Chaeyoung nunca fue de las que miraban atrás. Siempre había sido del tipo que prefería seguir adelante, dejando que el tiempo se encargara de los recuerdos. Sin embargo, aquel día nublado, mientras caminaba por los pasillos de su antigua escuela, no pudo evitar sentir una punzada de melancolía.El edificio había cambiado poco desde la última vez que estuvo allí. Las paredes estaban llenas de las mismas fotografías descoloridas de eventos escolares y los casilleros azules seguían alineados en perfecta simetría a lo largo del corredor. Habían pasado años desde que se graduó, pero al estar de vuelta en ese lugar, era como si el tiempo no hubiese transcurrido.
Con una mezcla de curiosidad y nostalgia, decidió detenerse frente a su antiguo casillero. Recordaba bien el número: 17B. Sus dedos rozaron la fría superficie metálica mientras sonreía ante la avalancha de memorias que invadieron su mente. Los secretos susurrados entre clases, los nervios antes de los exámenes, las risas compartidas con amigas que, en ese entonces, eran todo su mundo.
Abrió la puerta del casillero, sin esperar encontrar nada más que aire estancado. Pero entonces, algo capturó su atención. En el rincón más profundo, medio escondido entre papeles olvidados, había una pequeña carta doblada. Chaeyoung frunció el ceño, extrañada. ¿Cómo había podido pasar por alto algo así?
Con manos ligeramente temblorosas, tomó la carta y la desdobló. El papel, amarillento por el tiempo, estaba cubierto con una escritura familiar. Su corazón dio un vuelco al reconocer el nombre en la firma: Mina. Las palabras escritas en tinta azul comenzaron a cobrar vida, y a medida que leía, se dio cuenta de que lo que tenía en sus manos no era solo una carta, sino una confesión de amor que había permanecido en el silencio durante todos esos años.
Chaeyoung se dejó caer en uno de los bancos del pasillo, incapaz de mantenerse en pie mientras su mente procesaba lo que acababa de leer. La confesión de Mina era simple, honesta y, sobre todo, inesperada. En aquellas líneas cuidadas, Mina había vertido un torrente de emociones que Chaeyoung nunca había sospechado.
"Chaeyoung,"comenzaba la carta, "hay algo que nunca te dije, y quizás nunca tenga el valor de decírtelo en persona. Pero he estado guardando estos sentimientos dentro de mí por tanto tiempo, que ahora se sienten como un peso del que necesito liberarme... Aunque sé que nunca leerás esto porque soy una cobarde y dejaré esto en un lugar al que probablemente nunca vuelvas."
Cada frase estaba cargada de una dulzura que Chaeyoung recordaba bien, pero nunca había asociado con algo más profundo que la amistad. Mina siempre había sido reservada, la calma en medio del bullicio del grupo. Sus ojos hablaban más que sus palabras, y en aquel entonces, Chaeyoung había asumido que entendía todos sus silencios. Pero ahora, mientras las palabras de la carta resonaban en su mente, se daba cuenta de cuán equivocada había estado.
"No sé cuándo comenzó todo esto. Tal vez fue la forma en que siempre me hacías reír cuando estaba triste, o la manera en que me cuidabas cuando todos los demás estaban demasiado ocupados para notar que algo andaba mal. Pero, de alguna manera, esos sentimientos crecieron, hasta convertirse en algo que ya no puedo ignorar..."
Chaeyoung sintió que su corazón latía con fuerza mientras continuaba leyendo. Las palabras de Mina estaban llenas de una sinceridad desarmante, una confesión que habría cambiado todo si la hubiera leído en su momento. Pero ahora, años después, lo único que podía sentir era una mezcla de confusión y arrepentimiento.
"Sé que probablemente no sientas lo mismo, y no espero que lo hagas. Sólo quería que supieras lo mucho que significas para mí. Tal vez algún día, cuando todo esto quede atrás, pueda contarte sobre esta carta y reírnos juntas. Pero hasta entonces, seguiré siendo tu amiga, como siempre lo he sido..."

ESTÁS LEYENDO
One Shots | Michaeng
Fiksyen PeminatPequeñas o largas historias de nuestro ship favorito michaeng! ¡One shots! (Historias de un solo capítulo)