Epifanía. [RadioApple]

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En algún momento de su vida. ¿Alguna vez perdió tanto la noción del tiempo que incluso día y hora era? La respuesta es no, al ser un hombre que es fanático de la puntualidad y la buena presentación, el día y la hora eran importantes en su vida diaria. Por eso desconocía el hecho de no saber en qué estación estaba, si era de día o de noche, en la tarde o en el amanecer. Se había vuelto un rotundo ignorante con respecto a su alrededor. Y no es que lo hiciera a propósito, no. Al contrario, todo pasaba con tanta normalidad que solo se daba cuenta que había anochecido cuando él terminaba dormido. Estar en ese "hospital" ha hecho un desastre con su percepción de la realidad.

No había alma que se llevará el diablo, solamente la suya.

Aunque, ¿podría considerar la visita recurrente de Rosie en el hospital como un alma más en ese espacio en blanco? Y quizás la respuesta fuera un sí, pero la posibilidad es nula. Ese espacio en blanco siempre era el mismo, siempre que sus ojos se abrían se topaba con el mismo techo blanco y la luz que lastima sus ojos. ¿Acaso tuvo un accidente como para terminar en el hospital? No lo sabía, no recordaba lo que había pasado luego de haberse retirado de la morada de su buena amiga.

Su mente estaba como ese espacio, totalmente en blanco.

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Sus ojos comenzaban a abrirse, igual que todos los días anteriores. Veía con desagrado la lámpara que lastimaba sus ojos, sus oídos percibían el pitido de los monitores que señalaban las palpitaciones de su corazón. Y su cabeza no dejaba de reproducir llantos desgarradores, era cómo oír una película vieja. Podías imaginar las voces, llantos, risas y aún así sin seguir escuchando nada. Era complicado, ya que a veces no podía diferenciar la voz de su cabeza con las escenas imaginarias. ¿Creerían si comenzarán a ver incluso cosas luego de estar mucho tiempo solo? Bueno, esa es una historia reciente que le pasó.

En ese espacio no tenía libros, ni cuaderno, lápices, nada de eso. Solamente veía blanco, y aunque los colores que no eran blancos eran más cortinas (que eran como beich) no eran tanta diferente. ¡Por supuesto! El único color en la habitación era él, con su cabello castaño claro, con su color de piel semejante a la canela y un par de ojos avellana, de ahí no había nada.

Se agobiaba cuando lo único que oía repetidamente eran el "tic tac" del reloj, marcando la misma hora todos los días y dejando de girar cuando era de noche. Técnicamente el tiempo en ese lugar estaba congelado, su cuerpo, en algún punto de la noche. Temblaba como si pasara frío, su vista se clavaba en el techo y su corazón dejaba de palpitar. Y era solo cuando recobraba la conciencia es que se daba cuenta que estaba vivo, sí, parecía morir en periodos de tiempo desconocido.

El sueño pesaba en sus párpados, su mirada se sentía tan cansada que terminó volviendo a cerrar los ojos. Y sentía que hace poco había despertado de un largo sueño, y otra vez volvió a quedarse dormido.

Alastor no sentía que estaba mal, era como los días en su niñez cuando terminaba en el hospital luego de que los de grados superiores le dieran una paliza. Terminaba solo en el hospital, siendo Rosie su única compañía.

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— ¿Has estado bien?

Alastor abrió los ojos, observando a la castaña sentada en la silla al lado de la camilla. Ella sostenía su mano, viendo su rostro. Su mirada se veía nostálgica, entristecida y quizá sea porque volvió al hospital. Cosa que no sucedia desde que se cambió de escuela, él le sonrió. Acariciando suave la mano de ella.

Asintió.

— Sí, aunque he sentido que estoy mucho más cansado los últimos días. — sonrió, recargando su cabeza en el cabezal de la camilla — Tampoco he visto la hora porque siempre es la misma... ¿Acaso el reloj está mal?