respiración antes de hablar.

She's Mine & Only Mine Donde viven las historias. Descúbrelo ahora