Capítulo 32 - Posesión

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~♰~

Ketzaly estaba sentada con las piernas cruzadas en flor de loto sobre el pasto. Sus uñas rascaban su piel mientras se pellizcaba las manos. Estaba nerviosa y luchaba con todas sus fuerzas por controlar los espasmos que querían dominarla. La vergüenza la consumía, y no podía evitar sentir que las miradas de Lucy y Gabriela ahora eran diferentes. Sabían que su cuerpo había sido ultrajado y marcado, y peor aún, también sabían Jorge y Cristiam. Ese peso en su pecho era sofocante.

Jaqueline y Alma, como siempre, se posicionaron a su lado, buscando darle apoyo. Apenas sintió su cercanía, los ojos de Ketzaly se llenaron de lágrimas cristalinas y a punto de caer. No sabía qué hacer con esa mezcla de emociones que le oprimía el pecho.

Lucy se puso frente a ella, tomando sus manos entre las suyas. Apretó con suavidad, buscando transmitirle seguridad. Gabriela se puso del otro lado de Lucy, uniéndose al agarre sobre sus manos.

—Si te lo estamos confesando, no es para exponerte ni para juzgarte —dijo Lucy, su voz salía quebrada por la empatía—. Sino para que sepas que puedes contar con nosotras. Sobre todo, conmigo.

Ketzaly alzó la mirada, encontrando a Lucy con los ojos levemente llorosos.

—Yo sé de primera mano lo que es convivir con alguien con TEI —continuó Lucy—. Sé cómo se siente lidiar con ellos, que Azrael lo heredara es por parte de mi papá. Por eso, pase lo que pase, si Azrael te hace algo, no dudes en correr conmigo. Te aseguro que haré lo que sea necesario para protegerte.

La sonrisa de Lucy fue el empujón que Ketzaly necesitaba para dejar caer las lágrimas que había contenido. Sollozó suavemente mientras la calidez de aquellas palabras la envolvía.

—Gracias... —logró decir, con voz temblorosa—. En verdad... no esperaba algo así de ti, siendo su prima. Ustedes son increíbles, bueno... —sorbió un poco su nariz —Si dejamos de lado lo que hizo Azrael al principio, los Alvarado son personas realmente lindas y amables.

Lucy apretó sus manos con más fuerza.

— No te dejes llevar por esa primera impresión por parte de Azrael, no siempre es asi, realmente no es para nada Azrael, cuando conozcas al verdadero, veras que es algo totalmente distinto...

Ketzaly bajó la mirada, sabiendo que esas palabras tenían razón. Había visto destellos de ese Azrael "distinto", el que era capaz de cuidarla, el que podía hacerla sentir segura... el que incluso le agradaba. Pero el Azrael "malo", ese que surgía en sus crisis, todavía le aterraba.

—Lo sé —admitió Ketzaly, con una sonrisa tenue que apenas aliviaba sus lágrimas—. El Azrael bueno... me cae bien.

Lucy arqueó una ceja, sonriendo con confusión.

—¿Azrael bueno?

—Ketzaly diferencia al "Azrael bueno" y al "Azrael malo" —explicó Jeaqueline—. El bueno es cuando está en su estado normal, y el malo es cuando entra en crisis.

—Ahh... —Lucy asintió lentamente, comprendiendo—. Tiene sentido. Ahora que lo pienso, mi padre también tiene esas facetas.

Gabriela decidió intervenir, buscando romper la atmósfera cargada de emociones.

—¡Basta de temas tristes! Cambiemos a algo más agradable —dijo con entusiasmo—. A ver, ya entendimos todo esto, pero yo te veo muy cómoda con él...

—Muchas veces aparentar estar cómodos no significa que realmente lo estemos —intervino Jaqueline, con tono calmado pero directo—. A veces es adaptación, otras veces es simple supervivencia.

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