Me ayudarían muchísimo con su voto, porfis. Super agradecida estoy con el numero de lecturas, pero créanme que su voto sera de gran ayuda para que más personas se animen a leer esta historia.
Ya si quieren un comentario, los amaría con toda mi alma.
~♰~
Elena y Jeaqueline estaban frente a frente en la sala de espera del hospital, ambas se mantenían en silencio. Elena estaba recargada en la pared, con los brazos cruzados, mientras Jeaqueline se encontraba sentada en un sillón, encorvada y con las manos entrelazadas. Estaba nerviosa; tanta información que ahora tenía en su cabeza la estaba agobiando, lo que ahora solo Elena y ella sabían debía ser un secreto y lo peor es que no iba a poder contárselo a nadie más que, probablemente, a su psicólogo...
—Jeaqueline —ella levantó la mirada—. Ricardo ya llegó. En cuanto esté aquí, no hables, déjamelo todo a mí, ¿ok? A no ser que te diga "¿verdad, Linne?" Solo vas a asentir.
—Ok, Elena.
—Esto se acaba aquí. No voy a permitir que ese tipo le siga haciendo daño a mi hija. No después de que casi me la mata. Ya tengo todo arreglado, incluso con los doctores, y también ya llamé a la policía, vienen para acá.
Jeaqueline volvió a bajar la mirada, intentando recordar cómo habían pasado las cosas, todo era borroso. Su nerviosismo en el momento había sido tal que solo recordaba fragmentos, no podía confirmar quién había empujado a quién.
—¿Y la policía? ¿Para qué va a servir?
—Ya una vez se salió con la suya, esta vez, no. Fue una caída peligrosa. Se puede ver como intento de homicidio.
—Pero... si Azrael se llevó la mayoría de los golpes... No recuerdo bien cómo fue, lo que sí estoy segura es que Azrael abrazó a Ketzaly. Su cuerpo era el que caía de golpe en las escaleras y el de Ketzaly, sobre él. Incluso... se escuchaba cómo su cabeza rebotaba en el suelo...
—Pues se lo tiene merecido, eso y más, por cómo ha tratado a Ketzaly.
Jeaqueline ya no dijo nada más. Entendía el odio que Elena le tenía a Azrael, después de todo, era su hija quien estaba sufriendo. Si ya habían llamado a la policía, ella no haría nada para detenerlo. En el fondo, sabía que, de todas maneras, no harían nada contra él.
Se escucharon pasos en el corredor. Ricardo se acercaba a ellas, casi corriendo, y detrás de él venía Kiran con semblante serio.
—¿Dónde está Ketzaly?
—Está en terapia intensiva...
—Ya la bajaron a piso —interrumpió Jeaqueline.
—Sí, pero la tuvieron que llevar a terapia.
—¿Por qué? ¿Qué le pasó a mi hija?
—Se cayeron de las escaleras y...
—Sí, sí, eso ya me lo dijiste en la llamada, pero ¿qué tiene? ¿Por qué a terapia intensiva?
—Tuvieron que hacerle un legrado, Ricardo —al escuchar esto, Jeaqueline bajó la cabeza, lo cual llamó la atención de Kiran—. Los dos rodaron desde arriba de las escaleras hasta el piso. Ketzaly perdió al bebé.
Ricardo se quedó mirando, espantado. Tragó saliva varias veces, sin saber qué decir.
—¿Y Azrael?
—Aún no despierta. Se golpeó varias veces la cabeza, la caída le generó un hematoma intracraneal, se rompieron vasos sanguíneos. Afortunadamente, la sangre que empezó a acumularse salió por su oreja, ocasionándole traumatismo craneoencefálico. No nos han dicho nada más de él. Solo pude ver a Ketzaly hace rato. Mi niña solo se desmayó por el dolor y el sangrado. En cuanto llegaron, despertó e inmediatamente la pasaron a urgencias. Cuando llegué yo, me avisaron que tenían que realizarle un legrado, el producto se desprendió de la matriz.
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Penitencia
RomanceLa vida de Ketzaly da un giro aterrador cuando es obligada a casarse con Azrael, su agresor, para evitar la deshonra de su familia católica. La imposición de sus padres marca el inicio de una relación turbulenta, donde el odio inicial lentamente se...