no te dejare ir

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Cuando el sol entra en la habitación y me despierta por la mañana, Poncho y yo estamos cuchareando. Tiene la cara enterrada en mi cuello, aferrada a mí. Me acurruco en la cama, sintiendo todo ese amor. Abro los ojos, respiro hondo, siento el aire fresco de la mañana. Respirando amor, respirando vida. Estoy aquí despertando con el hombre que amo, sin preocuparme por nada en absoluto. ¡Nada! Yo, él y nuestro mundo privado solamente. Los rayos del sol también golpearon la cara de Poncho, despertándolo. Frunce el ceño y se esfuerza por abrir los ojos. Lo miro encantado.

Poncho: Buenos días. Abre un poco los ojos y me sonríe

Anahí: Tendríamos que haber cerrado la cortina antes de irnos a dormir.

Poncho: Lo último que iba a recordar ayer eran las cortinas. – sonríe – ¿Qué hora es?

Levanto el cuerpo para coger el teléfono de la mesita de noche y miro la hora. No me suelta, me sujeta la cintura con fuerza. Saco mi teléfono celular y lo llevo a la cama.

Anahí: 9:15 a.m.

Poncho: ¿Cogimos el tren de las 11 de la mañana? ¿Hay tiempo?

Anahí: Eso creo. Tenemos que ponernos de pie.

Poncho: No, todavía no. Me besa la espalda, los hombros, me muerde la oreja

Anahí: Quiero hacer una cosa

Poncho: ¿Qué? - me mira emocionado

Anahí: Una cosa para todos los que siempre han creído en nuestro amor. – Siente curiosidad – Mira aquí.

Enciendo la cámara de mi teléfono y apuntándola en nuestra dirección. En lugar de sonreír, me besa en la mejilla, sonriendo. Yo también sonrío y tomo la foto.

Poncho: Al menos no estamos desnudos. - Me río

Anahí: Fue hermoso. Mirar. Le muestro el teléfono. Sonríe

Poncho: ¡Hermoso! Sabes que vas a volver loco a todo el mundo, ¿verdad?

Anahí: Eso es lo que quiero. – Me siento en la cama sonriendo – Siempre creyeron, siempre nos animaron. Es lo menos que podemos hacer, compartir esa felicidad. Se sienta a mi lado, me besa en la mejilla y me abraza

Entro en instagram para publicar la foto. Observa. Lo edito y lo subtitulo: "Eres mágico, único, real... ♥♥♥ @ponchohd " se publica. Me sonríe.

Anahí: Levantémonos. Si no, vamos a perder el tren. Asiente con la cabeza sobre el pico y se pone de pie

Llegamos tarde a la estación. Pero con esfuerzo logramos subirnos a bordo. Las 4 horas hasta Madrid estuvieron llenas de conversaciones. Poncho me preguntó qué pensaba hacer ahora y empezamos a hablar de cómo actuar. Decidimos que lo mejor es hacer una entrevista, una rueda de prensa y a los aficionados. Para aclarar todo lo que me pasó a mí y a los dos también. Después de la foto que publiqué esta mañana, el mundo va a correr detrás de nosotros. Decido llamar a Guillermo cuando lleguemos a Madrid. Mi celular está en silencio, después de todo, no deja de sonar. El propio Guillermo ha llamado unas 30 veces, mi madre unas 50 veces. Pero estoy en el mundo.

Llegamos al hotel de Madrid. Poncho corre hacia la mini-nevera y yo cojo el teléfono.

Anahí: Voy a llamar a Guillhermo, para agendar la entrevista para cuando volvamos.

Poncho: Hazlo. Hagámoslo juntos.

Anahí: Creo que también es mejor.

Poncho: ¿Y cuándo volvemos?