no te dejare ir

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uando termina el espectáculo, salgo del escenario todavía temblando. Guillermo me da la bienvenida sonriendo, con su hobby.

Anahi: ¿sabías! – Te doy una palmada en el hombro – Estoy desesperado y me estás tendiendo una trampa.

Guillermo: La causa fue noble. – se encoge de hombros

Poncho se acerca riendo.

Poncho: No pelees con él, fue mi petición.

Anahi: Estaba desesperada sin saber nada de ti, ¿sabes? Pensé que habían pasado tantas cosas.

Poncho: Ya te dije que no te preocuparas, soy Superman, ¿lo has olvidado? - él se ríe

Anahi: Bestia. – Sacudo la cabeza, riendo – Poncho, todavía no puedo creer que hayas hecho eso.

Poncho: ¿No te gustó?

Anahi: ¿si no me gustara? – me mira con miedo – Poncho, fue lo más hermoso que alguien había hecho por mí en toda mi vida. No tengo palabras.

Poncho: No necesitas decir nada. – me pone un mechón de pelo detrás de la oreja – En realidad sí, di que sí. Di que me aceptas.

Anahi: Por supuesto. Te amo. – lo beso

Guillermo regresa.

Guillermo: Voy a salir a cenar y disfrutar de São Paulo con el equipo, ¿quieres ir? – Poncho me mira

Anahi: Nu. Estoy cansado y quiero estar con Poncho.

Guillermo: Me imaginé. Disfruten, niños. Mañana a las 8 de la mañana tomamos el vuelo a Río.

Anahi: Ningún problema.

Guillermo: Buenas noches

Anahi y Poncho: Noapte bună.

Poncho: ¿Estás seguro de que no quieres ir?

Anahi: Tengo. Si salgo, quiero salir sólo contigo.

Poncho: Tengo una idea. – me abraza por detrás y caminamos hasta el camerino – Te cambias de ropa, te preparas, tómate tu tiempo. Vamos al hotel, comemos, hablamos, salimos, me río, descansamos. Mañana tienes un espectáculo y estaremos en la maravillosa ciudad. Después del espectáculo nos fuimos, porque al día siguiente puedes descansar.

Anahi: Siempre tienes grandes ideas.

Poncho: Ponlo en mi lista de habilidades. – me besa el cuello y me río

Cuando llego al camerino publico una foto de mi mano con el anillo en Instagram con la leyenda: “Hoy estoy feliz gracias a Dios, feliz gracias a ti. @ponchohd”.

Estamos sentados en la cama. Frente, cenando. Poncho pidió comida en la habitación, mientras yo me duchaba bien. Estoy en bata de baño, con piernas indias, comiendo. Todavía lleva jeans y una blusa negra, recostado en la cama, comiendo también.

Poncho: Entonces, ¿eso significa que te preocupabas por mí?

Anahi: ¿Cuándo no me preocupo por ti?

Poncho: Es bueno saberlo. – se ríe

Anahi: ¿Cuándo tuviste esta idea?

Poncho: ¿Para pedirte que te cases conmigo o arruines el programa? – me río

Anahi: Ambos

Poncho: Bueno, tengo muchas ganas de pedirte que te cases conmigo desde Madrid. En Bora Bora ensayé mil veces, pero cuando me dijiste que no estabas seguro de tener un hijo, temí que no fuera el momento. Entonces dejé las cosas como estaban. Hasta que un día hablé con Koko, a quien fuimos a cenar a Maite. Me dijo algunas cosas que no había visto hasta entonces, mejor aún, no me había dado cuenta. Y comencé a planificar, ibas a empezar la gira, al principio iba a esperar a que terminara, pero un día me enviaron un video en Twitter de un beso nuestro en un show en Chile. Y se me ocurrió la idea. Elegí Brasil porque es muy simbólico para nosotros.