Capitulo 2

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Durante la mañana en Garden of Needles todo ajetreado como de costumbre entre los clientes y proveedores de telas, fue muy pesado. Ya siendo la hora de un aperitivo, Paulette nos comparte su tarta de manzana, siempre nos consiente al ser la mayor del grupo es muy amable, se desarrolla un momento de complicidad y descanso con las compañeras.

–Si y eso ocurrió con esa novia, fue increíble–dijo Anna, mientras disfruta de su rebanada.

–Sin contar el detalle de la madre, la envidio –susurro Paulette –Y tú... Abril ¿Cuándo nos darás la sorpresa de hacer tu vestido de boda?

–Estoy segura que te darán un gran descuento la dura Doña Mariane. –dijo Anna –O... ¿lo harás tú misma?

–No tengo novio, pero mi vestido si...tengo en mente un corte sirena de encaje, pero aún no llega el hombre perfecto que me vaya hacerlo usar.

–Pero cariño, no andarás modo Disney esperando que llegue el príncipe azul.

–¡No¡... !En lo absoluto¡ yo sé, que no existe el hombre perfecto, pero si que existe el hombre perfecto para mí.

–Permíteme decirte algo Linda: No confíes en los hombres no todos son príncipes encantadores, estas en una edad en la que tienes todo el tiempo para explorar ese terreno, el romance no siempre es un camino de rosas.

–Igual, pienso que si alguien llega a mi vida será el destino algo de Dios. Pero gracias por tus palabras Ana –le sonrió– mejor brindemos para que halle a mi verdadero amor y que ustedes sean mis ayudantes a la hora de confeccionar mi vestido de bodas

– ¡Que así sea¡— decimos al unísono.

–!Abril! te necesitan en oficina de urgencia–dijo Gabrielle la recepcionista interrumpiendo el descanso.

...

Con la angustia a flor de piel ya en el hospital, mi hermano tuvo una crisis severa de asma, procuro mantener la calma pero es mortificante, se vuelve sumamente difícil en momentos así

– ¡Dios porque tenía que pasar esto ahora!

El doctor se acerca a mí y me explica el cuadro clínico de mi hermano, no fue grave eso es un alivio, sin embargo debe mantenerse aquí hasta mañana temprano que le darán el alta, le agradezco al doctor.

Cuando regreso a la sala de espera, una señora mayor se me acerca.

–Señorita Anderson, soy la profesora de David ¿Que le comunicaron los doctores sobre su estado de salud?

–Que ya pasó lo critico... solo tiene que pasar la noche aquí, gracias por todo profesora.–estrecho sus manos.

En ese momento entra en la sala un hombre elegante en compañía de más personas uniformadas, ¿son acaso... guardaespaldas? Pero reconozco aquellos ojos oscuros y profundos, !es aquel hombre de la cafetería¡ Y está sostiendo un sobre mientras conversa con un doctor y se lo entrega, luego nos mira y se acerca a nosotras.

–Disculpe profesora ¿Cómo se encuentra el joven?

–Él se encuentra mucho mejor señor Sideras, la señorita aquí presente es su hermana.—mientras me señala.

–Siento lo ocurrido a su hermano soy Atlas Sideras, por cierto.

–Abril Anderson si me disculpan, mi hermano necesita de mí.

Siento que actúa como si fuera la primera vez que me ve, como si hace unas horas se le hubiera borrado el casete, ¿está acaso ignorando haberme visto en la cafetería?

Por siempre inviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora