༺†- Capítulo 14 -†༻

61 13 4
                                    

—¿Estás molesto conmigo?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¿Estás molesto conmigo?

Langford se encuentra reposando su cuerpo contra el capó del auto, sus brazos están cruzados por debajo del pecho y sus ojos no dejan de observar el horizonte hacía el final del puente. Se mantiene serio y diría que casi cabizbajo.

—No estoy molesto, entiendo que ustedes tienen cosas que hablar aún —suspira recuperando la compostura —. No es fácil estar en tus zapatos ahora mismo, lo entiendo.

—Lamento pedirte que nos dejaras solos, necesitaba...

—Está bien, no es necesario que me des explicaciones. La verdad es que no quiero estar en el medio de ustedes dos, no me gusta la idea de ser un metiche.

—Langford, no hay nada entre Tom y yo. Tú no estas en el medio de nadie.

—Está bien, Haihay —sonríe estirando su brazo para alcanzarme y envolverme en él.

—Siento que estas molesto pero no quieres decirme —insisto acercando mi rostro a su cuello.

Eneas no responde mi pregunta, sólo niega dejando escapar el aire de sus pulmones relajándose un poco y planta un suave beso en mi frente. Nos mantenemos por varios minutos así, en silencio, abrazados; puedo sentir como late su corazón dentro del pecho con un ritmo tranquilo y sereno.

—Estoy un poco avergonzado —habla de repente. Me alejo de él para poder observarlo bastante confundida por su confesión —. La cita terminó siendo bastante desastrosa, lo siento.

—Hey, estuvo divertida. Nunca había bebido tanto gin en mi vida, creo que aún estoy un poco mareada —me río estúpidamente tambaleando un poco sobre mis zapatos.

Creo que con el asunto de Tom, su canción y la intensa charla que tuvimos hace un rato perdí por un momento el efecto que el alcohol me provocó en la sangre; pero ahora que estoy más relajada y tranquila esas siete copas gintonic de frutos rojos comienzan a resurgir en mi.

Y claramente si, estúpida. Bebiste casi un litro de ginebra.

—¿Estás bien? —Langford sonríe algo incómodo o preocupado, la verdad ya no lo sé.

—Uhm... si solo, creo que...

—Babe, tus mejillas parecen dos manzanas —abre sus ojos de par en par.

—¿Siempre tuviste esos ojos tan lindos, Danforld?

—Langford, y creo que mejor te llevaré a casa de Molly.

—No iré a casa de ninguna nadie —una carcajada extrema se escapa de mi interior dejándome en ridículo ante el chico de los tatuajes —. Yo soy un ser libre.

—Claro que si, pero estás ebria.

—¿Cómo podría estarlo si yo no bebo?

Niego con mi cabeza riéndome y me suelto con brusquedad del abrazo que Eneas me da. El movimiento que hice fue tan descuidado que literalmente todo comenzó a darme vueltas, creo que quiero...

By Your Side [#LID SEGUNDA TEMPORADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora