Capítulo Treinta+tres.

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Remedy es una de las canciones más hermosas de Adele 💓 y siento que va con este Cap.

Disfruten!!

LUKE.

Tenía yo palabras para explicar lo hermosa que era mi hija? No, y lo declaro con total sinceridad. Al mirarla, me sentía sobrepasado por la emoción, como si el mundo a mi alrededor se desvaneciera, dejándonos solo a ella y a mí, en una burbuja de perfección. Se veía tan frágil, tan pequeña en mis brazos, con su piel arrugadita como la de una flor recién abierta, aún descubriendo el mundo, tan indefensa y vulnerable que me provocaba un instinto feroz de protegerla. Cada pequeño gesto, cada suave suspiro, me llenaba de una mezcla indescriptible de asombro y temor. ¿Cómo algo tan diminuto podía ser a la vez tan inmenso en significado? Cada vez que movía sus manitas, me parecía que intentaba tocar la inmensidad del universo que acababa de conocer, pero que ya la había envuelto por completo.

Nicola, a mi lado, se veía completamente agotada. Sus ojos, hinchados por el esfuerzo, se cerraban y abrían de forma inerte, como si quisiera resistirse a la marea del sueño que la arrastraba. No quería rendirse, no aún. Sus ojos seguían posándose en nuestra hija, apreciando cada centímetro de lo que había procreado en su vientre. Había algo en su mirada, una mezcla de asombro y agotamiento, como si intentara comprender lo incomprensible: cómo, de algo tan pequeño, de una simple bola de células, había nacido esta criatura perfecta, llena de vida. Era un pensamiento abrumador, tratar de encontrar la lógica en algo tan milagroso. Todo lo que deseaba en ese momento era que llegáramos a casa, que el caos de la sala de partos quedara atrás, y que, por fin, pudiéramos descansar. Quería que nuestra hija durmiera entre nosotros, protegida, arropada por nuestros cuerpos, como si pudiéramos mantenerla a salvo del mundo entero, al menos por esa primera noche.

Mi rubia fue llevada con cuidado al área de recuperación, donde permanecería hasta que los efectos de la anestesia comenzaran a disiparse. Aún estaba profundamente dormida, su pecho subía y bajaba de manera rítmica, en un sueño que parecía más reparador que cualquier otro. Era increíble verla así, después de tanto esfuerzo, tan tranquila y en paz. Sabía que, en cuanto despertara, las primeras horas serían un torbellino de emociones, dolor, y alegría. Pero por ahora, solo quería que descansara, que su cuerpo se recuperara de la batalla que acababa de librar. Pronto la trasladarían a una habitación privada, donde podríamos estar juntos, los tres, por fin. Digo los 6. Por otro lado, Aghata fue llevada al área neonatal para ser examinada como correspondía debido a su nacimiento prematuro, aunque el doctor me había asegurado que la niña estaba de buen tamaño, fuerza y reflejos. Que nació ochomesina porque ya estaba completamente formada, todo iría bien.

Mientras tanto, aproveché la oportunidad para salir y dar la noticia que las desesperadas esperaban. Afuera, tres mujeres impacientes deambulaban de un lado a otro, llenas de nervios y ansiedad. Pude verlas desde lejos, sus rostros tensos, sus manos moviéndose de manera inquieta, como si el tiempo que pasaba sin noticias fuese un castigo interminable. Bueno esas eran mi mamá y Lauren, Claudia por otro lado se había dormido en el asiento totalmente relajada. Al verme salir por la puerta, ambas se detuvieron en seco, sus ojos fijos en mí, esperando leer en mi expresión cualquier pista antes de que siquiera abriera la boca, Lauren le pegó una ligera cachetada a Claudia, quién inmediatamente despertó espantada, con el rostro engurruñado. Cuando sus ojos se enfocaron en mi, sin perder tiempo me alcanzó y me tomó del brazo para sentarme y entre las tres bombardearme en preguntas y amenazas.

Las palabras casi no me salían, la emoción me ahogaba. Pero al ver sus rostros llenos de preocupación transformarse en alivio al esbozar una sonrisa, sentí una ola de calidez recorrer mi cuerpo. "Ya está aquí", dije al fin, y sus gritos de alegría y abrazos me envolvieron de inmediato. La espera había terminado. Y después de tanta incertidumbre, todo había salido bien.

She's Mine & Only Mine Donde viven las historias. Descúbrelo ahora