Ginebra no había dejado de contemplar el porvenir y, en una de sus visiones, vislumbró nuevamente a una niña rubia de espaldas, aunque su rostro seguía oculto.
«¿Madre?» La niña volteó y corrió hacia ella. «Me alegra verte, padre se alegrará.»
«¿Quién eres?» Ginebra intentó acercarse, extendiendo su mano hacia la niña.
«¿Te encuentras bien, Gine?» resonó una voz adulta, a punto de entrar en la estancia.
Pero la visión se desvaneció.
-¿Qué me ocurre? -se preguntó inquieta, mientras se sentaba en su cama. Una doncella llamó a la puerta y dejó su cena en la mesilla de noche-. ¿Dónde está tu señor?
-Tiene una visita, señorita. No puede atenderla.
-Así que ya está aquí. Fue tan fácil de engañar.
Antes de ser raptada, había intercambiado palabras con la princesa.
«Princesa Helaine» la había llamado. La princesa se acercaba a Percival para ir a la tienda de panes.
«Saludos, ¿quién eres? Nunca te he visto por aquí» dijo la princesa, alzando una ceja mientras observaba a la niña con detenimiento.
«Es porque llegué ayer. Soy Ginebra y vengo de muy lejos. Eres hermosa de cerca, princesa Helaine» respondió la niña, acercándose con una sonrisa.
«Gracias» replicó la princesa, sonriendo.
«Escucha bien lo que te diré, princesa» dijo la niña, frunciendo el ceño de repente, sorprendiendo a la princesa. «Sé que has tenido sueños raros provocados por el rey de Camelot. En cualquier momento, él vendrá por ti. Serás la reina de Camelot y te enfrentarás a Liones. Matarás a todos los que se interpongan en tu camino. Ese es tu destino.»
«No sé de qué hablas, niña» replicó la princesa, dándose la vuelta. Ginebra se sorprendió. «Será mejor que vuelvas a tu casa; andar sola en la calle no es seguro para ti.»
Ginebra se enfureció porque no la tomaban en serio, solo por ser una niña. Corrió hacia la mayor y la detuvo, colocándose frente a ella.
«Escúchame, princesa. Hago esto por Lancelot. Ni tú ni nadie me impedirá estar con él.»
«¿Qué?» La princesa, de cabello rosado, estaba sorprendida. «¿Lancelot? ¿Conoces a mi amigo?»
«¿Amigo? ¿Eso significa él para ti? Entonces, ¿por qué me lo quieres arrebatar? ¿Por qué siempre va hacia ti?»
«Oye, no entiendo. ¿Qué tiene que ver él en esto?»
«Ah, eres muy joven para entender» suspiró y negó con la cabeza. «Tengo el poder de ver el futuro, conozco a todos tus amigos, pero Lancelot sufrirá mucho si te vas. Debes impedirlo. Cuando llegue el momento, no dejes que se desmorone.»
«No te preocupes por eso» Ginebra se sorprendió por la forma tan tranquila y serena de hablar de la princesa. «No me iré a ningún lado.»
«Pero mi visión nunca falla. Los caballeros del rey Arthur te estarán buscando. Matarán a tus amigos si no te vas. Debes empezar a alejarte de Lancelot.»
«Tal vez tengas razón. Tal vez debería creer en tus palabras, pero solo te diré una cosa: Lancelot es mi amigo. Que yo no esté no significa que él se quedará solo. Además, muerta o no, jamás dejaría a Lancelot. Debes saber que somos amigos desde los diez años. Y si yo me fuera, él no se cansaría de buscarme. No puedo dejar de ser su amiga solo porque me ame. Yo haría lo mismo por él.»
«¿Eres consciente de lo que él es capaz de hacer por ti? Lo llevarás a la muerte, Helaine.»
«Lancelot no es débil. Si dices que nos conoces, entonces deberías saber cómo es él.»
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Everywhere I Go |Lancelot o Percival
RomanceEn una reunión inesperada, cuatro jóvenes se unen como el cuarteto del destino, predicho para derrocar a Camelot. Entre ellos se encuentra Helaine, hija del rey de Liones, y Lancelot, un misterioso joven que despierta el interés amoroso de Helaine...