Capítulo 19.

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Actualidad.


El pasillo estaba completamente vacío y en silencio. Me acerqué sigilosamente a Unai y, cuando estaba a un metro de él, me di cuenta de que estaba dormido.

-Oye.-dije casi en un susurro agachándome a su lado. Le agarré del brazo y lo moví suavemente.-Unai.

El portero de la selección abrió los ojos poco a poco y sonrió al verme.

-Por fin me has abierto.-dijo con voz adormilada.

Fruncí el ceño.

-¿Qué?-miré la puerta y luego a él.-¿Creías que estaba en la habitación?

Él me miró sin entender.

-¿No lo estabas?

-Si lo hubiera estado, te habría abierto antes, ¿no crees?

Unai ladeó la cabeza.

-Pensaba que no querías verme.-dijo con la voz rota.

Se me encogió el corazón.

-¿Y por eso estás aquí durmiendo?-pregunté.-¿Porque estabas esperando a que te abriera la puerta?

Él asintió y yo suspiré. Le acaricié la mejilla con la mano y él se apoyó en ella, sonriendo.

-Venga, vamos.-me separé de él y me puse en pie, tendiéndole la mano para ayudarle a levantarse.

Unai aceptó mi ayuda y me siguió hasta el interior de la habitación.

-¿Dónde estabas?-me preguntó sentándose en el borde del escritorio. Yo dejé las cosas en un lado de la habitación y me giré hacia él.

-He ido a nadar.-respondí.-Y tú, ¿no habías ido a cenar?

Él asintió.

-Hemos cenado en un restaurante pijo de cojones y luego hemos ido a tomar algo.-contestó.-Pero, siendo honesto, me apetecía más estar contigo, así que me he cogido un taxi y he venido a verte.

Mi corazón latía con fuerza en mi pecho.

-Y te has quedado dormido en la puerta de mi habitación esperando a que abriera.

Unai se rascó la nuca.

-Sí, bueno. De verdad creía que estabas ahí y no me querías abrir.

-¿Y por qué no te has marchado?

Su mirada se suavizó.

-Porque no quería irme sin verte y saber que estabas bien.

Me acerqué a él con cuidado y me coloqué entre sus piernas. Le puse las manos a ambos lados del cuello y posé mis labios sobre los suyos con suavidad. Unai dejó salir el aire que estaba conteniendo y me besó de vuelta. Tras unos segundos, me separé de él y apoyé mi frente sobre la suya.

Suspiré.

-Tengo que hablar contigo de algo.-le dije separándome de él para guardar distancia entre los dos. Unai asintió.

-Lo suponía.-respondió.-¿Qué ocurre?

Caminé por la habitación, nervioso.

Finalmente cogí aire y me lancé a decirle lo que llevaba tanto tiempo rondando mi cabeza.

-Nunca me diste una explicación.-el corazón me retumbaba en los oídos.-Nunca me dijiste por qué no fui suficiente para ti.

Hizo una mueca y me miró con tristeza.

-No lo hice porque no fueras suficiente.-respondió él.-De hecho, si había alguien que no estaba a la altura, era yo.

Lo miré sorprendido.

-Entonces, ¿por qué fue?

Unai se apartó del escritorio y se acercó a mí.

-Porque estaba acojonado.-confesó.-Me gustabas mucho pero me daba miedo todo lo que podía pasar si lo nuestro salía a la luz.-tragó saliva nervioso.-Nunca ningún futbolista ha hecho pública su relación con otro chico. Y menos aún con un jugador de la misma selección.-me cogió la mano.-No sabía lo que dirían de nosotros.

Reflexioné sobre sus palabras.

-¿Y qué ha cambiado ahora?

Unai casi sonrió.

-Que me he dado cuenta de que nunca he sido tan feliz como cuando estábamos juntos.-mi corazón se saltó un latido.-Y me he cansado de vivir contentando a los demás. Quiero ser feliz yo, sin importarme lo que digan.

Lo miré sin saber qué decir.

-¿Y cuándo nos descubran?

Se encogió de hombros.

-Pues tendrán que hacerse a la idea, porque no pienso dejarte ir nunca más.

Se acercó a mí y me besó.

-Joder.-dije yo un poco sobrepasado por la situación.-Esto va a ser jodido.

Unai sonrió.

-Lo resolveremos juntos.

Le acaricié la mejilla y guardamos silencio durante unos instantes.

Entonces me acordé de lo que ocurrió hace dos años.

-Lo siento por lo del Mundial.-me disculpé.-No iba en serio. Eres el mejor portero que podíamos tener.

Durante un instante vi alivio en sus ojos.

-Yo también lo siento por haberte agarrado por el cuello.-respondió.-Me puse nervioso y no supe reaccionar.

Suspiré.

-Nunca me has preguntado por qué te traté así.

Él ladeó la cabeza.

-¿No fue porque estabas enfadado conmigo por haberte dejado?

Negué con la cabeza.

-No del todo.-contesté.-Cuando terminó el partido, te vi acercarte a la grada y besar a una chica.-la culpabilidad cruzó su rostro.-Me puse celoso, supongo.

Esta vez fue él quien me puso una mano en la mejilla.

-Estuve saliendo con ella durante unos meses.-explicó.-Pero lo dejamos. No era feliz.-tragó saliva.-No como contigo.

Asentí.

-Igualmente, no debí tratarte así.-insistí.-No tenía justificación. Lo siento.

Unai suspiró.

-Supongo que los dos la hemos cagado con el otro.-hizo una pausa.-Es un buen momento para empezar de cero, ¿no crees?

Contemplé su rostro durante unos instantes en silencio. Joder, era tan guapo que solo mirarle me ponía nervioso.

-Sí, lo creo.-respondí finalmente. Entonces él sonrió, me besó y pasamos el resto de la noche disfrutando el uno del otro.

Sin preocupaciones. Sin miedos. Y con la certeza de que esta vez íbamos a hacer todo lo que estuviera en nuestra mano para que esto saliera bien.

La suerte de tenerte. Unai + PedriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora