—Hoy llega Lea y mañana salimos a las montañas —le dice Aly a Astrid, entrando a las caballerizas—. Mateo preparen a Trueno, Poly, Nochero, Sigma y Gama, Leanne irá con nosotros. Hablaré con Molly a ver si ella...
—No —dice Astrid, hace mala cara y todos salen—, no quiero que ella vaya, una cosa es su majestad y otra la nueva, dijiste que querías que ella fuera para ver lo que hacemos, no es necesario que vaya "Molly".
Alyssa cierra la puerta del depósito dónde guardan herramientas y monturas, coloca la traba y se acerca a ella quedando ambas frente a frente.
—¿Estás celosa? —le cuestiona levantando una ceja.
—Me dejan afuera —mira hacía un costado enojada.
—No tenemos 9 años, As, mientras más ayuda, mejor. Molly es una excelente...
—¡Estoy harta de escuchar! —baja la voz enojada para convertirla en un susurro— Molly es buena jinete, Molly sabe hacer esto y lo otro, Molly es tan... —exhala frustrada—. Si quieres llevar a "Molly" llévala, yo me quedo, así tampoco tendrás que cuidar de que nos peleemos o discutamos.
Abre la puerta y Alyssa la cierra de vuelta de un portazo, colocándose frente a ella, la toma de la cintura cuándo intenta alejarse.
—¿Tan difícil es asumir los celos para ti?
—No estoy celosa ¿Por qué, aparte? Porque todos le dicen Lea y yo no, porque desde que llegó la nueva se habla con ella todo el tiempo y conmigo no. Ya ni siquiera discutimos, no peleamos —Aly se ríe—, deja de reírte no es gracioso y no me causa gracia.
Leanne llego directamente a la estancia, y llega también justo para escuchar el último planteo de Astrid detrás de la puerta y se ríe también. Decide alejarse y dejarlas a solas, no es una conversación que deba escuchar, Astrid no habla tan bajito susurrando como piensa, de salida detiene a uno de los muchachos que las buscaba para darles más privacidad.
—Ven —la de ojos negros se resiste— ¿Vas a resistirte? —se acerca y le besa el cuello, llevándola hacía atrás hasta toparse con una de las mesas de trabajo a su espalda—. No irá "Molly" —le hace las comillas como hizo ella y se ríe—, quiero que vayas, hay una cabaña cercana y quizás, solo quizás, hablé con el dueño para que nos recibiera —sonríe—, tal vez sería un poco romántico pasar juntas ahí la noche ¿No crees? —la besa y se separa guiñandole un ojo.
—¿Solo las dos? —Alyssa asiente besando su rostro por todos lados excepto en su boca— Siempre encuentras la manera de convencerme, Parker —a punto de besar su boca tocan la puerta.
—Aly, Astrid —golpea la puerta Archer, el hermano de quince años de Aly—, Delia entró en trabajo de parto, nos llamó Marc si podíamos ir a auxiliarla él viene en camino —ellas se miran, Aly se aclara la garganta.
—Sí, dile a mamá que la necesitamos y preparen todo, ya partimos a la casa de Delia —él se ve y ella intenta apartarse, pero Astrid la trae de nuevo a ella para besarla con pasión.
Entonces una vez que la besó la deja ir y ambas salen para dirigirse rápido a lo de Delia, en el camino se encuentran con la camioneta de Leanne y ella ayudando a cargar todo, la saludan, se suben y parten a la casa de Delia. Entran corriendo escuchando los gritos de la mujer en trabajo de parto.
—¡Este niño tiene apuro en salir! —grita la mujer acostada en la cama con ambas piernas abiertas— ¡Siento la cabeza, Nora!
—Tenemos que llevarla rápido a un hospital —dice la rubia.
—No hay tiempo, ella ya está en trabajo de parto y el bebé tiene apuro en salir —le dice mientras se lava las manos, su hija y Astrid preparan todo, no es la primera vez que asisten un parto—. Ahora, Delia, vamos a traer a este bebé, Lea prepara la toalla —la rubia se queda congelada y luego reacciona de manera fría como lo haría un médico.
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Dejémoslo a la suerte
RomanceUna excéntrica mujer de negocios, dos vaqueras que intentan salvar su granja, una amistad con una, una rivalidad con la otra. A veces el amor está en quien menos te lo esperas, como en la mujer de negocios que llega a comprar sus tierras y Alyssa co...