MARCELO FLORES
Quedé helado al escuchar eso, no me salían palabras.
-Ya se descompuso nuestro hermano -escuché que Silvana le susurró a Tatiana.
-Nació descompuesto -escuché que respondió mi otra hermana.
Tn me miraba con la cabeza recargada en su puño, sentada sobre la barra. Sucumbí ante la presión y bajé la mirada nervioso.
Ni siquiera noté cuándo, pero Tn se levantó de su silla y se acercó a mí, para poner su mano sobre mi hombro.
-No te pongas tan serio. Era broma, güerito -me dijo sonriendo.
Sinceramente estaba confundido... ¿Tenía oportunidad o no? ¿Por qué no me dejaba más claras las cosas? Ya no tenía la menor idea de qué hacer para conquistarla.
TN
Estuvimos ahí un rato. Tatiana, Silvana y yo platicábamos muy alegres, aunque Marcelo se veía algo disperso. ¿Se habrá enojado?
-¿Qué tienes? -pregunté, sentándome junto a él.
-Nada.
Recargué mi cabeza en su hombro, aunque inmediatamente se levantó.
-Voy a tomar aire, ahorita vengo -nos dijo y salió.
Silvana se asomó por la ventana, después regresó con nosotras.
Me sentía muy triste... ¿Otra vez se había enojado conmigo? ¿Ya se había enfadado de mí?
-¿Qué trae ese loquito? -preguntó Tatiana a su hermana.
-No sé, está sentado aquí afuera.
Ellas se lanzaron unas miradas, diciéndose algo con ellas, aunque yo no les presté atención, estaba pensando en otras cosas.
-Deberías ir con él, Tn -me dijo Tatiana con amabilidad.
-No lo sé, no creo que quiera verme.
-Él te quiere mucho, no dejes que sus berrinches te hagan pensar lo contrario -me animó con una sonrisa.
Salí de la casa, encontrándome con Marcelo sentado sentado en el suelo, recargado en la pared, con la cabeza mirando hacia el cielo. Me senté junto a él, llamando su atención.
-¿Puedes dejarme solo? -preguntó Marcelo algo decaído.
-No, no puedo, güerito -dije con seguridad- Además, dijiste que ya no me ibas a evitar, estás rompiendo tu promesa -agregué bajando la voz, algo apenada.
Él no respondió, sólo me miró fijamente, con los ojos llorosos.
-Oye... si estás así por lo de hace rato, en serio lo siento, no quería incomodarte -le dije algo avergonzada.
-No te preocupes, Tn, no lo hiciste -me respondió volteando hacia otro lado.
-Entonces ¿qué te pasa?
Él permaneció callado unos segundos, meditando sus palabras.
-En serio me gustas Tn.
Pude sentir cómo mis mejillas se ponían carmesí. No me esperaba esas palabras salir de la boca de mi mejor amigo.
-Lamento si me he portado como idiota contigo últimamente, es que me frustraba estarme guardando todo lo que siento... Y quiero que sepas que entenderé si no sientes lo mismo, o si ya no me quieres hablar igual después de esto -comenzó hablando con actitud, aunque poco a poco comenzó a sonar más triste y decaído.
Quería responder, pero las palabras no me salían. Eso hizo que Marcelo se desanimara un poco, aunque logré pronunciar algo antes de que él se levantara.
-También me gustas, Chelo -dije casi en un susurro, aunque fue lo suficientemente alto como para que él me escuchara.
Bajé la mirada debido a los nervios, aunque sentía como la suya se fijaba en mí. Marcelo colocó una de sus manos en mi mejilla y dirigió mi vista hacia él. Sentir el cálido contacto de su mano con mi rostro hacía que se me erizara la piel.
-¿Lo dices en serio, linda? -me preguntó con un brillo en sus ojos.
No era la primera vez que me llamaba así, pero sí la primera que me hacía sentir tantas mariposas al hacerlo.
-Sí.
Debí decir algo más romántico, pero sabía que no podría pronunciar más sin empezar a tartamudear, y no quería arruinar el momento.
Marcelo acercó su rostro al mío y me besó. Comenzó siendo muy lento, aunque aumentó poquito la intensidad, sin dejar de ser uno lindo para convertirse en uno cochino.
Ese había sido mi primer beso y definitivamente no me habría gustado que fuera con nadie que no fuera él: un chico tan dulce, que había estado conmigo a pesar de todas las circunstancias; ese güerito que me ponía nerviosa y besaba tan bien.
Por fin nos levantamos del suelo. Marcelo sonrió y después tomó mi mano, seguía sorprendida por todo aquello.
-¿Por qué yo? -dije de la nada con la voz temblorosa.
Marcelo me miró confundido.
-Podrías tener a cualquier chica que quisieras, ¿por qué te gusto yo? ¡Te mereces a alguien mejor! -dije algo desanimada.
De verdad me surgió inseguridad... No sabía si saldría algo bueno de todo esto.
-No me interesa ninguna que no seas tú, eres perfecta, no deberías hablar de ti como si no lo fueras -me dijo Marcelo.
Lo abracé, él correspondió poniendo sus manos en mi cintura. Una vez que nos separamos, me besó otra vez.
MARCELO FLORES
Sabía que seguramente estaban mis hermanas mirando todo desde la ventana, pero no me importaba. Me sentía fascinado por finalmente haber besado esos labios que tanto había deseado probar, algo de lo que sin duda no me arrepentí, eran demasiado suaves y delicados. No hay nada en esa chica que no me encante.
Quería pedirle que fuera mi novia, hacer oficial que estábamos juntos, enamorados. Además, no podía esperar más antes de pegarme como chicle a ella... De por sí solíamos ser mucho de abrazarnos, besar nuestras mejillas, tomarnos de las manos y así, pues ahora me sentiría en el cielo por andar con una persona como ella. El problema es que también quería proponérselo de una manera más bonita, no en una noche nublada, parados en el patio de mi casa.
Aún estábamos juntos, así que junté mi frente con la suya. Después suspiré.
-¿Por qué tan afligido? -preguntó ella riendo.
-No quisiera esperar más para pedirte que seas mi novia... pero te mereces una proposición mucho más bonita que esto, linda -le dije haciendo un puchero.
-No me interesa cómo me lo pidas, lo importante es que podré estar con el güerito más lindo del mundo -me dijo sonriendo.
-¿Segura de que hablas de mí?
Ella me miró mal y después sonrió, le respondí besando su mejilla.
-Entonces, güerita, ¿quieres ser mi novia? -pregunté nervioso, aunque ya sabía su respuesta.
-Obvio que sí -dijo emocionada, después me besó.

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Best Friend - Marcelo Flores
FanfictionEllos dos son mejores amigos desde niños. Su amistad se convierte en una a distancia desde que él debutó como futbolista, pero, aún así, ella asiste a sus partidos cada que puede e incluso se transfiere de universidad una vez que el chico es contrat...