El inicio del mundo fue presenciado por cinco seres, uno de ellos siendo superior al resto. Conocido como el padre de lo que conocemos, un dios capaz de destruir y crear con un solo pensamiento de su parte. Todos desconocen su forma física, menos aquellos que lo vieron cuando el mundo se formó. D-os, la oscuridad y la muerte, la luz y un ángel de la corte celestial que no tiene permitido bajar a la tierra. El origen del mundo se resume en dos simples palabras que son opuestas pero que se atraen inevitablemente. Los dos seres que fueron los primeros en conocerse, los que fueron los primeros en saludar al otro de una forma descortés.
La luz y la oscuridad, tan distintas pero iguales. Nadie llegó a pensar que dos existencias que no tienen nada que ver con la otra podría ser tan circunstancial entre sí. Ellas no tenían identidad, simplemente usaban como nombre propio las palabras con la que generalmente se referían a ellos.
Luzbel quien con el pasar de los siglos, luego de varios eventos terminó cambiando su nombre como Lucifer. Y el otro, la oscuridad que acecha a todos aquel que se niegue a ver la luz de la verdad o del sol. Decidió llamarse a sí mismo como el demonio de las sombras. E hizo mención de un nombre en sus últimos momentos de vida, grabando en la mente de su compañero ese nombre que repercutirá en él por mil años.
La historia comienza con dos chicos, dos divinidades que bajaron al cielo para relacionarse con los seres humanos.
Luzbel había dado la bendición del fuego, mientras que él demonio de las sombras les regaló la noche para que ellos estuvieran seguros de las bestias carnívoras que buscaban comida. Luzbel era dulce, encantador, amable y radiante. Tal y como su nombre lo indicaba, era la luz más bella que hubo en la tierra. El demonio de las sombras admiraba a su entusiasta compañero, molestando cada tanto por ser un alma frágil y sensible que iba en auxilio siempre que todos los humanos tenían conflictos. Fue entonces que a Luzbel se le ocurrió una idea, violando las leyes del creador de no bajar a la tierra. Creó una ciudad donde los humanos no tuvieran que pelear por su vida y tuvieran una vida vasta llena de placeres y tranquilidad.
Había ayudado a los humanos, pero los humanos no dieron ni las gracias. Molestando así al demonio de las sombras, quien enviaba monstruos y plagas cada tanto en el manto negro de la noche. Aterrorizando sus sueños y albergando temor hasta por una rama cayendo en medio de la noche a causa del incontrolable viento. Luzbel pidió a su compañero que retirará el castigo, abogando por los pequeños niños humanos que acababan de nacer días antes. Y solo por su intervención, las muertes de los malagradecidos humanos se detuvieron por piedad.
Un castigo cayó sobre los seres humanos que fueron en contra de las leyes divinas. Castigando a todas las nuevas generaciones, siendo tratados como ganado cuándo se presente el momento. Fue cuando empezó el suplicio para esos humanos, los niños comenzaban a nacer con tantas deformaciones en sus cuerpos, algunos nacían bien pero sin vida. Cincuenta años pasaron y los seres humanos ya no valían como población, se habían multiplicado, claro que sí... Pero como la maldición dijo, fueron tratados como ganado por una nueva población de seres con habilidades únicas y sobrehumanas.
Sintiendo curiosidad por ellas, Luzbel se acercó para llegar a conocerlos... Pero solo fue atacado por ellos, acusándo de ser el culpable de la perdición de los primeros humanos.
El demonio de las sombras, viendo su hostilidad y repudió hacia su compañero, envío plagas, maldiciones y demás cosas a la ciudad establecida por Luzbel, la cual había sido tomada por los nuevos que habían desechado a los otros humanos defectuosos. Ambos se habían alejado de ambas existencias y se introdujeron dentro de un frondoso bosque con grandes vegetaciones.
El demonio de la sombra seguía a Luzbel a dónde sea que fuese, siempre cuidando de sus alas para que no cayera, y si lo hacía. Él siempre iba a estar para sostenerlo. Esos fueron sus pensamientos antes de encontrarse con ella, la hermosa madre cierva, ama y señora del páramo que ellos estaban cruzando sin permiso. Ella estaba en su época de calor, por lo que cuando vio al demonio de las sombras se lanzó a frotarse contra él, pidiendo tener cachorros.
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Epifanía. [RadioApple]
FanfictionDespertar en un mundo desconocido, desnudo, rodeado de bestias que parecen querer comerlo. La única opción para sobrevivir parece ser correr, y correr rápido, porque los perros de dos cabezas que lo persiguen no parecen saber hablar...