Azrael abrió los ojos lentamente, recordando de inmediato la noche anterior y sintiendo una creciente preocupación. Su hermana había empeorado, pero no había dinero para llevarla a un doctor de verdad. Su padre, con severidad, lo había enviado a su cuarto, diciéndole que no era necesaria su "ayuda", que no hacía falta que siguiera ahí. Se dio cuenta que afuera aún estaba oscuro, miró su celular; eran las 5:45 de la mañana. Tampoco era tan temprano, en una hora más tendría que levantarse para ir a la universidad. Seguramente se encontraría con ella.
Un escalofrío recorrió su cuerpo adormilado. ¿Cómo la iba a mirar a la cara? Además, pronto se casarían. Cerró los ojos y se frotó el rostro con fuerza, procesando esa palabra. "Casar." Un matrimonio prácticamente forzado, destinado a hacerlos a ambos infelices. Nunca se había imaginado casado, ni siquiera lo consideraba para su futuro, y ahora todo se había arruinado. También había perdido el respeto de sus padres. No soportaba la idea de volver a ver la mirada apagada de decepción en el rostro de su madre.
Los murmullos tras la puerta lo sacaron de sus pensamientos. Se levantó pesadamente y se puso un gorro azul para el frío. No se molestó en buscar una chaqueta y bajó las escaleras, haciendo ruido intencionalmente para anunciar su presencia. Mientras se acercaba, escuchaba claramente la voz de su madre, que sonaba... feliz. Eso lo desconcertó aún más.
Al llegar a la sala, vio a su hermana recostada en el sofá, conectada a una bolsa de suero y rodeada de frascos con medicamentos. Frente a ella, un médico de unos 60 años, y a su lado, el chofer de los Rubalcaba. Azrael lo reconoció de haber llevado a Ketzaly a la universidad en algunas ocasiones. Su madre estaba de pie junto a ellos.
—El tratamiento para seis meses ya está pagado —dijo el doctor—. En un rato más me pondré en contacto con el traumatólogo para revisar su expediente y plantear un tratamiento que estimule su movilidad y pueda volver a caminar.
Azrael sintió que esas palabras eran como música para sus oídos.
—¡De acuerdo, doctor! —respondió Laura—. Aunque su traumatólogo nos había mencionado que el tratamiento podría durar hasta tres años.
—Eso es cierto —asintió el médico, mientras guardaba sus cosas—, pero el señor Rubalcaba me dijo que consultaría con su yerno sobre el resto del tratamiento.
La sonrisa de Laura se borro al oír la palabra "yerno". Intentó mantener la compostura.
—¿Cuánto es la cuenta, doctor?
—No se preocupe, el señor Rubalcaba ya la saldo.
—El medicamento Zolgensma es el mejor para tratar la atrofia espinal —intervino el chofer, esbozando una sonrisa que parecía más una declaración de poder que de amabilidad, Azrael rápidamente noto que no quería dejar pasar la oportunidad de decir el precio —. El más caro, por supuesto. —Se levantó, tomando una de las bolsas que traía, y caminó hacia Azrael, entregándole una con la marca Hugo Boss. —Lo necesitan en la dirección indicada a las 6:00 de la tarde con esto, de mi parte es todo Señora Alvarado.
Azrael tomo la bolsa, Laura le agradecía a los dos y los acompaño hasta la puerta, el otro parecía no darse cuenta de todo, hasta ahora entendía que ya le habían suministrado el medicamento necesario a su hermana y eso era todo lo que le importaba, miro adentro de la bolsa y se dio cuenta rápidamente que era un traje, le parecía bastante exuberante lo suave que se sentía la tela al simple tacto, aun continuaba ahí la nota de la prenda, suponía por si necesitaba cambiarlo, en cuanto vio el precio quiso echarse a reír, pero de coraje.
¿Quién mierda gastaba más de veinte mil pesos en un simple traje? Y en todo caso, ¿para qué se lo mandaban? Supuso era para la boda, no sabía, aprovechando que su madre aun no regresaba tomo uno de los frascos en la mesa y googleo el nombre, sudo frio al ver el precio de una sola dosis...
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Penitencia
RomanceLa vida de Ketzaly da un giro aterrador cuando es obligada a casarse con Azrael, su agresor, para evitar la deshonra de su familia católica. La imposición de sus padres marca el inicio de una relación turbulenta, donde el odio inicial lentamente se...