Jerarquías en el subsuelo.
Alastor había sido forzado a aprenderse esa lista corta de jerarquías en solo dos días. Ya que desgraciadamente se topó con un minotauro que quiso matarlo con una patada, lo bueno es que Lucifer lo apartó de inmediato y le dio una buena paliza a ese engendró del demonio. Y claro, él tuvo un castigo público también; pero no fue para tanto como la vez pasada en la que fue dado como bocadillo viviente a los perros de dos cabezas (si, todavía recuerda eso). Era lo que mantenía el resentimiento vivo en su mente, es algo que jamás dejaría morir. ¡Será el día más traumatizante de su vida! Volviendo con las jerarquías en el subsuelo, los demonios se dividían en tres categorías.
En el primer puesto estaba la familia real, que es en dónde Lucifer se encuentra. No había ni un solo hermano, madre o padre en esa categoría. Simplemente estaba Lucifer en el trono con una sonrisa aterradora que gobierna sin piedad a los demonios. Un rey demonio que es un completo tirano con los de su especie. Y Alastor no podía refutar lo último ya que él mismo compartía la opinión pública. Aún si eso implique que el rey lo castigue por ser parte de cosas que no debería.
"Es un rey peculiar, aunque su comportamiento es muy anticuado y hasta bárbaro en algunas ocasiones."
En el segundo puesto de jerarquías, podemos encontrar a los que se hacen llamar señores. Demonios con rango en igualdad de condiciones que el rey, siendo más bajos en la categoría de poder. Estos tenían permiso de meterse con quienes quisieran y el rey, en este caso Lucifer, haría caso omiso a las posibles muertes que hubieran cómo terrible consecuencia. (Ellos eran la razón por la que Lucifer no lo dejaba salir cuando venían los otros seis señores que viven en el subsuelo a visitarlo, simplemente lo encerraba en la habitación y no lo dejaba salir).
Y llegamos finalmente al tercer puesto, dónde vemos a los pobres diablos (literalmente) que eran los juguetes de los grandes señores anteriormente mencionados. Los esclavos eran demonios de todos los tamaños, sin importar si tenían grandes poderes o no, o si eran mujeres y hombres, todos eran tratados de la misma manera. Cómo objetos que ya no les resultaba interesante. No tenían voz ni voto en el subsuelo, ni siquiera Lucifer podía decidir por ellos cuando sus amos (señores con los que hicieron contratos) querían matarlos.
Alastor apartó el libro de jerarquías del subsuelo, viendo al soberano a su lado. Mismo que estaba dando una siesta y usaba su hombro como almohada, lo veía babear mientras se aferraba a su brazo. Sabía que no estaba dormido, él ya conocía el patrón de su señor. Actuaba de la mejor forma la mayoría del tiempo cuando estaba en su hora de estudio libre, simplemente se quedaba a su lado, viendo sus caras y cuando se aburría simplemente se iba a visitar a dos de los señores que viven cerca de su cabaña llamada castillo.
— Majestad. — llamó, evitando moverse.
— ¿Qué? — preguntó, abriendo un ojo.
Alastor apretó los dientes mientras sonreía, sus ojos veían la expresión retadora del soberano y solo entonces bajo la mirada. Había aprendido muy bien el truco de sonreír en todo momento, y aunque el rey no necesitaba hacerlo, llegó a preguntarse seriamente. ¿Por qué le sonríe a todos los señores que están por debajo de él? Osea, ninguno de los señores le daba respeto, la mayoría lo ignoraba y lo hacía a un lado cuando se aburrían de él.
Nuevamente pensando en cosas innecesarias.
Lucifer se alejó, limpiando la baba en el hombro del ciervo mientras se estiraba. Alejando la pereza con un bostezo.
— ¿Puedo hacerle una pregunta?
Lucifer sonrió. — Acabas de hacerla. — bromeó.
Alastor entrecerró los ojos.
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Epifanía. [RadioApple]
FanfictionDespertar en un mundo desconocido, desnudo, rodeado de bestias que parecen querer comerlo. La única opción para sobrevivir parece ser correr, y correr rápido, porque los perros de dos cabezas que lo persiguen no parecen saber hablar...