TN
Pasó algún tiempo antes de que volviera a ver a Marcelo, aunque solíamos hablar un rato por llamada antes o después de sus partidos.
En la escuela me iba bastante bien, no se me complicaban nada los temas y llegué a ser la alumna favorita de algunos profesores; a mis compañeros les hablaba, aunque a ninguno con particular interés.
Cada vez sentía más pasión por mi trabajo, enseñar era algo que se daba bien, además de que el inglés es un idioma que hablé casi toda mi vida, así que eso me facilitaba más las cosas. El mini Marcelo a veces me regalaba picafresas o algún otro dulce, se me hacía tierno.
Me encontraba en el último día de clases, ya que estaban a punto de comenzar las vacaciones. Llegué al trabajo y me despedí de los niños porque no estaba segura si me iban a contratar para el próximo ciclo escolar, o si iba a tener tiempo y ganas para seguir trabajando. A cada uno le regalé una cartita deseándoles felices vacaciones y una paleta.
A la hora de la salida, llegó la mamá del mini Marcelo con un ramo de flores, el cual me entregó.
-Tenga, maestra. Mi hijo lleva mucho diciéndome que le quiere traer unas flores y, como no sabemos si va a regresar, pues es el momento indicado para dárselas.
-¡Muchas gracias! -dije feliz.
Me giré y estaba el niño sentadito en su lugar, mirándome fijamente.
-Ven, corazón, dame un abrazo -le dije sonriendo.
El niño rápidamente fue conmigo a abrazarme.
-Muchas gracias por las flores, las voy a cuidar muy bien.
El niño me sonrió, su piel se tornó rosita y luego se fue a esconder detrás de su mamá.
Después de eso me fui a la universidad, ahí no hice mucho. De hecho ignoré casi por completo mis últimas clases debido a que Tigres tenía partido, lamentablemente perdieron.
Salí de la escuela, estaba de camino a la parada del camión, pensando si llamar a Marcelo o esperar a estar en mi casa, cuando miré un carro que se me hizo conocido: era el de mi mejor amigo. Miré cómo se orilló y me dijo que me daba raite.
-Hola, güerito -saludé mientras me subía a su carro.
-Hola, linda.
Marcelo me miró curioso.
-¿Y esas flores? ¿Ya conseguiste novio?
-Ups, me descubriste -bromeé riendo.
Estuvimos platicando un rato.
-Lamento que perdieran el partido, estuvieron jugando muy bien.
-Sí, pero ya quedamos fuera de la liga.
-Qué mal.
-Mmm pues más o menos -me respondió algo pensativo.
-¿Por qué?
-Es triste que no ganáramos, pero ya voy a poder estar más tiempo contigo.
MARCELO FLORES
-¿Quieres ir a comer? Te invito -le dije a Tn, quien miraba con atención hacia la ventana.
-Lo siento, Chelo, tengo planes -me respondió sonriendo.
Me puse algo triste al escuchar eso, aunque no debía de sentirme así, después de todo, yo la había dejado sola mientras duró la liga, todo ese tiempo no se comparaba a una noche.
-Debí suponer que, ahora que conseguiste novio, me vas a abandonar -dije fingiendo estar ofendido.
-Ni modo, güerito. Cosas de la vida.
Reí y volteé hacia otro lado... ¿Cómo es que pasó todo esto tan rápido? ¿Eso significaba que no tenía oportunidad ahora?
Llegamos al edificio donde vivía y me orillé para que se bajara.
-Bye, güerita.
-¿Tan rápido me corres?
-No quiero que se te haga tarde para tu cita.
Escuché una carcajada de Tn.
-¿Qué? ¿Cómo que ¨cita¨? ¡¿En serio me creíste eso de que tenía novio?! -esbozó una enorme sonrisa- ¡Qué lindo!
TN
¡Ay, Marcelo! Si hubiera sido verdad todo eso, le habría contado mucho antes.
-Bueno, igual dijiste que tenías planes, no quiero interrumpir.
-Mis planes eran preparar una lasaña, antes de que se eche a perder la carne que compré... Ven, ayúdame a hacerla -le dije emocionada.
Él sonrió y ambos nos bajamos del auto, con rumbo a mi departamento.
Una vez adentro, lo primero que hice fue poner las flores en un florero con agua. Después saqué los ingredientes de la lasaña.
-Güerita, no sé cocinar -dijo Marcelo mientras se ponía un mandil que le había prestado.
-Pues es momento de ver si le pusiste atención a todos los capítulos de Master Chef que miramos en tu casa.
-Lo siento, linda, debiste haberme dicho que tenía que estudiar antes de venir. Así habría visto todas las temporadas.
Yo me puse a preparar la carne mientras él partía el queso.
Un rato después, estaba a punto de estar lista la carne molida cuando miré de reojo que Marcelo se paró junto a mí, mirando con atención lo que hacía.
-Ya terminé -me dijo orgulloso.
Reí y me dirigí hacia el garrafón de agua, para servir algo de agua en una olla.
-¿Quieres cocer la pasta? -le pregunté sonriendo.
-Sí, vas a ver que soy todo un chef.
Se veía muy concentrado, discretamente le tomé un foto y luego proseguí a preparar la salsa para la carne.
-¿Cómo sé cuándo está listo esto? -preguntó, picando la pasta con un tenedor.
-Déjame ver -le dije quitándole el tenedor, para que no dejara fea la comida.
La pasta ya estaba, entonces la sacamos y acomodamos todo en un molde. Finalmente, lo metimos al horno un rato.
Cuando ya estaba lista la lasaña, la pusimos en la mesa, sobre una tabla para cortar verdura. Estuvimos un rato esperando a que se enfriara poquito, le tomé una foto y comenzamos a comer.
-¡Quedó muy rica! -dijo Marcelo sonriendo.
-No habría quedado así sin ti, tienes mucho talento partiendo queso -lo bromeé.
-¿Qué te pasa? ¡También cocí la pasta! -me reclamó riendo.
-Tienes toda la razón. Te voy a comprar tu sombrero de chef, güerito.
Ya que terminamos, subí a instagram las dos fotos que había tomado: la de Marcelo y la de la comida. No le había dicho nada de eso, así que recargó su cabeza en mi hombro, intentando ver qué hacía.
-Mira qué guapo salí -dijo riendo.
Marcelo me dio mucha ternura ese día...
ESTÁS LEYENDO
Best Friend - Marcelo Flores
FanfictionEllos dos son mejores amigos desde niños. Su amistad se convierte en una a distancia desde que él debutó como futbolista, pero, aún así, ella asiste a sus partidos cada que puede e incluso se transfiere de universidad una vez que el chico es contrat...