Parte 28: ¿qué estás diciendo?

239 17 15
                                    

MARCELO FLORES

Tn y yo nos la estábamos pasando bastante bien, no importaba si salíamos o nos quedábamos en casa de alguno a ver películas. Casi todos mis conocidos respondían a mis historias o publicaciones, felicitándonos por ser una pareja tan feliz.

Las vacaciones se acercaban y mis compañeros organizaron una pequeña salida para platicar un poco, antes de que cada quien se fuera con sus familias o parejas. Nos la pasamos muy bien, definitivamente iba a extrañarlos, aunque duraran poco las vacaciones.

Después de eso, recibí un mensaje de Silvana diciendo que nuestros padres querían comer con nosotros. Accedí. Una vez ahí, cada quien se sentó en una silla para comenzar a ingerir nuestros alimentos, aunque con bastante silencio.

-Felicidades, les ha ido bien en sus partidos -dijo mi papá de la nada.

-Gracias -respondimos los tres algo apenados, no sabíamos qué más decir.

Estuvimos un rato más en silencio, con comentarios aislados que no lograban formar una conversación.

-¿Cómo te va con Tn, Chelo? -me preguntó Tatiana sonriendo.

-Siiii, porque se ven muy lindos en tus publicaciones, pero uno nunca sabe- dijo ahora Silvana.

-Bien, voy a conocer a su papá en las vacaciones -les conté emocionado.

Olvidé por completo que mis papás se encontraban ahí, obvio ellos no sabían de qué hablábamos.

-¿Ya tienes novia? -preguntó mi mamá, orgullosa.

Asentí algo apenado.

-Ninguno de ustedes debería distraerse con ese tipo de cosas, tienen que enfocarse en jugar bien para que los contraten de nuevo en Europa; si no nunca dejarán a esos inútiles de la liga mx -nos sermoneó mi papá con algo de molestia.

Mi mamá lo miró mal y mis hermanas se quedaron calladas, solamente desviaron la mirada.

-Entonces, Marcelo, mejor aléjate de esa chica por ahora, tienes que concentrarte en tu carrera.

-No -respondí con normalidad, luego seguí comiendo.

-¿Qué estás diciendo? -preguntó mi papá con el ceño fruncido.

-Ya no tengo diez ni quince años, papá. Puedo tomar decisiones por mi cuenta... Si quiero tener novia o no, es mi problema. Es lo mismo con el equipo europeo, si quiero ir, entonces buscaré la manera: si no, no habrá nada que puedas hacer... No deberías estarnos presionando tanto con esto.

Junté el valor para decir eso, mis hermanas me miraron con la boca abierta.

-Entonces vaya que te gusta esa chica. Quiero conocerla -dijo mi papá como si nada, ignorando todo lo que le había dicho.

TN

Pasó el tiempo y finalmente era el día de nuestro vuelo para ir a Inglaterra, me entusiasmaba bastante la idea. El vuelo duró como doce horas aproximadamente. Una vez en el aeropuerto, mis papás se acercaron a recibirnos.

-¡Hola, mamá! ¡Hola, papá! -dije feliz, abrazándolos.

Marcelo se quedó pálido, mirando con timidez la escena.

-Hola, hija, qué lindo verte -dijo mi mamá-. Hola, Marcelo, ¿cómo estás? -le preguntó ahora a Chelo.

-Buenas tardes... Bien, gracias, ¿y usted? -preguntó Marcelo aún apenado.

-Igual, gracias.

Mi papá no saludó, estaba esperando a que yo lo presentara, así que lo hice.

-Pa, te presento a mi novio: Marcelo.

-Mucho gusto -dijo Marcelo, nervioso.

-Igualmente, chico.

Nos dirigimos a la casa de mis padres, donde nos íbamos a quedar a dormir. Marcelo y yo acomodamos nuestras cosas, yo lo hice en mi antigua habitación y él en una de huéspedes, mientras mis padres preparaban la cena.

-¡Chicos, ya está la cena! -escuché a mi mamá gritar desde la cocina.

Me acerqué a la habitación de Marcelo, quien se encontraba bastante concentrado en acomodar sus cosas. Me acerqué sigilosamente y lo abracé por detrás.

-¿Cómo te sientes, güerito? -pregunté sonriendo.

-Nervioso. ¿Y si no le agrado? ¿Me va a correr de su casa? ¿O va a hacer que vuelvas a la universidad de acá? Me vas a dejar solito -dijo preocupado.

-Tranquilo, Chelo. No pasará nada de eso, lo prometo -dije, luego le di un beso.

-Bueno.

-Ya vamos a comer, ¿sí?

Marcelo asintió y bajamos, donde ya estaba todo servido.

-Se ve muy rico todo -dijo Marcelo sonriendo.

Mi mamá le devolvió la sonrisa y comenzamos a comer.

-Amor, todavía somos buenos compañeros en la cocina -dijo mi mamá, orgullosa.

-Sí, corazón -mi papá hizo una breve pausa-, ¿Y tú, Marcelo, sabes cocinar?

-No, pero hago el intento -respondió Marcelo apenado.

La comida estaba deliciosa, tal vez eso hizo a Chelo sentir mal, pero debemos tener en cuenta que mi papá es chef y Marcelo no. Es como si los pusiéramos a competir en penales.

-Deberíamos cocinar mañana algo. Marcelo y yo también hacemos buen equipo -les dije riendo.

-¿Nos estás retando, hija? Porque tenemos de experiencia, más que ustedes de vida -dijo mi mamá bromeando.

Estuvimos un rato platicando.

-¿Estás estudiando alguna carrera, mijo? -preguntó mi papá.

-No, trabajo -respondió Marcelo.

-¿En qué trabajas? 

-Soy futbolista.

Mi papá lo miró, incrédulo.

-¿De verdad? -preguntó, a lo que mi novio asintió-. ¿Juegas allá en México?

-Sí, estuve jugando en España, pero me ficharon hace poco en Tigres.

Cuando mi mamá escuchó el nombre del equipo, dejó su comida y miró fijamente a mi papá.

-Interesante -se limitó a responder mi papá.

-Deberíamos ir a ver un partido, amor -propuso mi mamá.

-¿Les gusta el futbol? -preguntó Marcelo, intrigado.

-¡Claro que sí! De hecho nos conocimos en un partido de Tigres.

-¿Por qué no me habían contado eso? -pregunté asombrada.

-Pues porque comenzaste a ver el futbol mexicano hasta que Marcelo se fue a jugar allá. Si no, te habríamos contado antes.

-Ya nos conocíamos por la escuela -contradijo mi papá.

-Yo no te topaba, hasta ese día del partido.

Qué feo debe ser que tu esposa de hace más de veinte años te diga eso. 

-Sí. Era un partido amistoso de Rayados vs Tigres. Mi esposo iba todo vestido color amarillo pollito y yo iba con camiseta de Rayados.

-Increíble.

-Sí, pero después comencé a irle a Tigres también.

-Tú nada más les ibas porque te gustaba Gignac -bromeó mi papá.

-¿Cómo no? Está bien guapo.

Todos reímos.

-Si un día van, puedo llevarlos a que lo conozcan -les dijo Marcelo con amabilidad.

-¡¿Todavía juega?! -preguntó mi papá

-Entonces nos avisas cuando es el próximo partido, cielo -le dijo mi mamá a Marcelo.

Mi papá miró feo a mi mamá, por lo que Marcelo y yo reímos discretamente.

Best Friend - Marcelo FloresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora