Poncho: ¿Ya te has decidido por la iglesia? – me abraza
Anahi: No. ¿ideas? – Hago pucheros
Poncho: ¿Cuál es la diferencia entre uno y otro?
Anahi: NO LO EXPLICARÉ. ¡GUAU, PONCHO! – se ríe
Poncho: Eh, es sólo una pregunta. – Lo miro – Todo es iglesia, Cualquiera.
Anahi: “es todo iglesia, cualquiera?” está bien, está bien entonces. Voy a tomar el vestido más pequeño que tengo y usarlo el día de mi boda, después de todo, son todos vestidos, ¿verdad? ¿podría ser?
Poncho: ¡Dios mío! – sacude la cabeza – Eres sarcástico al máximo nivel, ¿lo sabías?
Anahi: Está todo disfrazado. – Bebo vino
Poncho: Ya lo entiendo, lo único que no entiendo es toda esta indecisión para una iglesia. Quiero casarme contigo, sin importar la iglesia, el sacerdote o incluso el vestido que uses. Si quieres usar el vestido más pequeño de tu armario, me parece bien, sólo quiero que estés allí. En cualquier iglesia o en cualquier lugar. – vuelve la cara y bebe el vino en silencio
Anahi: Lo siento. Sólo quería que todo fuera perfecto. – Me doy la vuelta hacia adelante, también en silencio.
Y así permanecimos en silencio, bebiendo vino y sin mirar nada durante algún tiempo, tal vez demasiado tiempo. Cierro los ojos y respiro profundamente.
Anahi: ¿No crees que vamos a arruinarlo todo casándonos? – él me mira
Poncho: ¿No quieres?
Anahi: No quiero que hagas esto sólo porque es mi sueño, Poncho. Este tiene que ser un sueño nuestro. No te amaré menos porque no tenemos un papel firmado que me llame tu esposa.
Poncho: ¿Y quién dijo que no quiero?
Anahi: No lo sé, parece que sí. – desde el hombro
Poncho: Si no quisiera, no te habría pedido que te casaras conmigo. – vuelve a apartar la cara – Siempre te lo dije, incluso antes de que empezáramos todo esto, no sé cómo ser Príncipe Azul, nunca me he sentido así con nadie y no me avergüenza admitirlo. Eres mi punto débil y mi punto fuerte. Puede que no sea lo que soñaste, pero estoy aprendiendo a afrontarlo, todo es nuevo para mí.
Anahi: No quiero que cambies, Poncho. Realmente no quiero. Me enamoré de ti así. Simplemente no quiero organizar todo esto solo, quiero que los dos lo hagamos juntos, para que sea nuestra boda, no solo mi capricho. ¿él entiende?
Poncho: ¿Y no participo? ¿Me senté en esta cama contigo para que pudiéramos hablar exactamente de qué? Ahora no sé si la diferencia entre una iglesia y otra es pecado? – Le doy la espalda, sentado en la cama
Anahi: Simplemente no creo que estés tan dedicado a ello como yo. Sólo deseo.. No lo sé, déjalo ir.
Poncho: Bine, Anahi. Honestamente, ya no sé cómo actuar. Nada de lo que hago te parece suficiente. Dime lo que esperas, dame un guión o un manual de instrucciones. Porque es difícil entenderte. – se levanta y sale de la habitación.
Cierro los ojos cuando escucho cerrar la puerta. Me llevo las manos a la cara y siento una fuerte lágrima. Me acuesto en la cama y me abrazo las piernas. ¿Por qué todo es tan complicado? ¿Me equivoco al querer un poco más de dedicación por su parte? Después de todo, si no voy tras él a ver las cosas de la boda, todo será un desastre. Sólo quería más interés, más atención. No estoy pidiendo mucho, ¿verdad? Este es nuestro día, maldita sea. Como mínimo, quería que fuera algo así como nosotros, un poco de cada uno y muchos de nosotros. Me siento en la cama y me seco las lágrimas, recuerdo algo que me dijo mi madre cuando le hablé de matrimonio. “El matrimonio no es como si jugaras con muñecas cuando eras más joven. Necesitas ser flexible. Eres diferente, piensas y actúas de diferentes maneras. Una relación se trata de darte y moldearte a ti mismo. No todo será como esperas, pero deja que la vida te sorprenda, quién sabe, incluso podría ser mejor. Simplemente no olvides que tendrás que renunciar a algunas cosas y tragarte tu orgullo otras 50 veces si quieres ser completamente feliz. Es el precio que pagas.” Y cuando dije Sí por Poncho estaba dispuesto a pagar. Me levanté y salí de la habitación, bajando las escaleras, buscándolo. Cuando llego a los últimos escalones, lo veo sentado en el sofá, de espaldas a las escaleras, bebiendo whisky y mirando a lo lejos. Sé que está conmocionado y triste. Y me rompe el corazón. Me acerco lentamente y me siento a su lado, sacándolo de sus pensamientos. Se asusta y me mira. Me siento sobre mis piernas, de lado en el sofá, frente a él.
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no te dejare ir
FanfictionMucho ha cambiado desde que Anahi y Alfonso se separaron con el fin de RBD, cada uno siguió su propia vida, su propio camino. Pero, ¿fueron realmente las decisiones tomadas en aquel entonces las mejores? La vida responde. Y, en un reencuentro inespe...