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Empecemos con algunas breves explicaciones sobre lo anteriormente ocurrido en el capítulo anterior de "Epifanía".

Dato 1: Las piedras rojas son como una especie de veneno para los híbridos, una piedra puede causar debilidad en el cuerpo de un bebé, de dos a cuatro piedras pueden debilitar por completo a un híbrido que tenga cierto tiempo luego de nacer. Impide que recaude energía con la que está vinculado desde que nació, y si intenta hacerlo las piedras tendrán una sobrecarga y podrían explotar. Y dependiendo de dónde estén, afectará al híbrido que esté cerca de ellas. En este caso, Alastor estaba en el centro, por lo que la explosión causó que toda la energía que estaba reuniendo volviera a él de golpe. Causando así la ola energizante que sintió, la ola fría que sintió luego de eso fueron los efectos secundarios causados por las mismas piedras, la explosión y la energía invasora repentina en su sistema.

Dato 2: Lucifer ha evitado hablar sobre el trato con las bestias de las sombras porque sabe que el cuerpo de Alastor no será capaz de hacer un trato con ellos. Ha dejado que la energía que aún no encuentra su lugar en su cuerpo se estabilice, y aunque hay una forma para que la energía se asiente en su núcleo de energía que actualmente está en sequía... Prefiere evitar dolores innecesarios y dejar que Alastor se acostumbre a la poca que tiene... Pero su plan se vio arruinado por la explosión que técnicamente vino a ser como un veneno de efecto rápido.

Lucifer es un rey cruel, pero justo. Especialmente con los bebés que considera importantes para él, y considera al ciervo malcriado como especial. ¿Se debe a eso que no lo deja salir de la cabaña sin su supervisión? Es una buena posibilidad...

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Sangre, aroma a roble y más sangre.

Lucifer estaba cubierto de sangre, en sus brazos se veía a un ciervo desmayado mientras continuaba vomitando poca sangre a comparación de antes. Y a sus pies, una pequeña niña se colgaba de sus prendas ensangrentadas, mientras jugaba con una mandíbula hecha pedazos. ¿Quién fue el dueño de esa mandíbula? Quizás alguno de los tres pobres demonios que estaban desmembrados a sus espaldas.

El rey no miraba a Alastor, simplemente sostenía con sumo cuidado su cuerpo mientras recargaba la cabeza del ciervo en su pecho. Procurando que no tuviera dolores por ser un descuidado en su momento de enojo. También se abstiene de ver a Nifty, pues no pudo comerla como quiso. Estaba molesto con ambos, con él, con los malditos demonios del subsuelo. ¡Con todos los putos demonios que lo veían en ese estado tan aterrador! Era como una rosa blanca en el jardín, rosa que había sido ensuciada por la sangre sucia de seres desagradables.

La rosa blanca del subsuelo fue manchada voluntariamente al oír la irremediable ira que había explotado en su pecho, y quienes provocaron esa ira estaban en su estómago hace un par de horas. Había sobrevolado a todos, dejando que la sangre que aún goteaba de su ropa cayera sobre todos, dando un desfile del terror para aquellos que aún pensaban en ir tras los huesitos de su chico.

Golpeando a un bebé... .

De solo recordar como apretaban sus adorables orejas lo ponía furioso. Recordar cómo sus ojos imploraban ayuda, su estómago se revolvía de la cólera incesante que crecía como las llamas de un incendio al aire libre. Cada brisa que tenía el olor de esos demonios lo hacía actuar fríamente, y todos conocían perfectamente el estado iracundo del rey. Después de todo, había pasado tiempo desde que se comió a la mitad de la población demoníaca. Lucifer miró a la niña que colgaba de su ropa, la que ondeaba con sus prendas mientras buscaba alcanzar a Alastor.

Tuviste la suerte de nacer con un alma acorde a tu elemento. — gruñó a la niña, quién le devolvió el gruñido.

Con su cola hizo que ella se sentará en el estómago de su Bambi, indicando con una mirada amenazante que no tiene que despertarlo o ella sufrirá la ira que aún retiene en su interior. Ella soltó un "hmp" mientras se acomodaba para dormír con Alastor, ella lo hacía dormido cuando el rey es el único que conoce la gravedad del asunto... Y aún así no se apresuraba por llegar a la cabaña.

Epifanía. [RadioApple]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora