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La respiración de Lucifer era agitada, sus piernas estaban abiertas mientras eran sostenidas por los brazos del ciervo.

Elevando su cintura mientras frotaba con más fuerza contra su dilatada entrada, su rostro estaba enrojecido y el ciervo simplemente buscaba más fricción... Las manos del rey se deslizaban por su pecho hasta llegar a su abdomen, y con un sutil gesto tocó su vientre. Alastor tragó grueso, y sus movimientos se volvieron más lentos que antes hasta que finalmente el glande se deslizó por el perineo, acariciando los testículos y parte del falo del rey... Hasta estar cabeza con cabeza, dos miembros soltaba gotas de presemen y los responsables estaban devorándose a besos mientras que el ciervo frotaba su glande contra él vientre del rey.

Lucifer jadeó, sintiendo como las gotas de semen caían en su abdomen por décimo quinta vez. Cerró los ojos por unos instantes, buscando descansar aunque sea un momento, y él ciervo simplemente daba besos en sus párpados. Ambos estaban en la cama, completamente desnudos y juntos, en la cama había manchas de semen secos y otros recientes.

Alastor se agachó luego de dar un último beso en los labios del soberano, besando desde su mejilla, el cuello, parte de su clavícula hasta llegar a sus pezones. Lamiendo con tal lentitud que escuchó con satisfacción los jadeos del rubio, sus manos tocaban el miembro del rey, moviéndose en un vaivén que había memorizado a la perfección. Practicaba el movimiento que el rey hacía con él, visualizó como el rey se cubría los labios mientras alzaba el pecho tratando de respirar.

— Mmmm... — un gemido salió de los labios del soberano, y una mirada nublada estaba sobre él pelirrojo, viendo a su mano bombear el miembro del rey que era de un buen tamaño, generoso, por decirlo educadamente sin dar tanto detalle. — Bambi... — jadeó, abriendo los brazos, llamando al menor para besarse nuevamente — Ven aquí.

Es lindo...

Lucifer sonrió, cerrando los ojos cuando sintió el peso del menor sobre su cuerpo. Sintiendo como sus miembros se rozaban y se movían, asimilando una pelea de espadas.

— Ah~... — Lucifer cubrió sus labios cuando sintió un dedo entrar en su cavidad — Mierda...

Gimió cuando Alastor levantó su cuerpo (cintura) y alineó el miembro a su entrada. El pelirrojo besaba al rey para que no sintiera dolor, distraía la atención de lo que iba a pasar y de lo que iba a doler. Pero él ya no podía esperar a que el soberano cediera completamente su gracia. Respiró con pesadez cuando sintió entrar su glande.

Tragó grueso.

— Mi señor... — llamó, viendo cómo el rey sonreía.

— Hazlo. — dijo mientras acariciaba su mejilla — No me has dado tiempo de conseguir a alguien para tí. — gimió cuando Alastor estaba en proceso de entrar — Solo... No te quejes cuando quieras un hijo. ¿Okay? Los hombres no se pueden embarazar.

Alastor gruñó cuando entró de una estocada, sintiendo las paredes de Lucifer apretarlo. ¡Era una sensación dolorosa y excitante! Lucifer sonrió, relajando su cuerpo mientras sus piernas eran dejadas en los hombros del más alto.

Una situación inesperada..

Suspiró cuando las caderas del menor empujaron un poco más adentro, sintiendo como el glande del ciervo tocaba un punto en su próstata. Un sonrojo salvaje se apoderó de su rostro cuando el menor había vuelto a empujar en el punto.

— Majestad... — llamó.

— ¿Mmm? — lo miró, sonriendo mientras acariciaba sus mejillas — ¿Mi Bambi quiere algo más?

El ciervo suspiró, acercándose al otro para lamer su cuello.

— Quiero comerte. — lamió la manzana de Adán que tenía en el cuello, la misma que subió y bajó cuando el rey tragó grueso.

Epifanía. [RadioApple]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora