El cielo se tornó oscuro, aquel azul tan primaveral que lo caracteriza quedó opacado por las enormes nubes grises casi negras. Aún no llegamos a la cabaña y Tom está a punto de escupir un pulmón en cualquier momento.
—¡Ánimo Kaulitz! Si puedes cargar con el peso de dormir con una suripanta puedes cargar conmigo sin problemas —lo aliento desde su espalda.
A mitad de camino tuvo que bajarme porque se le entumecieron los brazos y, como aún no podía pisar, me cargó sobre su espalda para terminar el tramo que nos falta.
—Voy a vomitar —murmura.
—¡Allí está la cabaña! Solo unos pasos más, no te rindas.
—¡Claro, es fácil decirlo cuándo no tienes que esforzarte por subir!
—Kaulitz, pierdes oxígeno cada vez que hablas. Cierra la boca y sube.
Tom hace un enorme esfuerzo por llegar y varios metros después estamos frente a la cabaña, me bajo de su espalda dando un salto. Tom me observa confundido al notar que no hice ninguna mueca de dolor al pisar con mi tobillo "lesionado".
—¿Ya puedes caminar?
—De hecho, siempre pude. Sólo quería mostrarte que aún sigo teniendo la corona, incluso contigo.
El rostro de Tom se desencaja de enojo y avanza peligrosamente hasta mi. Por inercia corro rodeando aquella cabaña para evitar que me atrape, pero obviamente Kaulitz logra alcanzarme y dando un salto se me sube a las espaldas. Pierdo el equilibrio al cargar con su peso mayor al mío y ambos nos vamos de costado al suelo.
—¡Qué bruto!
—¡Qué mentirosa!
Tom me mira molesto, como un niño recién regañado. Pero dura poco su gesto porque ambos empezamos a reírnos como estúpidos.
—Te detesto, Miller. Había olvidado lo vengativa y traicionera que eres.
—Eso te pasa por comportarte como un imbécil conmigo. Ah, apropósito, también te detesto.
Ambos nos levantamos del suelo impregnados en tierra y suciedad, mi outfit está completamente arruinado. Sólo espero que aquí haya lavadora o Kaulitz se despertará calvo mañana por la mañana.
—Vamos, busquemos un hacha para cortar la leña, tonta.
—"Busquemos" me suena a manada, no pienso arruinar mis uñas cortando troncos, Tom.
—Suenas cómo una irritante niña de papi —niega decepcionado.
—Bueno... antes lo era —sonrió con melancolía.
A veces extraño tanto ser la consentida de papá, bueno, lo extraño a él. Los días de lluvia cuando mamá horneaba galletas de limón y papá se las robaba para dármelas a mi, los cuentos que se inventaba para distraerme cuándo no tenía un buen día, incluso extraño verlo sentado en el sofá leyendo el periódico en silencio.
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By Your Side [#LID SEGUNDA TEMPORADA]
Fanfiction𝓝𝓾𝓮𝓿𝓸𝓼 𝓪𝓶𝓸𝓻𝓮𝓼, 𝓷𝓾𝓮𝓿𝓸𝓼 𝓪𝓶𝓲𝓰𝓸𝓼, 𝓷𝓾𝓮𝓿𝓸𝓼 𝓭𝓮𝓼𝓽𝓲𝓷𝓸𝓼. Después de cinco años separados, Hailey Miller y Tom Kaulitz vuelven a encontrar sus caminos. Tras finalizar sus estudios en Hamburgo, Tom regresa a Bakersfield jun...