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"— Al, querido. ¿Has pensado en tener hijos?

Alastor E. Haworth estaba sentado, revisando las partituras que usará en su próxima clase. Había estado tan inmerso, que cuando ella le preguntó eso terminó tosiendo. Ella soltó una suave risita, disimulando muy bien que la situación le resultó divertida.

Alastor suspiró, guardando la hoja en un folder amarillo.

— Nunca lo he pensado, la verdad. — sirvió té para ella y luego para él — Supongo que la ausencia de una figura paterna en mi niñez hizo qué no quisiera tener hijos, ya que no sé cómo sería ser padre.

Miró a su amiga, quién asintió, comprendiendo.

— En algún momento tendrás un hijo. ¿No creés? — ella se inclinó sobre la mesa — Vas a enamorarte, casarte con esa persona, tener un hermoso bebé que se parezca a su madre o a tí. ¿No te emociona pensar en criar a un niño que sea igual a tí?

Alastor sonrió incómodo ante la escena que vino a su mente.

— Realmente no, veo a un niño que sufría bullying todos los días por ser huérfano, a un niño que daba lo mejor para recibir un elogio de la cuidadora pensando estúpidamente que era mi madre... — se detuvo de pronto, cayendo en cuenta que estaba relatando su niñez — ... Solo no me veo siendo padre, Rosie.

Ella suspiró, sintiendo tristeza.

— Experimentar cómo la vida crece en tu interior es una de las cosas que podrías experimentar a lo largo de tu vida. — miró con nostalgia la taza.

— Pero los hombres no pueden embarazarse, querida. — le sonrió — ¿Ha ocurrido algo con tú bebé?

Ella apretó los labios, frunciendo levemente el ceño.

— Yo... perdí a mi bebé... — confesó, conteniendo el llanto — Nuevamente, seré incapaz de sentirlo dentro de mí, Al. ¿Por qué soy tan incapaz de retener la vida? ¿No está en mi naturaleza ser madre? — ella comenzó a llorar.

Alastor se acercó, dándole un abrazo.

— ¿Has leído el libro que te regalé? — dijo él con una sonrisa, era malo consolando, por lo que cambiar de tema era su jugada maestra — El nombrado "Epifanía".

Ella sonrió, sintiéndose mejor por un momento.

— Pues... "

Las palabras se quedan en la mente, pero se pierden en un momento importante. Tantas similitudes que no han sido vistas todavía, y una historia misteriosa escondida detrás de tantas versiones. Alastor es un alma extranjera que ha poseído el cuerpo de un híbrido, se enamoró de un hombre y está a punto de tener un hijo (pese que el rey aún no logra asimilar la noticia). No está casado, porque ahí no hay iglesias. Ha sido cuidado, amado, humillado algunas veces, pero no tiene tantas malas experiencias como cuando llegó...

Él puede decir que ha tenido una buena vida los últimos dos meses, ha logrado crear una familia que depende de él y que él depende de ellos. ¿Cuántas noches no lloró en su cama, rogando a sus padres que volvieran? Solo era un niño de seis años cuando murieron, no tenía fotos que ver, ni cartas que leer... Había sido un niño abandonado, que no fue amado...

Y que si no fuera por Rosie, hubiera vivido y crecido como un marginado... Ella fue como una madre para él, una gran hermana, una amiga. Todo lo que podía pedir.

Y ahora... ¿Qué puede pedir cuando tiene todo lo que no tuvo antes?

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Epifanía. [RadioApple]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora