Best Friend - Marcelo Flores

Parte 14: eres un idiota

SEBASTIÁN CÓRDOVA

Iba a decirle a Marcelo que no se preocupara por Diego, pero ya se había ido cuando lo busqué y, al parecer, tenía el celular apagado.

TN

Salí de la escuela y noté que Marcelo aún no respondía mis mensajes ni me devolvía las llamadas, eso me preocupó. ¿Qué traía? ¿Se habría enojado por algo? No, no, no... Sólo lo pensaba por paranoica, seguramente era sólo porque estaba ocupado.

Decidí enviarle un mensaje a alguno de los del equipo, para ver si me podían decir dónde vivía. No podía estar tranquila, Marcelo nunca me había ignorado así.

Opté por enviarle mensaje a Córdova, porque había notado que se llevaban bien. 

Holaaa

Holaa

Lamento molestar...

¿Sabes dónde vive Marcelo?

Sii, ¿te paso la ubicación?

Sí, por favoooor 

Me acerqué a la parada del camión, saqué mi cartera para tener preparado lo que costaba el pasaje, en eso noté algo un tanto desfavorecedor: olvidé por completo meter dinero... Había salido de mi casa únicamente con lo poco que usé para tomar el taxi de mi trabajo a la uni.

-No importa, sirve que hago ejercicio... ¿Qué tan lejos puede estar? -pensé comenzando a caminar.

MARCELO FLORES

Llegué a mi casa, encontrándome con mis hermanas, las cuales me esperaban en la sala con una sonrisa.

-¿Hoy no vas a salir? Ya se nos hizo costumbre no verte, hermanito -me dijo Silvana al verme llegar.

-No, les haré compañía -respondí sentándome con ellas.

Estuvimos ahí un rato platicando, hasta que escuché que tocaban la puerta. Tatiana se ofreció a abrir. 

TN

Llegué a su casa algo cansada, creo que necesito salir a caminar más seguido. Toqué la puerta y salió una chica muy bonita a abrirme, supe que era la hermana de Marcelo porque recordé que llegó a enseñarme fotos.

-Holaaa, linda. ¿Se te ofrece algo? -me preguntó Tatiana.

-¿Está Marcelo? -pregunté intentando no sonar bofeada.

-Sip, deja le hablo.

La chica entró nuevamente en su casa.

MARCELO FLORES 

-Marcelo, vino una chica a buscarte... Creo que es Tn.

-Dile que no estoy.

No es que no quisiera verla, me salió por inercia ese comentario.

Silvana se asomó discretamente por la ventana, mientras Tatiana intentaba convencerme de que saliera, aunque terminó por rendirse.

-¿No te gusta? ¡Porque mírala, está bien bonita! -me dijo Silvana, sin dejar de mirar por la ventana.

-Déjame en paz -dije serio, cubriendo mi cara con las manos.

Unos segundos después, entró Tatiana mirándome feo.

-¿Y ahora por qué no la quieres ver? Según tú es tu mejor amiga -me cuestionó Tatiana regañándome.

-Y probablemente le gusta -agregó Silvana, uniéndose al regaño que me haría mi hermana menor.

No respondí. En realidad no sabía qué decir para defenderme.

-¿Qué pasó? ¿Por qué se pelearon?

-No seas idiota, Marcelo. Yo creo que se vino caminando desde quién sabe dónde, porque se veía cansada... y todo eso para que te pongas tus moños y no salgas -Tatiana regaña muy feo, ya no la voy a dejar entrar a mi casa.

TN

Estaba cansada y ya había anochecido, así que no tenía sentido apurarme. Me senté en el suelo como a una cuadra de la casa de Marcelo, escondiendo mi rostro entre mis rodillas. Antes me sentía preocupada, ahora me invadía la tristeza. La hermana de Marcelo me dijo que no estaba, pero miré su carro en el estacionamiento. ¿Por qué me estaba evitando? ¿Qué le hice?

-¿Todo bien? -me preguntó una voz conocida.

-Sí,  Marcelo, no te preocupes, ya me iba -dije levantándome y comenzando a caminar.

Él tomó mi muñeca y yo me giré hacia él, aunque con la mirada baja, tenía miedo de verlo a la cara. Estuvimos en silencio unos segundos, hasta que él lo rompió.

-¿Me estabas esperando?

-No, sabía que estabas en tu casa, sólo quería descansar un rato.

-Perdóname.

-Como sea... Sólo quería ver si estabas bien y decirte que felicidades por ganar el partido de ayer.

Quería voltearme e irme, pero algo dentro de mí no me permitía hacerlo.

-Lamento estarte molestando, es que me preocupé de que no respondieras ni ayer ni hoy, pero sé que estás ocupado... ya no lo haré, lo siento -dije y me giré.

Esta vez sí me iba a ir, pero Marcelo rápidamente se puso enfrente de mí y me abrazó.

-Sabes que no molestas, me gusta que me llames y aún más estar contigo... No sé qué me pasó, pero juro que no volverá a pasar, linda.

Mi corazón se aceleró con cada palabra de Marcelo, aunque no sabía qué sentir ahora. Él no me explicó nada, pero estaba feliz de que dejara de ignorarme.

-Eres un idiota -solté de la nada, recargando mi cabeza en su hombro con los ojos algo irritados.

-A mis hermanas y a ti ya les gustó llamarme así -dijo riendo.

-Lo siento -le respondí apenada.

-No te preocupes, me lo merezco. Además, tú puedes llamarme como quieras, linda.

Me separé de él y lo miré a los ojos, él hizo lo mismo. Tiene unos ojos tan bonitos...

-Ya no me ignores, mejor avísame si quieres que te de tu espacio.

MARCELO FLORES

Ay, Tn. No quiero que me des mi espacio, de hecho, todo lo contrario.

-Perdón, en serio no debí portarme así -le respondí algo arrepentido.

Ella me dio un beso en la mejilla y se alejó un poco.

-¿Quieres venir a mi casa un rato? Aprovechando que estás por acá.

-No sé, ya es tarde, además, están tus hermanas.

-¿Eso qué tiene? ¿Tan rápido ya te cayó mal Tatiana? -le pregunté riendo.

-¡Noo, para nada! Es que me da vergüenza -se apresuró a aclarar mientras sus mejillas se ponían rositas.

-Se ven enojonas, pero son buenas personas -la motivé sonriendo.

Tn terminó aceptando.