Parte 19: ¡Ya tienen esa chispa!

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TN

Después de eso, tomó mi cintura con uno de sus brazos y dijo que me acompañaba a mi casa. Olvidé por completo despedirme de las hermanas de Marcelo, todos mis pensamientos se trataban de él en ese momento.

Pasamos el trayecto platicando, igual que siempre. La diferencia residió en que, esa vez, se bajó para acompañarme hasta la puerta de mi departamento, la cual abrí muy nerviosa. No quería que ese día terminara, tampoco que él se fuera; me sentía dentro de un maravilloso sueño, temiendo que se desvaneciera al amanecer.

Me quedé parada en el marco de la puerta, jugando nerviosamente con mis manos por detrás, no sabía qué hacer.

-¿Pasa algo, güerita? -me preguntó con una leve sonrisa.

Ahora se hacía el tonto.

-No, nada -respondí.

Estaba girando para meterme a mi departamento, pero tomó mi mano y me jaló hacia él. No alcancé a reaccionar, sólo sentí cómo sus delicados labios chocaban con los míos. Me ruboricé, aunque no me interesó, cerré los ojos y le seguí el beso. Al darse cuenta de eso, Marcelo colocó en mi mejilla la mano con la que me había jalado y  otra en mi cintura.

-¿Pensaste que me iba a ir sin despedirme bien de mi novia? -preguntó cerca de mi rostro, una vez que nos habíamos separado.

Estaba nerviosa, no sabía qué responderle.

-Nos vemos mañana, linda -me dijo, antes de darme un beso en el cachete y despedirse.

Esperé a que bajara por las escaleras para meterme a mi departamento, no sabía cómo había pasado todo eso... ¿Cuánto llevaba Marcelo sintiendo eso? Nunca me lo habría esperado.

MARCELO FLORES

Llegué a mi casa y, como era de esperarse, mis hermanas me aguardaban en la sala.

-¡Miren quién llegó! -exclamó Tatiana emocionada.

-¡El nuevo noviecito! -dijo Silvana.

Me puse rojo y bajé la mirada.

-¡Qué lindos! Los dos son igual de tímidos -le dijo Silvana a Tatiana.

-Cuéntanos qué pasó, no es lo mismo ver que escuchar.

Sentía mucha vergüenza, pero eran mis hermanas, tenía que contarles. Además, necesitaba de sus consejos, después de todo, aunque yo no las viera como tal, eran mujeres, igual que Tn.

-Sinceramente, yo creí que no te iba a hacer caso -me dijo Silvana.

-¡¿Cómo que no?! Se veía que estaban enamorados.

Ellas se quedaron conversando un poco sobre eso, mientras yo me quedé algo pensativo.

-¿Y ahora qué hago? -pregunté con timidez.

-¿Cómo que ahora qué haces? -me preguntó Tatiana con la ceja alzada-. ¡Pues trátala bonito, sal con ella y esas cosas! 

-Sé detallista, ponle atención y no la engañes... Creo que eso es todo lo que necesitas, porque ustedes ya tienen esa chispa -dijo Silvana.

Ambos comentarios me habían ayudado, a pesar de ser unos consejos bastante extraños.

TN

Me quedé dormida pensando en mi día tan particular. A la mañana siguiente, me despertó una llamada entrante en mi celular.

-Bueno -dije algo somnolienta.

-Tú sí que aprovechas las vacaciones -bromeó Marcelo.

Al escuchar su voz, rápidamente me incorporé, ya despierta. Después me fijé en la hora: casi la una de la tarde.

-Me quedé dormida -dije algo apenada.

-Te llamaba para decirte que iba en camino para recogerte, pero si quieres mejor descansa y nos vemos al rato o mañana.

-Nooo, ven, ahorita me arreglo rápido.

-¿Segura?

-Sí.

-Bueno, llego como en quince minutos, linda.

