Capítulo Treinta+uno.

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Otra vez capítulo con alta dosis de cursilería Y otra Canción de Adele; I found a Boy 💗 (target)

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Otra vez capítulo con alta dosis de cursilería
Y otra Canción de Adele; I found a Boy 💗 (target)

Disfruten:

Narradora.

— Vuélvemelo a pedir... pero ahora de rodillas y llamándome mami - pidió Nic con un puchero.

— Creo que así debí hacerlo desde un principio - se hincó frente a ella. Carraspeo y prosiguió — Estimada Nicola Mary Coughlan, alias la rubia más sexy que es Mía. Me atrevo esta joven noche a arrodillarme frente a usted, frente a el azul de sus ojos y el azul oscuro del cielo, para humildemente declararle mi amor etéreo y mi fanatismo enceguecido a su persona. Con la más veraz humildad me atrevo en el mismo orden a preguntar; Mami ¿aceptas compartir tus días y noches al lado de este modesto loco? - Le pregunto el hombre esta vez con la voz más venérea que alguna vez haya escuchado.

Nic sonrió con satisfacción al ver a Luke arrodillado frente a ella, con los ojos brillantes de emoción y incapaz que tanto cupiera dentro de ese solo hombre.

— ¿Ves? No es tan difícil cuando lo haces bien — dijo ella, alargando cada palabra mientras lo observaba con ese puchero irresistible.

Luke dejó escapar una risa suave, pero sus manos temblaban ligeramente cuando tomó las de ella. — Dama no creo aguantar mucho sin invadir su boca, así que con total sumisión le pido acepte mi propuesta para que me sienta con total libertad de desnudarla en este instante - Nicola se carcajeo.

El corazón de Nic dio un vuelco. Nunca lo había visto tan vulnerable, tan entregado. Bajó la mirada, luchando contra el nudo que se formaba en su garganta. Sin embargo, antes de que pudiera responder, Luke se levantó de repente, sus labios encontrando los de ella en un beso hambriento, casi desesperado. Era como si toda la tensión entre ellos finalmente hubiera encontrado una salida.

Los brazos de Luke rodearon su cintura, y antes de que se diera cuenta, ambos estaban caminando hacia donde ella creía era una de las sillas, sin dejar de besarse. Las estrellas brillaban sobre ellos, pero la única luz que realmente les importaba era la que ardía entre sus cuerpos, creciendo con cada caricia.

— ¿Aquí? — susurró Nic, con una mezcla de sorpresa y deseo, mientras Luke la empujaba suavemente contra una de las columnas de madera.

— Aquí — murmuró Luke, su respiración pesada, sus manos explorando cada rincón de su piel. — No hay nadie más. Este es nuestro lugar, solo nuestro.

Nic gimió suavemente cuando Luke comenzó a desabotonar su vestido con dedos ágiles, sin apartar los labios de su cuello. El aire de la noche era fresco, pero la calidez de sus cuerpos la envolvía por completo. Sentía la madera fría bajo sus pies descalzos mientras él la levantaba ligeramente, apoyándola contra la madera, sus ojos llenos de un deseo que ella compartía.

She's Mine & Only Mine Donde viven las historias. Descúbrelo ahora