Capítulo Treinta+dos.

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Hiiii!!! Yo de nuevo.
Baby Aghata, it's coming.

Me disculpo porque aún no he podido responder a los comentarios del otro cap, además si este cap resulta cansativo... la verdad es que este cap es de Aggie.

Disfruten mis amores. 🤎

NICOLA

— Clau! - dije con la voz en un hilo. Mis piernas comenzaron a temblar al mismo tiempo que mi frente se llenaba de sudor, una sensación extraña invadía mi vientre, mi vagina, todo mi cuerpo en realidad. Claudia tenía total enfoque en la morena he intentaba poner una pared para protegerme con su cuerpo que no era tan diferente en altura al mío.

Guíe mi mirada a mis pies y divisé el charco en medio de estos, ¡Dios! Ya venía, había roto fuente, ¿Qué se suponía que debía hacer? Justo en ese momento la primera contracción me invadió, fue tan repentina y tan fuerte que el grito se ahogó en mi garganta y solo pude sostenerme del mármol de los lavabos y respirar hondo mientras la sentía desvanecer.

Que inoportuno momento, pensé. ¿Por qué Justo ahora con esa loca amenazándome?

En mí carente enfoque vi a Claudia dar dos pasos hacia adelante imponiendo distancias entre Antonia y yo, Antonia entrecerró los ojos y se enderezó, saliendo lentamente de las sombras con una sonrisa amenazante. — ¿Unas cuantas qué? — preguntó con un tono sarcástico mientras se acercaba a Cláudia.

Cláudia, lejos de intimidarse, dio un paso adelante, bloqueándole el paso — Unas cuantas cachetadas o arrastradas, tú decides. — ladeó su cabeza.

Antonia soltó una carcajada, baja y sarcástica, mientras daba un paso más hacia Cláudia. — ¿De verdad crees que puedes intimidarme? — siseó, sus ojos llenos de furia contenida. — He pasado por cosas mucho peores que una niñita malcriada como tú.

Cláudia no se movió ni un centímetro, manteniéndose firme, con la barbilla en alto. — No es cuestión de intimidarte, es cuestión de que si te acercas a ella acabo contigo. Ya estoy harta de ti lo suficiente y ni siquiera te conozco. — Su voz era afilada como una hoja, y yo pude sentir la tensión en el aire volviéndose insoportable. Cada fibra de mi cuerpo estaba en alerta, pero la creciente oleada de dolor me impedía intervenir.

Sentí otra contracción atravesar mi abdomen, más intensa, dejándome casi sin aliento. Me sostuve de Lavabo con más fuerza, mientras mi visión se nublaba ligeramente. — Clau... — logré decir entre jadeos, tratando de advertirle, pero mi voz era apenas un susurro.

Cláudia no apartaba los ojos de Antonia, como si con su pura voluntad pudiera mantenerla a raya. — ¿Qué quieres, Antonia? — preguntó, su voz ahora más seria. — ¿Vas a quedarte aquí esperando que Nicola dé a luz, o vas a irte antes de que todo esto termine mal para ti?

Antonia sonrió de nuevo, esta vez con una calma peligrosa. — Lo que quiero, querida, es verla sufrir. Pero parece que hoy no se me dio..

Y sin previo aviso, dio media vuelta y caminó hacia la puerta, su silueta desvaneciéndose en el pasillo. El sonido de sus tacones golpeando el suelo resonó en mis oídos, y el alivio inmediato que sentí fue reemplazado rápidamente por la siguiente contracción, que me hizo doblarme de dolor.

— ¡Nicola! — exclamó inclinándose hacia mí mientras finalmente se giraba para mirarme con ojos llenos de preocupación. — Tenemos que llevarte al hospital, ahora.

— No sé si puedo... — murmuré, el dolor era tan abrumador que apenas podía pensar. Sabía que la bebé estaba llegando, y cada segundo que pasaba sentía que estábamos más lejos de una solución.

She's Mine & Only Mine Donde viven las historias. Descúbrelo ahora