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Esto es felicidad.

Lucifer comía un cordero destazado, chupando los huesos mientras bebía de una copa con la sangre del cordero. Él estaba teniendo uno de los festines más grandes hechos para él y su corona, estaban en la celebración del cordero. Dónde sacrificaban a uno, servían la sangre caliente en la copa dorada (una reliquia suya) y la bebía mientras comía con los señores del subsuelo. ¡Solo pasaba una vez en el año y se la hacían a lo grande!

Especialmente, fue elaborada por Belcebú y Belfegor, los que se enteraron de forma abrupta de su embarazo no tan deseado. Ellos eran los más interesados en la barriga del rey, veían como esa piel tersa (expuesta para que vieran) se movía con cierta quietud, parecía estar nervioso por ser el centro de atención.

Llama la atención sin haber salido, se nota que sí es mía.

Bebía un último tragó de su copa, limpiando la sangre que se deslizaba por la comisura de sus labios.

— ¿Te embarazaste de un ciervo hembra? — escuchó la pregunta hecha por Mammon.

Lucifer sonrió, viendo al arácnido.

— ¿Qué te hace pensar que mi Bambi es hembra? — dio su copa a Belfegor para que la llenará — Puedo asegurarte que él es todo un hombre, tiene un buen atributos que me llena todo el corazón de su amor. — sonrió con malicia.

Lucifer miró a su copa, evitando ver los rostros de todos los ahí presentes. Qué seguro eran de incomodidad, era lo más obvio que podía suceder.

No miento, mi Bambi es un hombre que sabe complacer todas mis necesidades.

Humedece sus labios, sintiendo una leve perturbación en su entrepierna. ¡Solo estaba recordando y su cuerpo tenía una reacción! ¿Qué más pruebas necesitan estos imbéciles para creerle? Tampoco va a mostrar públicamente el pene que es suyo, hizo una mueca al pensar en que todas las chicas demonio irían tras de él para tener a sus hijos.

Malditas perras rompe hogares.

Alguien no se da cuenta que se adelantó tanto, que incluso ya imagino situaciones que todavía no llegan a suceder y ya se enfada. Las hormonas le están afectando.

Mammon guardó silencio, no quería oír cómo el rey decía que otro hombre la tenía más grande.

— Mammon se refería a sus astas, mi señor.

Ahora la atención fue hacia Satán.

— ¿Te preocupa que no crezcan sus cuernos? — el rey se enderezó en su asiento — Mi Bambi tiene un crecimiento lento, no tienes porqué preocuparte por eso.

Lucifer le dio una sonrisa cínica.

¿Acaso debo decirles que yo soy quien evita que crezcan? Pues no, vayanse al carajo.

Belcebú miró la mirada asesina del rey, y ella junto a Belfegor sintieron su molestia. Y por ende, actuaron como tal.

— Todos en el subsuelo saben, que si él híbrido comienza a mostrar signos de que se convirtió en adulto...

— Todos ustedes irán a matarlo. — terminó Belfegor — Y todos los aquí presentes, son conscientes de la alta estima que nuestro rey le tiene.

Lucifer cerró los ojos, oyendo exactamente lo que no pudo decir antes.

— ¿Tanto estima como para parir a sus hijos? — todos se giraron para ver a Leviatán — Esos bastardos que vayas a tener solo serán una deshonra para el subsuelo, majestad.

Epifanía. [RadioApple]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora