Beep, beep, beep.
¿Es mi móvil?
Abro un ojo.
Joder, es sábado y son las ocho de la mañana
Ya puede ser importante porque estaba teniendo el mejor sueño que podía existir en estos momentos para mí. Me estaba liando con Marta, la tía que me trae de cabeza, en la discoteca en la fiesta de fin de curso. Es la tía más alucinante que he conocido en mi vida.
Beep, beep, beep.
Me cago en la hostia.
Abro el otro ojo al ver que no deja de sonar. Voy a reventar a la persona que está al otro lado. Le doy al botón verde, sin mirar quién es, mientras digo con un tono bastante cabreado:
—Seas quien seas te voy a...
¡Qué humor gastas, Mat!
A este lo reviento, me da igual que sea mi mejor amigo y encima el novio de mi hermana. Por muy cuñado que sea, estas no son horas. Yo me lo cargo.
—Julián, ¡son las ocho de la mañana! ¿Qué coño pasa? —le digo con el tono más alto que puedo, contando la hora que es, claro.
—¿Y? ¿Eso es excusa para despertarte con ese humor?
—¿Cómo quieres que esté? Es la hostia de pronto. Aún no han puesto las calles y...
—Déjate de gilipolleces y desembucha. ¿Estarás contento o qué?
—No te pillo —respondo con una voz somnolienta que hasta yo mismo me colgaría para dejarme dormir por la pena que tengo que estar dando, pero parece que mi cuñadito va a seguir dando por el saco—. Estaba soñando con... —prefiero callarme. Si le cuento a Julián, se descojonaría, como lo hice yo en su momento.
—No me lo digas —me interrumpe——. Estabas soñando con ELLA y seguro que la estabas besando, qué digo besando, le estabas comiendo la boca de un modo que parecía que estabais solos en el sofá.
Me aparto el teléfono y empiezo a mirar por todos los lados por si hay una cámara oculta. ¿Y este cómo sabe eso? Voy a disimular. Se me da genial. Este puede ser un tocapelotas de diez y estar recordándomelo mientras viva.
—Anda, Julián. A ti estar con mi hermana te trastoca el cerebro.
—¡Por Dios, Mateo! ¡Si os vimos ayer todos en la discoteca!
Suelto el móvil y empiezo a saltar en la cama. ¡No ha sido un sueño! ¡Es real! ¡Ocurrió!
—Mat, Mat...—oigo a lo lejos. Tengo que serenarme, y sobre todo que no se note que me acaban de confirmar la mejor noticia del mundo mundial
—Perdón, tío. Se me ha caído el móvil. —Lo que yo digo, disimulo muy bien—. Ya te he comentado que estaba durmiendo.
—Sí, lo que digas. ¡Es que lo sabía! ¿Te acuerdas cuando el fin de semana pasado estábamos los tres en Enciso porque se celebraba el Encinart, la Muestra de Teatro y Arte de calle y Patio, y te pregunté por ella?
—Vagamente.
Miento. Claro que me acuerdo. Como si fuera ayer. Después de un duro interrogatorio por parte de mi mejor amigo y Teo, un colega que llegó este curso al instituto y que nos hemos vuelto inseparables, acabé confesando mis sentimientos por Marta. No pude hacer otra cosa, bueno sí, mentir, pero es que cuando quieren pueden llegar a ser muy persuasivos...
—Tierra llamando a Mat. ¿Estás ahí? —me dice Julián sacándome de mis recuerdos. No se puede ser tan pesado tan pronto. No entiende que la gente necesita despertarse a su ritmo, sin que sea un bombardeo
—Sí, perdona.
A este paso se me van a acabar las excusas. Tengo una facilidad pasmosa para evadirme en mi propio mundo y más si empieza por «M» y termina por «A».
—Bueno, ¿cómo fue? Quiero todos los detalles.
Vaya, ya salió Julián, la portera más chismosa que os podáis imaginar. Y no exagero ni un poquito. Podría ser colaborador en cualquier programa de esos de corazón, y no le quitaban la silla ni con agua caliente.
—¿Perdona? Eso ni de coña. Tú aún no has contestado a mis preguntas sobre cómo fue el comienzo con mi hermana.
Toma, ahí lo lleva.
—Touché. Bueno..., viendo que no estás muy comunicativo te dejo. Cuando te despiertes, hablamos.
—Venga, hasta luego. Que te den —le contesto con ganas de cortar.
Cuelgo y al minuto oigo maldecir a mi hermana. Creo que hoy no es el día más apropiado para Julián para despertar a los hermanos Maceto Pereira.
Lo adoro, pero...
ESTÁS LEYENDO
Más allá del primer beso
RomanceYo estaba acostumbrado a un rollo de dos semanas donde todo acababa dejando a la otra persona en visto o simplemente no llamando. Pero Marta es diferente. El primer beso de ayer fue distinto, pero las cosas se complican a pasos agigantados: mis padr...