Capítulo Veintitrés.

1K 96 129
                                    




Espero que odien este Cap 🫶


NARRADORA.

Si una cosa tenía clara Antonia Rou era que no dejaría que el maldito que le fue infiel fuera feliz con tanta facilidad. Y es que ¡vaya! Ella no lo amaba como tal, pero lo quería y lo acompañaba, y eso se merecía un mérito. Siempre lo apoyó, según ella; incondicionalmente (si se puede decir de esa manera) durante los últimos cinco años, y claro que esperaba algo a cambio, todos lo hacemos; aunque nos jactemos de decir que amamos incondicionalmente, en el fondo queremos que como mínimo nuestros sentimientos sean correspondidos. Ella no era tan sentimental, no le eran estrictamente necesarios los sentimientos románticos en una relación, se ufanaba de ser de pensamiento lógico y estoico, aunque por supuesto, sus acciones no reflejaban lo mismo. Y ¡que pena! Quería el suceso y buen vivir que Newton le podía brindar, digo, no era algo nuevo para ella la comodidad, pero si iba a salir de casa de sus padres debía migrar para algo al nivel del estilo de vida al que está acostumbrada, no podía pedir menos y Luke, cumplía exactamente con sus estándares. ¿Era algún pecado desear la comodidad y el bien estar?
No merecía ese trato y mucho menos que él intentara deshacerse de ella simplemente desplazándola a un lado. Eso jamás.

Mirarse en el espejo y repetirse lo bella que era en comparación a la rubia, bajita y rellenita, y ¿por qué no? también insípida que le había quitado a su pareja, era parte de su rutina diaria. Y por supuesto que no, esa sosa rubia no le llegaba ni a los talones, obviamente ella era más bella, inteligente y astuta, según sus autodescripciones. Sin embargo, ella no podía luchar contra el sentimentalismo y los cuestionables gustos del moreno, claramente ante eso perdía y perdió. Pero lo que sí podía hacer era no irse sin antes dejar una huella bien marcada de que con ella no se juega, menos en su propio terreno.

Había que ser un estúpido para no darse cuenta de las miradas y los gestos entre ellos aquella noche en el pub. También de la desmesura de su cuñada en cuanto a confianza con la mujer que supuestamente habían "reencontrado" hace una o dos semanas. Nicola se llamaba la chica, su sonrisa era linda, su rostro, debía reconocer que era precioso, pero su cuerpo, su cuerpo no le era competencia, y vaya error cometió al asumir eso. Tal vez en otra circunstancia le hubiera caído mejor, la rubia era cómica, pero no paraba de coquetear con su hombre.

Cuando la rubia se paró para ir al baño y segundos después él lo hizo detrás, pretendiendo ser discreto, pretendiendo que ella fuera una idiota que no se diera cuenta, pero era obvio que iba detrás de la gorda esa. También lo siguió, y lo vio entrar al baño de mujeres ¡Es un maldito!, pensó. Y antes de hacerle un escándalo, ella sería más astuta, barajaría mejor sus cartas, y los pondría en algún momento no muy lejano en jaque. Así que entró al baño y sin que ellos se dieran cuenta se escabulló en uno de los cubículos. Ahí se quedó y escuchó; escuchó cómo se dirigía a ella con tanta familiaridad, cómo su voz se volvía gruesa y profunda, como suele sonar cuando él esta excitado.

—¿Estás celosa? —preguntó él y por unos segundos nadie más habló hasta que lo hizo la bajita.

—¿De qué hablas? —replicó y lo siguiente que escuchó fue la confirmación a todas sus dudas.

—Te molesta que otra persona esté en tu lugar.- el no le preguntó, con firmeza lo afirmo y ya está, claro que ella iba a quedar sin palabras.

Casi los escucha tener sexo en el baño, los gemidos de ella, los gruñidos de él; el alma se le estaba endureciendo de tanto odio. De pronto se oyeron movimientos bruscos y cómo los zapatos de la amiga de Luke chocaban contra el piso huyendo. Solo quedó él, y con sigilo por una rendija pudo ver cómo se deshacía de su erección con el nombre de esa tipa en sus gemidos.

She's Mine & Only Mine Donde viven las historias. Descúbrelo ahora