Capítulo 13.

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Actualidad.

Aún medio dormido, me di la vuelta en el colchón y estiré vagamente el brazo. Cuando lo que tocó mi mano fue una cama vacía, mis ojos se abrieron de golpe.

Paseé la mirada por la habitación de Unai, pero no había rastro de él. La puerta del baño estaba abierta y tampoco se veía a nadie en su interior.

Me incorporé en la cama, frotándome los ojos mientras mi corazón latía acelerado y la ansiedad se apoderaba de mí. Que Unai no estuviera en la cama después de haber pasado juntos la noche era muy mala señal.

Nervioso, me puse en pie y empecé a vestirme. En mi cabeza miles de pensamientos se agolpaban y no podía dejar de pensar que era un idiota por haber creído que las cosas iban a ser distintas. Joder, seguro que Unai se había levantado por la mañana, me había visto y se había arrepentido. Ahora estaría en alguna parte del hotel esperando a que yo me fuera a mi habitación para volver a la suya y hacer como si esto no hubiera pasado nunca.

Enfadado y triste a partes iguales, terminé de ponerme los zapatos y me dirigí a la puerta. La abrí, dispuesto a mirar si había alguien por el pasillo antes de salir, y justo me encontré a Unai delante de mí. Cuando me vio, sonrió.

-Buenos días.-me dijo mientras yo volvía a adentrarme en la habitación y él cerraba la puerta a sus espaldas.-¿Cómo has dormido?

Fruncí el ceño.

-¿Dónde estabas?

Se miró a sí mismo y yo lo escaneé de pies a cabeza. Iba sudando, con los auriculares puestos y vestido de deporte.

-He ido a correr.-respondió.-Me he despertado temprano y como no podía volverme a dormir, he ido un rato a despejar la mente.-añadió.-Iba a proponerte bajar juntos a desayunar cuando volviera.

Yo tragué saliva nervioso y él se acercó a mi.

-¿Qué pasa? ¿Por qué...?-se dio cuenta y su boca formó una O.-¿Pensabas que me había arrepentido y me había ido?-yo asentí y, muerto de vergüenza, apoyé la frente en su hombro. El me rodeó con los brazos, poniendo una mano sobre mi nuca.-Escúchame.-me obligó a mirarlo a la cara.-Eso no va a pasar, ¿vale? No me voy a arrepentir. Te lo prometo.

Yo asentí y él me rodeó de nuevo, apretando mi cuerpo contra el suyo. Tras unos segundos, recuperé la compostura y traté de sonreír.

-Bueno, entonces, ¿desayunamos?


Salí de la habitación de Unai a hurtadillas y pase rápido por la mía a ducharme y cambiarme de ropa. Unos minutos más tarde, nos reuníamos en el pasillo.

Estuvimos hablando de nuestro próximo partido contra Italia mientras bajábamos a la cafetería del hotel a desayunar. Por primera vez en mucho tiempo, sentía calma en mi interior. Cuando le miraba, el mundo parecía un poco más bonito.

Para cuando llegamos al desayuno, casi todo el equipo se encontraba ya allí. Estaban sentados por grupos, y yo vislumbré una mesa de cuatro en la que se encontraban Gavi, Ferrán, Dani y Fermín. Mi mejor amigo me miró durante un instante, y cuando vio quién iba a mi lado, casi se le salen los ojos de las órbitas. Tampoco me pasaron inadvertidas las miradas de Nico, Álvaro o Carvajal, que habían estado en la Eurocopa de 2021 y en el Mundial de 2022 y sabían perfectamente la mala relación que había tenido con Unai en este tiempo.

-¿Quieres...?-miré a Unai.-¿Quieres sentarte con ellos?-señaló con la cabeza la mesa donde estaba mi mejor amigo.

-No.-le dije.-He venido contigo.

Unai sonrió y yo le imité. Nos repartimos por la cafetería para que cada uno fuera cogiendo lo suyo y nos reunimos en una mesa que había pegada a una de las ventanas. Estuvimos hablando durante un rato y justo cuando estábamos terminando de desayunar, alguien se acercó por mi espalda.

-Buenos días.-nos dijo Gavi apoyando sus manos sobre mis hombros.-¿Todo bien?

Levanté la cabeza y sonreí.

-Todo bien.-respondí.-¿Qué tal la fiesta?

Hizo un gesto con la mano, quitándole importancia.

-Nada nuevo.-contestó. Se colocó entre Unai y yo para mirarnos a los dos.-A Ferrán le gustó una chica pero le dijimos que sospechosamente se parecía demasiado a su ex novia, así que no nos pareció buena idea dejarle que se acercara a ella.-Unai y yo reímos y él alternó su mirada entre los dos.-Aunque estoy seguro de que mi noche no fue ni la mitad de interesante que la tuya.

El portero titular de nuestra selección casi se atraganta al escuchar esas palabras. Yo noté cómo las mejillas se me ponían rojas y golpeé a mi amigo en el estómago.

-Vete.-le dije muerto de vergüenza. Él señaló sus ojos con los dedos indice y corazón y los giró hacia mí.

-Te vigilo.

Me tapé las manos con la cara y gemí.

-Lo siento.-le dije a Unai cuando ya se había marchado. Él casi sonrió.

-No te preocupes.-respondió él.-¿Fueron de fiesta anoche?-asentí.-¿Y por qué no fuiste con ellos?

Suspiré.

-No me apetecía.-me sinceré.-Quería estar solo.

Él me miró.

-Pero pasaste la noche conmigo.-dijo casi en un susurro.

Yo sonreí.

-La única razón por la que quería estar solo era porque creía que no podía estar contigo.

Unai me miró en silencio durante un instante y de repente noté su mano agarrando la mía por debajo de la mesa.

Por primera vez en mucho tiempo, por fin sentía que podía respirar tranquilo.

La suerte de tenerte. Unai + PedriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora