Capítulo 29

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                                                                                          Abril

Hemos llegado al restaurante muy elegante, Atlas con su traje oscuro y una sonrisa encantadora, me abrió la puerta del auto. Me sentía como en un cuento de hadas moderno. Al entrar, te recibe una mezcla sutil de aromas: madera pulida, velas perfumadas y el suave murmullo de conversaciones animadas. Las paredes están revestidas de paneles de roble oscuro, adornados con cuadros de artistas locales.

Las mesas, cubiertas con manteles de lino blanco, están dispuestas estratégicamente para ofrecer privacidad sin sacrificar la vista panorámica de la ciudad a través de las ventanas altas, nuestra mesa parecía una zona VIP muy intima. Las lámparas colgantes de cristal arrojan destellos dorados sobre los comensales, creando un ambiente íntimo y romántico. La música de piano en vivo flota en el aire. El mesero se acercó con elegancia, sosteniendo el menú impreso en papel de alta calidad. Las letras doradas brillaban bajo la luz tenue del restaurante, y la selección de platos parecía una sinfonía de sabores.

–Todo suena muy exquisito...–comenté, deslizando mis dedos por las opciones. Mis ojos se encontraron con los de él, y en ese instante, el aire pareció cargarse de electricidad.

–Te puedo sugerir algo, si no te molesta–dijo él, su voz grave y sugerente. –El risotto de trufa es una experiencia celestial. Y el filete de salmón con salsa de mango... bueno, es como un beso bajo la luna llena.

–Confiare en usted, Señor Sideras.

–¿Te gusta el lugar? – preguntó, mirando alrededor.

–Es muy bonito, Señor... Sideras.

–Solo Atlas.

–Deme tiempo...no es fácil.

La cena transcurrió muy bien, hablamos de otros temas que curiosamente tenemos en común, y Atlas con su mirada intensa, rompió el hielo.

–Abril esta noche ha sido... especial– comenzó, su voz suave como el terciopelo de las cortinas. –No puedo evitar sentir que el universo nos ha dado una segunda oportunidad.

Asentí, sintiendo que mi corazón latía en sintonía fuerte con la historia que tuvimos en el pasado el "encuentro" su devoción por mis, es cautivante. –Atlas... también lo creo. Después de tantos años...me encontró.

–¿Ya vas a empezar a creer en el destino?

–Si, creo que si.

Él se inclinó hacia mí, sus dedos rozando los míos. –Porque la vida es demasiado corta para dejar pasar las oportunidades y no pienso dejarte nunca más. –beso mi mano.

Un torbellino de emociones sentí–¿Qué está sugiriendo?

Él sonrió, y en ese gesto, parecía cargar con todo el peso del mundo. –¿Qué tal si trabajas conmigo? En mi empresa. Sé que eres brillante, Abril.

–No funcionaria– susurró.

–¿Por qué no?

–Usted sabe que soy...bueno era estudiante de Diseño de Modas, lo administrativo no va conmigo...

Cierto lo omití. Pero también sé que eres curiosa, inteligente y apasionada. Eso es lo que necesito en mi equipo.

–Y pues, me gusta mi trabajo ... y mucho.

–Entonces déjame ayudarte con lo que te comenté del tratamiento.

–¿El estudio sobre la amnesia y mis dolores de cabeza?

–Así es.

–Si, lo necesito mucho. Y si, existe una alternativa para ayudarme con esto, claro que lo tomaré.

–Hablare con el Doctor, pronto regresa a Boston.

–¿No es de aquí?

–Es ruso, pero tiene laboratorios aquí. Es un doctor excepcional.

–Aaaah, y me puede enviar información de él, me encantaría investigarlo.

–Por su puesto.

–Espero que no se ofenda, pero debo saber a quien le voy a confiar mi cabeza.

–En lo absoluto, yo haría lo mismo.

–Le devolveré todo no s...

–No te aceptare ni un centavo, con tu gratitud es más que suficiente. Si... me recuerdas seria, mi mayor recompensa. –su voz era un susurro cargado de significado, y yo sentía que el mundo se estrechaba a nuestro alrededor.

–Pretende que acepte un tratamiento con un doctor, que parece que es "exclusivo" y no reciba nada a cambio, solo... porque le gusto. – no podía evitar usar la lógica era evidente. Y entonces, su confesión me golpeó como una ola inesperada.

–No solo me gustas, me enamore de ti... eres la mujer que ame hace muchos años. – Atlas se acercó aún más, su aliento rozando mi piel, y antes de que pudiera procesarlo, sus labios encontraron los míos.

El beso fue un cataclismo. Fue la promesa de un pasado que se reescribía en el presente. Sus labios eran cálidos y apasionados, y yo respondí con una urgencia que venía desde lo más profundo de mi ser. En ese momento, no había dudas ni miedos solo había nosotros dos, unidos por un hilo invisible que había perdurado a lo largo de los años.

Cuando nos separamos, yo estaba sin aliento fue el mejor beso de mi vida. Sonreía como una idiota, era una idiota feliz, confundida pero feliz. Atlas me miró con ojos que contenían un universo entero, y su sonrisa era la clave. La cena culmino.

Este hombre, me gusta.

Con un gesto caballeroso, me colocó su chaqueta sobre los hombros.– Hace frío. Vamos al auto.

Mientras él conducía, la nieve se acumulaba en el parabrisas. Pero dentro del coche, todo estaba cálido nos dirigimos al mirador de la ciudad en lo alto de la colina.

–Atlas.

–¿Sabes? Tu voz hace que mi nombre suene aún mejor. Como si estuviera destinado a salir de tus labios.

–Molestoso.–murmure.

Atlas me sonríe y tomaba mi mano. Sus dedos eran cálidos y fuertes, acerca mi mano a sus labios y deposita un beso.

–Pero dime hermosa, me quieres preguntar algo.

–Si.

–Para ti, siempre seré un libro abierto. Puedes preguntarme lo que quieras, y te responderé con honestidad.

–¿Tiene algo que ver... con la mafia de la ciudad?

Atlas me miró, y en sus ojos oscuros vi una lucha interna. Detuvo el auto, su respuesta fue un beso en la frente y suave, pero no era suficiente. Yo quería la verdad.

Toma mi cabello y lo acaricia.

–Atlas...

–No, Abril. ¿Por que lo preguntas?

–Yo solo...

–Amo tu cabello, es muy hermoso.


Por siempre inviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora