Parte 22: ¿debería preocuparme?

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TN

Estuvimos como doce horas en el camión rumbo a Ciudad de México, donde me puse a platicar con un chico que estaba sentado junto a mí para pasar el tiempo.

-Creo que no te conozco, chica. ¿De qué grado eres? -me preguntó el muchacho con curiosidad.

-Voy en segundo año, ya voy a entrar a tercero cuando terminen las vacaciones. ¿Y tú de cuál eres?

-Voy a entrar a cuarto.

-Ya mero sales. ¿Cómo te sientes?

-Emocionado, espero que todo salga bien. ¿Por qué decidiste estudiar esto?

-Mis papás también lo hicieron, además, en serio me encanta cocinar. Mi mamá y yo solíamos cocinar mole muy seguido cuando era pequeña. ¿Y tú?

-Mis papás tienen un pequeño restaurante, aunque no estudiaron para chefs, me gustaría aprender más para vender otro tipo de cosas y apoyarlos.

Era muy amable ese chico.

-¿Y qué tal te va en el amor, chica? Porque no creo que estés soltera -me dijo sonriendo.

-Tengo novio, es un chico muy lindo -dije, haciéndome una imagen mental de Chelo... tan perfecto- ¿Y a ti cómo te va?

-También tengo novia, va en nuestra escuela.

-Ya veo. ¿Cómo se tomó la noticia de qué vendrías? -pregunté, esperando una reacción similar a la que tuvo Marcelo conmigo.

-Pues no tan bien, ella quería que la seleccionaran, pero no fue así... Si pudiera darle mi lugar, lo haría.

Me dio vergüenza haber preguntado, no quería que se sintiera culpable, pero tampoco podía decirle que su novia era una insensible por no felicitarlo.

-¿Y tu novio cómo se lo tomó? -me preguntó como si nada.

-Pues se puso muy feliz por mí -dije feliz.

Deseaba contarle todo lo que Marcelo me dijo e hizo por mí antes de que me fuera, todo el apoyo que me brindó y la emoción que mostró, sólo que no quería restregarle en la cara mi relación, justo ahora que la suya se tornaba tan complicada.

Estuvimos así casi todo el trayecto, conversando animadamente. ¿Qué estaría haciendo Chelo?

Una vez que llegamos, lo primero que hice fue llamar a Marcelo, quien no tardó en contestar.

-Hola, hermosa. ¿Cómo estás? -me dijo con su cálida voz.

-Hola, hermoso. Muy bien, acabo de llegar a Ciudad de México, ¿tú cómo estás?

Estuvimos un rato platicando, me preguntó cómo era la ciudad y le conté cada detalle muy emocionada, ya que nunca había estado ahí. Después comenzamos videollamada porque de verdad quería verlo.

-¿Qué tal el trayecto? ¿Se te hizo muy largo, princesa?

-La verdad no, estaba viendo por la ventana y platicando con el chico que se sentó al lado de mí, era muy amable -le dije entusiasmada.

-Qué bueno que hagas amigos, linda. Pero ¿debería preocuparme? -me preguntó más bromeando que en serio.

-Claro que no, Chelo. Te amo mucho.

-Pero a veces los hombres son atrevidos, cariño.

-Él no haría eso, tiene novia.

Después de eso, noté que Marcelo se puso muy serio.

-¿Y tú cómo sabes eso? ¿Le preguntaste o qué? -ya no lo hacía tan de broma jeje.

-¡Claro que no! -dije algo alarmada, no quería que Marcelo malinterpretara las cosas y se molestara conmigo- Es que me venía hablando de ella en el camino.

-Bueno, güerita -me dijo ya más tranquilo.

Me había contado hace un par de meses que se había puesto celoso de Láinez, pero era la primera vez que se ponía así desde que comenzamos a andar. Creí que ya no lo haría, después de todo ya somos novios, ¿no?

-¿A ti cómo te ha ido en tus entrenamientos, amor? -pregunté con una sonrisa.

-Bien, estoy listo para dedicarte goles, hermosa.

Me puse roja al escuchar eso, aunque le sonreí emocionada.

-Te voy a mandar una entrada a tu casa. Si alcanzas a llegar antes del partido, la recoges y vas; si no, no te preocupes, linda, te puedo invitar al que sigue -me dijo Marcelo con amabilidad.

-Gracias, de verdad espero estar ahí para entonces.

-La verdad yo prefiero que ganes tu concurso, no importa si te pierdes el partido.

Yo lo miré algo confundida. ¿No me quería ahí?

-¿Por qué dices eso? Mejor ya dime que no me quieres -dije fingiendo llorar, aunque, en el fondo, sí me hizo sentir rara todo eso.

-Sabes que no es por eso, corazón -me dijo, definitivamente comprendiendo lo que sentía-. Te extraño muchísimo y quisiera que estuvieras aquí, igual que me gustaría verte animándome en el primer partido de la Liga, oficialmente como mi novia. La cuestión es que partidos habrá muchos, pero este es tu primer concurso y definitivamente te mereces ganar.

Cada una de sus palabras me hacían sentir mariposas, no sé porqué me entró la inseguridad.

Un rato después, le colgué para llamarle a mi mamá, de igual manera avisarle que ya había llegado.

-Hola, mami.

-Hola, corazón. ¿Ya llegaste a la Ciudad de México? -me preguntó mi mamá con curiosidad.

-Sí, ma. Mañana comienza el concurso.

-Esfuérzate todo lo que puedas, pero no olvides divertirte y aprender de la experiencia.

Estuvimos ahí un rato, después me dormí.

Al día siguiente, fui con bastante energía a la primera ronda del concurso. Cocinamos como equipo, lo cual fue duro. Teniendo en cuenta que casi nunca habíamos hablado, fue un verdadero reto ponernos de acuerdo, aunque valió la pena: ganamos.

Fueron varios días seguidos los que estuvimos compitiendo, nos estaba yendo realmente bien.

Best Friend - Marcelo FloresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora