She's Mine & Only Mine

Capítulo Veinticuatro.

NICOLA.

—Me alegra decirte que el bebé está avanzando en perfecto estado, Nicola. Lo estás haciendo muy bien -Gross, el doctor, retiró el transductor de mi vientre, para cambiar de imagen. — ¿ves esto aquí? - señaló un punto en la pantalla, yo asentí aunque sinceramente no entendía la imagen, más que el puntico que era mi hijo. — Eso es la placenta y logró reposar en el lado derecho de tu útero, es la pared menos lastimada - cuando el doctor dijo aquello mire a Luke que no despegaba los ojos del monitor, tampoco dejaba de sonreír como un bobo y yo volví a enamorarme de como él estaba disfrutando de la idea de ser padre. ¡Quizás si yo le hubiera dado la oportunidad, las cosas fueran diferentes! — Son buenas noticias, quiere decir que tu embarazo no es extremadamente complicado, debemos tener cuidado y no dar nada por hecho, pero por lo menos ya el bebé tiene un sitio seguro donde reposar - me impresione de cómo mis hombros soltaron la tensión de tantos días, escuchar eso fue un alivio reconfortante.

Estar en casa es la cosa más aburrida para una mujer intranquila y perfeccionista como yo, los primeros días fueron normales, mi madre estaba conmigo así que no me aburría tanto, Michelle, Lauren y Claudia iban casi todas las noches y se iban solo cuando él siempre protector Luke les recordaba que yo tenía que dormir todas mis horas, nos reíamos y jugábamos como niños, hasta que llegaba la hora de ellas marcharse y el ambiente se volvía denso, lo sobrellevaba, con mi mamá durmiendo a mi lado lo sobrellevaba, pero cuando ya ella no estaba, se volvió una tensión insoportable. Le rogué que se quedara más tiempo, pero no podía aplazar más sus responsabilidades en Irlanda. Luke dormía a dos habitaciones de la mía y solo me hablaba para lo necesario, aunque su trato era absolutamente amoroso y atento, como cuando todas las mañanas antes de irse dejaba un beso en mi frente y cuando creía que yo estaba profundo lo dejaba en mis labios. Cómo cuando llegaba del trabajo directo a prepararme la cena, como cuando el ánimo no me daba ni siquiera para bañarme y él lo hacía con la mayor sutileza y calma. Como cuando me cargaba para ayudarme a bajar las escaleras; pero todavía existía esa pared que nos dividía, nadie se atrevía a derrumbarla, los dos estábamos avergonzados y con culpas y eso me empezaba a generar ansiedad. Tenia estrictamente prohibido trabajar, aunque a escondidas Marcus iba en las noches antes de que Luke llegase, pasaba a dejarme las cuentas del día  para que yo las estudiase, y se iba sin ni siquiera bajar del auto.

Me di cuenta del embarazo cuando ya tenía 2 meses, lo que significa que durante esos meses mi estrellita estuvo luchando solita o solito. Y hoy con casi 4 meses mami lo estaba dando todo, para hacerle honor a su fuerza, papi también aportaba todo lo que podía.

—Me gustaría escuchar su corazoncito, doctor —dije, con emoción.

Luke estaba a mi lado, mirando la pantalla con la misma emoción que yo. Aún más, porque no paraba de hacer preguntas y señalar el puntico que era nuestro bebé. Sus ojos brillaban y una sonrisa constante adornaba su rostro.

—Perfecto, escuchemos su corazoncito —dijo el doctor, apretando una tecla en la máquina. De repente, los latidos del pequeño corazón inundaron el ambiente, llenando la habitación de una música tan dulce y rítmica que parecía marcar el inicio de una nueva melodía en nuestras vidas.

—¿Podría grabarlo, para ponerlo como mi ringtone? —preguntó Luke, sus ojos aún fijos en la pantalla. No pude evitar reír ante su entusiasmo; él era tan lindo.

El doctor sonrió y asintió, acomodando el equipo para que Luke pudiera capturar el sonido.

—Por supuesto, aquí tienes. Solo presiona este botón cuando estés listo.

Luke tomó su teléfono, con manos ligeramente temblorosas de emoción, y comenzó a grabar. Me di cuenta de lo mucho que significaba este momento para él, para nosotros. Cada latido resonaba con potencia, y Luke no dejaba de reír, con los labios llenos de amor.