TN
Llegamos al bar y nos sentamos. Cada quien estaba por su lado, hasta que Láinez comenzó a hablarme, lo cual me tomó por sorpresa e hizo que los demás se concentraran unos instantes en mí.
-Aún no has tomado nada, ¿todo bien, bonita?- me dijo mirándome.
Su asiento estaba cerca del mío, así que lo escuché con claridad, aunque me daba vergüenza responder, más ahora que todos nos miraban.
-La verdad nunca he tomado -dije algo apenada, ya que los demás parecían tener experiencia en esas cosas.
-Se nota que es amiga del niño- dijo Nahuel riendo.
No sabía si reír o avergonzarme más.
-¿Me dejas pedirte algo? No será fuerte, lo prometo -me dijo Diego con una sonrisa muy linda.
Asentí y él pidió algo que no tardó en llegar, era una de esas bebidas alcohólicas dulces y de colores muy lindos. Todos me miraron, esperando mi reacción: realmente me encantó.
Mientras tanto, comenzaron a hacerme plática. Yo les respondía cada vez con mayor soltura y Marcelo sólo me miraba con una sonrisa.
-Hablas español mucho mejor que Marcelo cuando llegó, ¿eres de aquí?- me preguntó Sebastián.
-No, es mi primera vez en México, lo que pasa es que mis papás sí son de aquí, así que me enseñaron a hablar español- expliqué con tranquilidad.
Pasaron algunos minutos y cada quien se fue a bailar, tomar o hacer algo por su lado. Solamente Marcelo, Diego, Sebastián y yo nos quedamos sentados juntos.
-Qué rápido te llevaste bien con todos- me dijo Marcelo con alegría.
-Gracias, pero no sabes cumplir promesas -le tiré la indirecta a mi amigo mientras pedía otra de la bebida que me acababa de terminar.
Marcelo rio y volteó a ver a Diego, quien platicaba animadamente con Sebastián.
-Oye, Diego.
Lo jalé del brazo y me puse colorada, lo decía para molestarlo, no creí que fuera a hablarle y lo peor del caso es que no tenía la menor idea de lo que iba a decir.
-Cállate, Chelo- le susurré alarmada.
-Dice Tn que si te tomas una foto con ella - noté en su cara que eso no iba a decirle, pero afortunadamente se había compadecido de mí.
-Claro -dijo y sonrió- ¿Por qué no me lo pediste tú?- me preguntó curioso, ese chico no era tonto.
-Es que de seguro ya estás harto de que tus fans te pidan fotos.
-No me molesta tener una foto con una muchacha tan guapa como tú- dijo levantándose de su silla y guiñándome un ojo.
Noté que Marcelo se puso muy serio, pero nos tomó la foto y nos sentamos nuevamente.
Pasó un rato y cada vez más bebidas pasaban de vasos hacia mi garganta, hasta que llegó el punto que perdí casi por completo la razón. Se preguntarán cómo, si la bebida que me recomendaron casi no tenía alcohol, pues la respuesta es simple: no tuve cuidado, cada vez probaba bebidas más fuertes. Y lo más triste de eso, es que ocurrió durante los únicos cinco minutos en que Marcelo estaba en el baño, por lo que no pudo advertirme sobre la imprudencia que cometía.
MARCELO FLORES
Fui al baño y, al regresar, me encontré a Tn con la cabeza recargada en la barra mientras jugaba torpemente con un vaso.
-¿Qué tienes, güerita?- le pregunté, poniendo una mano en su hombro mientras me sentaba a su lado.
Ella se incorporó y, tras mirarme unos segundos, recargó su cabeza en mí. En respuesta, yo puse mi brazo alrededor de sus hombros.
-Tengo mucho sueño.
Esa voz..., ese aliento... Estaba ebria.
-¿Cuánto tomaste, linda?
-No sé.
-¿Quieres que te lleve a tu casa? -pregunté sonriendo.
Ella asintió, por lo que nos levantamos y nos dirigimos a la puerta. No sin antes hacerle señas a Sebastián y a Láinez de que ya nos íbamos.
Tn se iba resbalando, así que, por inercia, puse un brazo sobre su esbelta cintura mientras caminábamos. Me ponía nervioso tratarla así, pero no había mucho qué hacer.
La ayudé a subirse, después me subí yo y encendí el carro.
-¿Dónde vives, Tn?- pregunté, para saber a dónde dirigirme.
Ella estuvo en silencio unos instantes, después abrió bastante los ojos y me miró con tristeza.
-¿Estás enojado conmigo?- preguntó sin despegar su mirada de mí.
Pude notar que jugaba de manera torpe con sus manos, dando a entender que estaba enormemente preocupada. Interrumpí esa acción colocando mi mano sobre las suyas. En serio tenía un tacto tan cálido, que no quería soltarla.
-Eso nunca, linda... Pero tengo que saber adónde llevarte para que descanses.
Ella se acercó para abrazarme, a lo que correspondí. Poco después, besó con delicadeza mi mejilla y se separó.
-Ahora eres tú la que me está llenando de babas- la bromeé.
Ay, linda... Si supieras que se me acelera el corazón cada que tus labios chocan con mi piel. Seguramente si los juntaras con los míos me daría un paro cardíaco.
-Entonces, ¿dónde te estás quedando?
-Mi mamá y yo siempre nos quedamos en el hotel ese que está frente al parque -dijo antes de bostezar.
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Best Friend - Marcelo Flores
FanfictionEllos dos son mejores amigos desde niños. Su amistad se convierte en una a distancia desde que él debutó como futbolista, pero, aún así, ella asiste a sus partidos cada que puede e incluso se transfiere de universidad una vez que el chico es contrat...