Terminó la llamada y no perdí tiempo: me metí a bañar rápido; me vestí con lo mejor que pude, aunque no tuve tanto tiempo de que fluyera la creatividad; me puse poquito maquillaje y estaba por desenredar mi cabello, cuando escuché que tocaban la puerta. La abrí, obviamente era Marcelo.

-Holaaaaa -dijo Marcelo mientras me miraba con una sonrisa- ¡Qué rápido te arreglaste!

-Todavía me falta peinarme, si quieres pasa -le dije, haciéndome a un lado.

Él se quedó en la sala, esperando a que yo terminara. No fueron más de cinco minutos los que lo hice esperar, aunque me sentí mal por eso, provocando que se me hicieran eternos.

-Ya terminé, perdón por hacerte esperar.

Marcelo me miró con atención, yo desvié la mirada con nervios.

-Dicen que las mujeres tardan mucho en arreglarse, pero parece que no es cierto... Porque tú quedaste hermosa en poco más de quince minutos.

-Gracias -dije mientras mariposas comenzaban a presentarse en mi estómago-. Pero en serio lo siento... es nuestra primera vez saliendo como novios, debí levantarme más temprano para arreglarme.

-¿Para qué? Eso no importa, además, en serio te vez preciosa.

Finalmente, salimos. Fuimos a comer, aunque en mi caso era desayunar, a un restaurante muy bonito. Después fuimos a caminar por un parque. Era una experiencia bastante linda. Algunas veces nos deteníamos debido a personas que le pedían fotos a Marcelo, pero no me molestaba, de hecho, todo lo contrario: me sentía orgullosa de que fuera tan exitoso.

-Lo siento -me decía apenado cada que regresaba conmigo después de encontrarse con un fan.

-No te preocupes, Chelo -le decía con una sonrisa, luego dejaba un beso en su mejilla y continuábamos caminando.

Cerca de ese parque había un Dairy Queen, lo cual me emocionaba porque hacía mucho calor.

-¿Vamos por una nieve? -le pregunté emocionada.

Él accedió, cruzamos a la plaza de enfrente, donde estaba la Dairy Queen, para compramos dos blizzard. Después regresamos al parque y nos sentamos sobre el pasto.

MARCELO FLORES

Nos terminamos la nieve, pero hacía mucho calor, entonces nos quedamos sentados en la sombra de un árbol.

-¿Te acuerdas que de chiquitos nos poníamos a trepar árboles para bajar las pelotas que volábamos? ¡Parecíamos changuitos!- recordó Tn de la nada, observando con recelo al pobre árbol.

Me provocó risa su reacción. 

Los del equipo me habían invitado a salir con ellos hoy, pero les dije que no. Definitivamente no estaba arrepentido, me encantaba pasar tiempo con la chica más maravillosa y hermosa del mundo.

SEBASTIÁN CÓRDOVA

Hoy íbamos a salir casi todos de los del equipo para celebrar lo lejos que llegamos en la liga, pero Marcelo nos canceló ese mismo día. Se nos hizo raro, pero decidimos dejarlo pasar. 

Estábamos por una plaza, a punto de ir a comer cuando Diego me habla, dándome una leve palmada en el brazo para llamar mi atención.

-Hey, Sebastián. Ese es Marcelo, ¿no?

Volteé hacia donde apuntaba mi amigo, y no fui el único, otros ya se habían dado cuenta de que ahí estaba. Lo vimos de lejos besarse con una chica muy particular.

-Pues qué bien come Marcelo, ¿no? -dijo Ozziel riendo.

-Cállate, wey, no te expreses así de la morra -le dije serio.

-Según él eran amigos, pero a las amigas no las trae uno así -dijo Brunetta.

-¿Y a ustedes qué les importa? Dejen a Marcelo -dijo Gignac, mirándolos mal.

-Sí, además, a lo mejor ya son novios, porque todos aquí sabemos que se gustaban -apoyó Diego.


Best Friend - Marcelo FloresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora