—A ti, siempre —le digo sin pensar mientras me doy la vuelta y me encuentro esa sonrisa. La que llevaba tanto tiempo echando de menos. Está delante de mí—. ¿Qué haces aquí?
Veo que gira la cabeza. Sigo su mirada y veo a mi hermana con estos dos.
Me la ha jugado. Nai es la mejor. Toda la parafernalia que había montado para mañana, era realmente para hoy. Veo que me guiña un ojo y me manda un beso.
Le sonrío, le devuelvo el guiño y me concentro en Marta.
De repente, se oye una canción. Me encanta. Me recuerda a ella, bueno a los dos. Es nuestra canción. La que está en primer lugar en el MP3. No se lo he dicho a nadie, pero cada vez que la escucho me acuerdo de nuestro primer beso, que fue aquí mismo hace casi dos meses.
—Lo... —decimos los dos a la vez. Nos reímos. El ambiente empieza a destensarse. Esa sonrisa me desmonta. Vamos en busca de un sitio menos concurrido.
—Lo siento, Marta —empiezo yo esta vez—. No tenía que haberme puesto como lo hice. Tendría que haberme imaginado que habría una explicación. Pero...
—Te entiendo, Mat —me interrumpe—. Yo, por menos, hace unas semanas, te monté un pollo de narices. En tu lugar hubiera actuado de la misma forma. Otra vez más, mi prima Clara me ha ayudado a abrir los ojos.
—Me cegaron los celos. Ver que alguien besaba estos labios... —digo señalándolos, pero sin llegar a tocarlos—. Me consumió. Sentí una puñalada. Me ofusqué.
—Yo tampoco pensé. Lo hice instintivamente, porque es como siempre he saludado a mi primo Marc. Sin embargo, entiendo que ya no es la forma más adecuada. Se acabó.
—Te lo agradezco. Pienso lo mismo. Ponte en mi lugar.
—Lo hago. Mat, quiero que lo arreglemos. No podemos dejar a tu hermana sin su final feliz de sorpresa —dice dibujando una sonrisa.
—Estoy totalmente de acuerdo.
—Por nada del mundo me apetece que lo dejemos. Creo que lo que hay entre nosotros es bonito.
—Yo también lo creo, Marta. Además, en unos días, volvemos a clase y sería muy incómodo si estuviéramos mal, ¿no crees?
—Claro, claro. Estaría fatal.
—Te quiero, Marta —le digo sin filtrar. Es lo que siento. No puedo ocultarlo más.
—Te quiero, Mat —me responde regalándome una de esas sonrisas suyas.
Nuestros labios se juntan, se vuelven a encontrar. Se echaban de menos. Todo vuelve a tener sentido. Los planetas vuelven a estar alineados.
—Mat —me dice separándose y mirándome a los ojos—, ¿te has dado cuenta de que esto del amor es muy complicado? A veces estás arriba, otras abajo y vuelta a empezar.
—Como en un tiovivo. Yo pensaba que lo difícil era el primer beso, pero no, es...
—Lo que viene más allá de ese beso —contesta acabando mi frase. Cuánto la echaba de menos.
Y nos volvemos a besar. Seguimos descubriendo lo que hay más allá del primer beso.
FIN
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Más allá del primer beso
RomanceYo estaba acostumbrado a un rollo de dos semanas donde todo acababa dejando a la otra persona en visto o simplemente no llamando. Pero Marta es diferente. El primer beso de ayer fue distinto, pero las cosas se complican a pasos agigantados: mis padr...