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Maite y Koko hacen una fiesta en la mesa. Me libero de Poncho y susurro que voy al baño. Él tira de mí, sonriendo con picardía.

Poncho: Iré contigo. – Lo miro asustada y regañándolo

Anahi: ¿Estás loco? – Sonrío

Poncho: Ah, ven aquí.. – me jala y me abraza por detrás, caminando conmigo hasta el baño.

Cuando llegamos a la puerta del baño hace ademán de soltarme y entrar al baño de hombres cuando una mujer sale del baño. Me río y me llevo las manos a la cara mirándolo.

Poncho: ¿El de hombres o el de mujeres?

Anahi: Poncho, no hagamos eso. ¡Abandonar! – Me río

Se acerca a mí, lentamente, sonriendo lleno de segundas intenciones. Me aprieta la cintura y me presiona contra la pared. Desliza sus manos por mi costado, apretando mi muslo. Mientras besa, chupa y respira pesadamente en mi cuello. Cierro los ojos y me muerdo los labios...

Anahi: Eso es malo... - me besa

Y todo lo que puedo decir es...

Anahi: Sobre los hombres. – se ríe y me toma de la mano.
Entro al baño con la cabeza gacha, que por suerte está vacío. Me envuelve alrededor de la cintura y entra conmigo a una cabaña, presionándome contra la puerta.

Anahi: No puedo creer que esté haciendo esto. – se ríe – ¿Qué pasa si alguien entra?

Poncho: Así que será mejor que te quedes callado.. – Le golpeo el hombro y me toca el muslo, levantando mi vestido.

Él sube, me aprieta el culo*a y me besa. Lo empujo y se sienta en el baño. Toco el borde de mi vestido y subo lentamente, moviendo mis caderas. Intenta tocarme y le saque las manos de una patada, se ríe.  Estoy levantando el vestido, pasándolo por mi vientre, mis pechos, mis hombros.. Está fascinado, acristalado al mirar mi cuerpo. Me lo quito y me siento en su regazo. Me besa y le desabrocho la blusa, sin quitársela, simplemente rascándose el pecho. Me tira por la cadera, presionándome y sujetándome por la espalda, hasta llegar al cierre de mi sujetador. Lo abre lentamente, besándome el regazo, besándome y mordisqueando mis pechos. Gime y echo la cabeza hacia atrás.. Cuando escuchamos un ruido de alguien entrando al baño. Poncho me pone la mano en la boca y me congelo. Alguien entra a una cabaña y escucho ruidos. Poncho reprime sus risas y cierro los ojos, incrédulo ante la situación. Ruido del baño y el chico sale del baño. Poncho me saca la mano de la boca y se echa a reír.

Anahi: Sigue siendo un cerdo, ni siquiera se lava las manos. – Me veo disgustado – Te lavas las manos, ¿verdad? – se ríe

Poncho: Lăsura, orice. Bueno, a veces. – frunzco el ceño

Anahi: Cât de dezgustător, Poncho! ¡qué asco!

Poncho: Es la regla de un hombre. – se encoge de hombros

Anahi: Regla del cerdo.

Poncho: Estoy bromeando, no soy un cerdo.. – él sostiene mi cara – Ven aquí – y bésame

Él me sujeta la cintura y empiezo a dar vueltas en su regazo. Se levanta conmigo. Y le abro los pantalones, bajándolos junto con la ropa interior. Toco a su miembro y él devora mi cuello, jadeando, gimiendo conmigo. Me tira por la cadera, se sienta en el inodoro y yo me quedo frente a él. Besa mi vientre, me sujeta fuerte y me baja las bragas. Me lo quito y me siento en su regazo, él me sujeta fuerte y me penetra. doblo mis piernas, las levanto del suelo y me aferro firmemente a sus hombros. Me anima por las caderas y yo hago twerking, rebotando y volviéndose loco en sus brazos. Me sujeta con fuerza y me chupa los senos. gime fuerte, él cierra los ojos y siento todos sus músculos rígidos. No puedo disfrutar tanto, tanto éxtasis y llego al clímax cuando él me atrae, peinando profundamente. Me quejo y él también se corre. Me dejé caer y apoyé mi frente sobre su hombro y él me acaricia la espalda, besándome la frente.

no te dejare irDonde viven las historias. Descúbrelo ahora