Capítulo 13 - Dandelions

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Los ingresaron por una puerta trasera de la hacienda, ahora solo esperaban el momento para bajar —Diez minutos. —Les informo el wedding planner con una sonrisa, Azrael permanecía de pie, y Ketzaly sentada en un sillón que estaba en el lugar, ninguno de los dos había hablado, ni se había volteado a ver, lo mejor era asi, a Azrael le empezaba a doler la cabeza, quería irse a casa, recostarse y dormir toda la noche, pero sabía que a su casa no volvería, a no ser que fuera a manera de visita.

—Azrael —le llamaron, volteo, mirando como su tío Ezequiel caminaba hacia él, detrás, venían su padres —¿Cómo les fue?

—Bien, la sesión de fotos canso mucho, y se hizo peor cuando Ricardo decía que asi no, y hasta que le gustaban.

—No saliste con cara de culo ¿O sí?

—No sé en qué momento me fastidie de sonreír.

—Casi a los 5 minutos. —Respondió Ketzaly, sin voltear a ver a nadie, su mirada seguía inmersa, viendo a los invitados.

—Este es un buen punto —cambio la conversación Ezequiel —ustedes si nos pueden ver de aquí, pero nosotros no miramos nada desde allá abajo, fue tu suegro quien nos dijo que viniéramos para relajarte, en unos minutos más los van a presentar y va a iniciar la fiesta, y en verdad espero eso, ese tipo del violín me tiene harto ¿en qué momento ponen la música buena?

—¡Ketzaly! —Nuevamente la atención se desvió, Citlali llegaba con Alma y Jeaqueline, quienes la habían ayudado a llegar hasta ahí, con la silla de ruedas — déjanos acomodarte el tocado y el velo.

Ketzaly se dejó hacer, sonriéndoles, con un semblante demasiado cansado, sentía que no iba a poder más, sus ojos casi querían cerrarse del sueño que tenía, Azrael solo suspiro.

—Hijo —Nicolás se acercó hasta él, acomodándole la corbata y la sutil flor roja puesta en su traje —el día de hoy no regresas con nosotros, regresas con tu esposa —en ese momento, para Azrael, fue como si se le cayera una venda de los ojos, era cierto —una esposa que tu no escogiste, pero si decidiste continuar las cosas asi, y aunque para ti, todo esto solo sea un show, o una parte de un plan que tú mismo decidiste conforme las cosas se te presentaban, debes saber que los Alvarado, somos hombres de palabra —en ese momento, Ezequiel se emparejo a un lado de Nicolás, para ver con firmeza a su sobrino —no somos católicos devotos como tú ahora suegro, pero lo que es cierto, es que respetamos nuestra religión, lo que acaba de pasar no fue cualquier cosa Azrael, acabas de prometer tu lealtad y fidelidad —poco a poco, Azrael se sentía peor, su rostro estoico iba cambiando —y nuestra palabra debe ser firme y cumplirse

Azrael ladeo la vista, primero, al suelo, pensando en el momento en el que decidió planear todo, parecía tan fácil, el sabia lo vulnerable que se podía llegar a sentir tu cuerpo al ser tocado sin consentimiento, lo humillante y lo sucio que te sentías después de eso, luego, planearlo. Seguirla, y odiarla por todas las comodidades que la rodeaban, y por ello, despreciarla más, cerro sus ojos, recordando el rostro de Ketzaly, como pudo disfrutar de su miedo momentáneo, el poder someterla sin ningún tipo de esfuerzo, la excitación que sentía al verla después de haberle hecho eso, su propio miedo al saberse descubierto, todo lo veía como un juego, y ahora estaban ahí, casados.

Las palabras que dijo hace unas horas solo las leyó, pero ahora que las recordaba, le estaban retumbando en la cabeza, se pasó las manos sobre el cabello y abrió los ojos nuevamente, se giró hacia atrás mirando a Ketzaly, sin perder detalle, su vestido blanco estaba todo esponjado ya que su crinolina se extendió hacia adelante, haciéndola ver como toda una reina esperando en su trono, el velo le cubría el cabello dándole un aspecto etéreo, se miraba tan pequeña y vulnerable en ese momento, con sus ojos bajos, y sus manos entrelazadas en su regazo, Azrael se sintió golpeado por una sensación de realidad al verla asi. Se dio cuenta de que ahora ella era su esposa. ¿Qué mierda había hecho?

PenitenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora