TN
Pasaron un par de meses, mi mamá utilizó un contacto para que me dieran empleo en un restaurante caro aquí en Nuevo León. Ahí estaba feliz, ya que me entendía muy bien con el dueño y el gerente del restaurante.
-Me recuerdas a tu mamá, ella también era una chica con mucha actitud y visión -decía el dueño con una sonrisa.
-¿Ustedes se conocieron? -pregunté asombrada.
-Claro que sí, fuimos compañeros en la universidad.
A partir de ahí, el señor comenzó a contarme historias de mi madre cuando era joven. Era curioso ver cómo teníamos tantas diferencias y otras bastantes cosas en común.
Trabajaba también en el colegio, pero solamente cuando Marcelo estaba fuera de la ciudad por los partidos, porque quería juntar un poco de dinero extra.
Iba a esperar a que llegara Marcelo de Guadalajara, ya que tenían un partido contra las Chivas, para mirar algunos salones de fiesta donde podríamos hacer nuestra boda.
-¿Seguro de que no quieres mejor descansar? De seguro estás cansado por tanto entrenar.
-No, está bien. Quiero empezar a planear nuestra boda -respondió Marcelo con una sonrisa mientras tomaba con fuerza mi mano.
Nuestra primera opción fue un salón que me recomendó mi mamá, pero, al parecer, llevaba bastantes años sin visitar México, porque ya lo habían cerrado.
-¿Ahora qué? -pregunté sin saber si reír o preocuparme.
-Gignac me recomendó uno, dijo que ahí le hizo una fiesta de cumpleaños a su hijo menor.
-¿Sabes dónde es?
-Más o menos.
No me agradó esa respuesta, pero puso google maps, así que me sentí más tranquila.
-¿No tenemos que sacar cita o algo? -pregunté intrigada.
-No sé, ahorita preguntamos.
Era muy tarde para regresarnos, estábamos a un par de cuadras del salón, así que lo mejor era llegar. Era un edificio alto y bastante lujoso. Parecían más unos departamentos para gente rica que un salón para fiestas, pero no perdíamos nada preguntando.
Entramos al lugar, encontrándonos con una muchacha que se acercó sonriendo.
-Buenas tardes, ¿puedo ayudarlos con algo? -preguntó de manera amable.
-Buenas tardes... Sí, gracias. Es que un amigo me recomendó un salón de fiestas por aquí, no sé si nos equivocamos -dijo Marcelo mirando su celular, confirmando la dirección.
-Sí, es aquí. La mayor parte del edificio es un hotel, pero los dos últimos pisos y la terraza son salones. ¿Les gustaría que se los mostrara?
-Sí, gracias -dije ahora yo, sonriendo con algo de timidez.
La chica nos llevó muy amablemente y nos mostró cada salón uno a uno. Los primeros eran lindos, pero no me convencían, los sentía bastante encerrados, eso no me gustaba nada. Finalmente llegamos a la terraza. Mis ojos se iluminaron, a pesar de que el lugar no tuviera ningún mueble. Era un lugar hermoso: la loseta era blanca y demasiado limpia; tenía una pequeña parte sin esta, ya que lo sustituyeron por césped; la pista de baile era una especie de plataforma con luces; lucía como un lugar muy espacioso y bonito, se podían mirar con claridad el cielo y las luces de los locales circundantes. Simplemente perfecto.
Ignoré completamente a la muchacha, yo me puse como niña chiquita a caminar con emoción por todo el lugar.
MARCELO FLORES
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Best Friend - Marcelo Flores
FanfictionEllos dos son mejores amigos desde niños. Su amistad se convierte en una a distancia desde que él debutó como futbolista, pero, aún así, ella asiste a sus partidos cada que puede e incluso se transfiere de universidad una vez que el chico es contrat...