Best Friend - Marcelo Flores

Parte 27: ¿a dónde vamos?

TN

Me quedé pensando, hasta que siento los labios de Marcelo sobre mi frente.

-Reacciona, princesa. Hasta pálida te pusiste.

Lo miré unos segundos, luego sonreí y me abalancé sobre él para darle un beso. Me sentía muy feliz.

-Qué bipolar eres -me dijo riendo ya que nos habíamos separado.

-Uy, perdón. Si quieres ya no te beso -dije fingiendo estar ofendida.

Me iba a quitar, pero él lo evitó.

-Así me gusta: que me hablen feo -dijo sonriendo, luego me besó otra vez.

-Yo no te hablo feo -dije, aunque la duda me había hecho sonrojar.

-Te voy a acusar con tu mamá de que no te portas bien -me bromeó riendo.

-¿Ah, sí? Yo te voy a acusar de que no me tratas bien... Me estás difamando.

Marcelo sonrió y me dio un beso, al cual correspondí encantada. En serio amo a ese chico.

A la mañana siguiente, fui a mi trabajo. Afortunadamente, ese día no tenía clases en la universidad, aunque me tocaba entregar a los niños del último grupo al que le di clases. 

Terminé, estaba tranquilamente guardando mis cosas cuando siento que unos brazos rodear mi cintura por detrás. 

-Buenas tardes, ¿viene a recoger a alguien? -bromeé sin voltear, ya sabía quién era.

-Sí, vengo por la preciosa profe de inglés -me dijo Marcelo, colocando su cabeza sobre mi hombro.

-Lo siento, nada más estoy yo.

-¿Acaso existe alguna más hermosa que tú? -preguntó, luego besó mi mejilla.

Reí y terminé de acomodar todo.

-Gracias por venir por mí -le dije ya dispuesta a que nos fuéramos.

Así fue, salimos y nos metimos a su carro. 

-Te compré algo, linda.

Tomó un ramo de flores del asiento de atrás y me lo dio. Era hermoso. 

-Gracias, Chelo.

Le di un beso, luego puso el carro en marcha rumbo a mi casa. Una vez ahí, nos pusimos a cocinar chilaquiles, ya que era más o menos rápido. Luego comimos tranquilamente.

-Oye, casi nunca salimos. Nuestras citas son aquí o en mi casa, ¿no te gustaría salir a algún lado? -me dijo Marcelo cuando ya casi terminábamos de comer.

No me había puesto a pensar en eso, era verdad y ni siquiera entendía porqué.

-Claroooo. ¿A dónde vamos, corazón?

Al parecer nuestra creatividad llegó hasta ahí, porque se nos complicó pensar en algo.

-¿Vamos al cine? -propuso mi novio.

Asentí y fuimos a su carro, dirigiéndonos al cine. Una vez ahí, compramos entradas para la película más próxima, era una de terror. Después nos formamos para comprar palomitas. 

-Preciosa, voy al baño.

-Ok, aquí te espero.

Marcelo se fue y yo me quedé haciendo fila. Estuve un rato ahí, aunque sentía miradas fijas en mí, noté que eran de dos chicos que estaban formados detrás de mí.

-Oye, guapa. ¿Me pasas tu instagram? -se animó a decir uno de los chicos.

-No -respondí con simpleza.

-No te hagas la difícil.

-No me hago la difícil. Lo siento, pero no me interesa.

-Pero una chica como tú no debería andar sola, ven con nosotros a ver una película.

-No ando sola, vengo con mi novio.

-Pues no lo veo por aquí.

Ese chico ya me estaba colmando la paciencia, también su amigo por no decirle nada. Estaba por responderle, enojada, cuando siento una mano en mi cintura.

-Ya volví, linda.

MARCELO FLORES

Cuando salí del baño, miré de lejos a Tn hablando con unos chicos. Ella lucía molesta, así que me apresuré a acercarme. 

-Oye, ¡¿tú eres Marcelo Flores?! -preguntó fascinado uno de esos chicos.

-Sí.

-¿Puedo tomarme una foto contigo? -preguntó emocionado, dándole su celular a su amigo.

Miré a Tn, estaba que le salían chispas.

-Primero que nada, ¿qué estaba pasando aquí? -pregunté intrigado.

Los dos chicos se quedaron en silencio, Tn los miraba fijamente, esperando su respuesta.

-A ver, contesta -le dijo Tn intentando contener su exasperación.

Ambos chicos se alejaron algo apenados, ella se tranquilizó después de eso.

-¿Qué pasó, hermosa?

Ella me contó lo que había pasado.

-No te enojes, linda -le dije besando su mejilla.

TN

Finalmente, entramos a la sala con las palomitas y dos icee. Marcelo tomó una foto y la puso de historia en sus redes, después comenzó la película. No me dio miedo, de hecho era bastante mala, así que recargué mi cabeza en su hombro.

-¿Ya te aburriste? -me preguntó mi güerito sonriendo.

-Poquito.

Marcelo sí le estaba poniendo atención, pero después terminó haciéndome más caso a mí, por lo que nos la pasamos besándonos como media película.

-Muy buena película -dije tomando la mano de Marcelo mientras salíamos del cine.

-¿Ah, sí? ¿De qué trató? -me preguntó riendo, ya que era obvio que no tenía la menor idea.

 No supe qué decirle, a lo que respondió riendo y yo haciendo un puchero.

Después fuimos por un frappé. Marcelo también tomó una foto y la subió.

-¿Y eso de que subes fotos de nuestra cita? Creo que nunca lo habías hecho -le pregunté curiosa.

-Pues hoy descubrí que te tengo que presumir antes de que otros te coqueteen -bromeó, para luego tomarle a su bebida.

-No me recuerdes eso... No me hagas enojar, Chelo -le respondí riendo.

-Además, pensé que ya era momento de hacer pública nuestra relación, ¿no crees? 

-Gracias por hacerlo, Chelo... Me imagino que debe ser raro no andar con una persona famosa como tú.

-¿Por qué dices eso? No quiero a ninguna persona famosa, estoy enamorado de ti -me dijo sonriendo.

Me sonrojé y él me besó.

Publicamos más historias de nosotros. Me sentía muy feliz de estar con él.

-¿Listo para conocer a mi papá, Chelo? -le pregunté sonriendo.

-Haré lo que sea para que no me odie.

Pasaron muchos días como ese, lo cual me encantaba. Tenía al mejor novio del mundo.