Atlas.
Estaba camino a la bodega donde tenían a los imbéciles que atacaron a Abril, tal como asumí fueron los insurrectos que suprimimos aquella noche que sacamos a esas basuras de las calles del Don, drogadictos que no tienen ninguna noción sobre el peligro por lo que veo.
Pero no creo que simplemente se les haya prendió el foco y pufs, decidieron atacar a la pareja de uno de los miembros de la mafia de la ciudad.
Hay algo más.
Abril se quedó con su madre, ya despertó y está bien, además que no quiere ni verme y es comprensible, aun no sabe que su amiga esta en coma. Y eso será otra grieta en nuestra relación si esa mujer llega a morir.
Me percato en mi retrovisor, que estoy siendo perseguido por un auto. No estoy de humor para esto, le envió un mensaje a uno de los escoltas que están a los costados que se encarguen mientras acelero y me adelanto.
Cuando llegue a la bodega donde tienes a esos hijos de putas, veo que ya han sido torturados. Tomasso, tiene una especie de manoplas. Su ropa esta con manchas de sangre, muchas manchas de sangre, luce asqueroso no creo que sea producto de lo de ahora.
—¿Qué han dicho?
—Están drogados, solo dicen estupideces.
—¿Solo estupideces?
—Si eso dije...pero adelante. Son todos tuyos.
—Te divertiste según veo.
Su mirada se volvió sombría. —No fue con estas basuras. —mientras me sonríe.
—¡Estas hecho un desastre!
—Me desestresé un poco por ahí—mientras se aleja un poco, y arrima en un taburete que está cerca de ahí.
Mientras me quito el blazer y subo las mangas de mi camisa. Tomo un cuchillo que está en una mesa lleno de armas de torturas, pero debo confesar que tengo predilección por las armas blancas.
Los dos sujetos están atados en una silla, uno junto al otro, parece que están semi inconscientes, lleno de moretones, y les han cortados unos dedos, uno tiene parece que le han quitado más dedos que el otro. Me acerco al que según indica Tomasso es quien le disparo a Abril.
—Bueno cucarachas asquerosas, quiero saber... ¿de donde salió la valentía para atacarme?. —Hago una pausa. — Acaso vino de aquí. —mientras presiono y hago un leve corte en el centro del pecho del sujeto que tengo al frente.
Mientras la sangre empieza a fluir, fue un corte limpio, no fue letal. Su rostro se deforma de dolor, mientras empieza a moverse con la absurda esperanza de liberarse. —¡Señor! por favor , ya no nos lastimen. Ya aprendimos. —grita el sujeto de alado.
—Pues yo no he enseñado ninguna lección aún.
—Señor por favor, ya nos cortaron los dedos. —dijo el sujeto mientras empezaba a llorar.
—Por favor, queremos vivir, ya no más. —dijo el sujeto al frente mío.
—¿Crees que mereces vivir?
—Si señor, tengo familia. ¡Piedad!
—Repito de nuevo, ¿crees que mereces vivir? —estoy ansioso por la respuesta que me va a dar. La vida es un regalo de Dios que debemos aprovecharla con gratitud y plenitud. — ¿Como honras el don precioso de tu existencia?
Pero no hay respuesta.
—El aire que respiras es un regalo sutil, del que no eres digno. —digo mientras con el cuchillo de manera rápida le cortó una oreja.
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Por siempre invierno
RomanceSolo soy una chica más de la que dicen que "la suerte" le cambio la vida, pero no fue ella si no ... el destino irrevocable que me atrapó en su caótica vida. ...