Abril.
Las luces del vestidor parpadean suavemente, un contraste casi cómico con la intensidad de la noche. Mi corazón late con la misma fuerza que el viento en una tormenta inminente. Este vestido... No, no es solo un vestido; es el último estertor de todo lo que he pasado este año. Cada puntada, cada capa de tela, es una representación tangible de la tempestad interna que he enfrentado. El encaje negro, la caída dramática de la seda... es casi como si hubiera atrapado la tormenta en cada hilo y ahora la desbordara en la pasarela.
Observar a la modelo mirarse en el espejo, como si fuera la personificación de la tormenta misma, me hace sentir que todo este esfuerzo, todas las noches sin dormir y los momentos de duda, han valido la pena. Este diseño, mi último grito de desesperación y esperanza, está a punto de alcanzar el mundo y, con suerte, resonar con alguien más, como lo hizo conmigo.
"Solo un poco más," pienso, mientras ajusto la última hebilla. Todo debe estar perfecto. Todo. El desfile está a punto de comenzar y, por un momento, me siento completamente abrumada, una mezcla de ansiedad y excitación tan fuerte que casi puedo tocarla. La pesadez del año se ha materializado en cada pliegue de este vestido, y ahora, al ver cómo se ve en la modelo, siento una mezcla de orgullo y temor. ¿Y si no es suficiente? ¿Y si todo esto no es lo que imagino?
Una ráfaga de aire fresco entra cuando la puerta se abre. Ahí está Eloise con una gran sonrisa a pesar que esta igual de agotada que yo. Me pasa un refresco.
—Aquí tienes, sabes que necesitas esto.
—Gracias —respondo, aceptando la bebida con manos temblorosas. Siento el líquido frío calmarme un poco. «Solo unos minutos más,» me repito mentalmente.
Eloise se acerca, me abraza con la familiaridad de quien ha compartido cada momento crucial, cada lágrima, cada pequeño triunfo y fracaso. La abrazo de vuelta, cerrando los ojos y dejando que el calor de su amistad me envuelva.
—Ya falta poco, todo saldrá bien —dice ella, con una seguridad que deseo poder replicar.
—Lo sé, pero... es como si mi vida estuviera en este momento. Todo lo que he hecho, todo lo que he sido... —mi voz se quiebra, y no puedo evitarlo.
—Lo sé, y lo entiendes. Nos hemos desvivido por esto, por eso, y ahora es el momento de ver el fruto de todo ese esfuerzo. —Eloise me mira a los ojos, sus pupilas llenas de una comprensión profunda. Luego, con una sonrisa traviesa, añade—. ¿Sabes qué? He estado pensando... una conocida me consiguió entradas para el Fashion Week de Nueva York. ¿Quieres venir conmigo? Un cambio de aires puede ser justo lo que necesitas.
Mis ojos se abren de par en par ante la propuesta. La idea de escapar, aunque sea brevemente, a la vibrante locura de Nueva York es tentadora. Podría ser la pausa que tanto necesito, una nueva perspectiva para recargarme antes de enfrentar lo que venga.
—¿De verdad? Eso suena increíble. No sé... quizás sí lo necesite. Solo... déjame concentrarme en esto primero.
—Claro. Haremos que este desfile sea inolvidable, y después, haremos maletas para una pequeña aventura —afirma Eloise, dándome un último apretón en el hombro antes de darme un guiño alentador.
Me quedo allí, observando cómo Eloise se aleja para preparar la próxima parte del espectáculo, y me siento un poco más ligera. Quizás lo que necesito no es solo ver mi creación en la pasarela, sino también ver cómo el mundo sigue girando, a pesar de las tormentas que atravesamos.
Eloise se acerca con una expresión cómplice en su rostro, sus ojos brillando con una mezcla de emoción, tratando de mantener la calma.
—Oye, hay una sorpresa para ti.
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Por siempre invierno
RomanceSolo soy una chica más de la que dicen que "la suerte" le cambio la vida, pero no fue ella si no ... el destino irrevocable que me atrapó en su caótica vida. ...