Parte 35: mucha suerte con tus suegritos

182 19 12
                                    

TN

Acompañé a Marcelo y sus compañeros a lo que, al parecer, era su desayuno. Estaba concentrada en escuchar sus extrañas conversaciones, cuando siento que mi celular vibra, lo enciendo y me encuentro con un mensaje de Jesús.

Tengo su insta :D

Gracias, güera

Me alegro muchoooo

De nada, prieto :) <3

Apagué mi celular y devolví mi vista a los chicos y señores que estaban ahí.

-Otra vez tú sonriéndole a ese celular, te lo voy a confiscar, preciosa -susurró Marcelo en mi oído, provocándome un sonrojo y un escalofrío.

Desvié la mirada algo nerviosa.

MARCELO FLORES

Ya sé que era algo muy tonto, pero, en el fondo, sí me había afectado un poco lo que habían dicho los chicos. Era verdad que no tenía la menor idea de quién era ese chico, y tampoco era como que estuviera feo, era relativamente atractivo y tenía una mirada algo coqueta. No desconfiaba de Tn, la amo y sé que no me engañaría ni nada parecido, pero igual me sentía algo inseguro. Él era más alto que yo, menos flaco, menos pálido, se arreglaba más, parecía más sociable y extrovertido... 

Mis pensamientos se vieron interrumpidos por la mano de Tn, que sujetó la mía con fuerza. La miré y ella me dirigió una sonrisa algo tímida, yo utilicé mi mano libre para acomodar un mechón de cabello detrás de su oreja y le di un beso. Iba a ser un beso corto, pero noté que el chico que la acompañaba nos estaba mirando, así que algo dentro de mí me hizo no separarme de ella y, por el contrario, darle más intensidad a lo que hacíamos.

Una vez que nos separamos, Tn estaba demasiado roja.

-Si te la quieres comer, espérate a que no estemos, güero -dijo Ibáñez riendo.

Algunos le siguieron, noté que Tn se estaba muriendo de pena. Yo rodeé sus hombros con un brazo.

Un rato después, los demás se fueron yendo, hasta que sólo quedamos Tn y yo.

-¿Quieres ir a caminar por aquí? -le pregunté con una sonrisa.

Ella asintió y nos levantamos para irnos. Tomé su mano mientras caminábamos con rumbo a una plaza que estaba cerca. Ahí compramos una nieve.

-¿Qué pasó allá, Chelo? Nunca haces esas cosas -se animó a preguntar, aunque con bastante vergüenza.

-¿No puedo besar a mi linda novia? -dije haciéndome al tonto, luego me acerqué a besar su mejilla.

-Noooo, no es eso -dijo poniéndose roja, ya no se animó a decir más.

La miré con atención. ¿Cómo podía ponerme así con ella? ¡Qué mal novio soy! Si ella es un amor.

-¿Ese chico es tu amigo de la universidad? -pregunté intentando hacer conversación.

Ella asintió, sin despegar su vista de su helado.

-Me suplantaste como mejor amigo -bromeé riendo.

-Claro que no, Chelo... Eres irremplazable -dijo ella sonriendo.

Cada vez me sentía peor, ella tan perfecta y linda, no entendía el motivo de mis celos.

Me acerqué a ella y dejé un tierno beso en sus labios, al que ella correspondió feliz. Una vez que nos separamos, noté que sus ojos mostraban un brillo tan hermoso como particular.

TN

Marcelo y yo seguimos como si nada. Le conté sobre los chismes de Jesús y que me dio ánimos para conocer a sus padres el sábado. A partir de eso, mi novio lucía más tranquilo. 

Los días pasaron, yo regresé a la universidad y al trabajo. Todo iba bien, pero noté a Jesús un poquito distante. En los recesos se juntaba conmigo, pero en la salida parecía evitarme, tampoco respondía mis mensajes y mucho menos me enviaba él alguno. Me parecía extraño. Intenté preguntarle en repetidas ocasiones, pero mi amigo no me respondía.

Llegó el tan esperado sábado. Me desperté, me arreglé y escuché cómo vibraba mi celular, lo tomé rápido, pensando que era Marcelo diciendo que había llegado a recogerme, pero era Jesús.

Mucha suerte con tus suegritos

Le agradecí. Poco después escuché que tocaban la puerta, la abrí, encontrándome con mi novio.

-Hola, Chelo -dije abrazándolo.

-Hola, linda -me miró de arriba a abajo-. Qué preciosa te ves.

Me puse rosita y le di un beso. Luego nos fuimos a casa de sus papás.

-Ya llegamos, güerita. ¿Lista? -preguntó Chelo mientras tomaba mi mano.

Suspiré y luego asentí. Nos bajamos y Tatiana fue quien salió a recibirnos.

-Hola, bonitos. Pasen -dijo con una enorme sonrisa.

La saludé con un abrazo y un beso en la mejilla, luego entramos. La casa tenía una decoración algo minimalista, pero muy pulcra y linda. Silvana se nos unió, así que estuvimos un rato platicando, hasta que llegó una señora, supuse que la mamá de Marcelo, y nos dijo que estaba lista la comida.

-Hola, tú debes ser Tn, ¿verdad? -dijo la señora con una voz muy amable. -Soy la mamá de los chicos.

-Muchísimo gusto -respondí algo nerviosa.

La mujer estrechó mi mano con una leve sonrisa, luego comenzamos a caminar hacia el comedor. Ahora comenzaría el verdadero reto: darle una buena impresión al papá de Marcelo.

Entramos y miré al señor parado junto a una silla, mirándome con recelo. 

-Marcelo, no seas maleducado. ¿No me vas a presentar a la señorita? -dijo de manera educada, aunque también lo sentí algo despectivo.

-Papá, ella es mi novia, Tn... Tn, él es mi papá.

Me acerqué con el pulso acelerado, sentía que me iba a desmayar.

-Mucho gusto -dije intentando no tartamudear.

-Lo mismo digo -se notó que lo dijo más por cortesía que con sinceridad, algo que me deprimió un poco.

Best Friend - Marcelo FloresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora